2 de diciembre de 2008

Aserrín...Aserrán - Capítulo 14 - Novela de Andrés Aldao


Patria y padre tienen la misma raíz etimológica. ¿Es sólo una coincidencia que vibre en el autor ese profundo sentimiento, ese arraigo hacía ambos, que a su vez sufra con desgarro la pérdida de los dos? ¿Y que los recupere a través de la palabra?.... Si bien a lo largo de esta tarea de estudio sobre Aserrín... Aserrán, hemos visto que el autor posee una multiplicidad de voces, de usos de la lengua, creo que este capítulo es el más poético .Quizá, como dice J.M.Pereño, lo poético acecha en lo escrito o lo dicho sin pretensión estética alguna. Autor orfebre, abre la memoria del corazón, el extrañamiento, la búsqueda tardía: Ahora... tan ávido de querer preguntarle, saber, escuchar… Ahora es tarde. Demasiado tarde.( De: El ensayo , El mundo de aserrín Aserrán , Silvia Loustau)
14. La dulce sombra querida



(10 de diciembre 1899 − 24 de diciembre de 1963)





La aguja sube y baja como el arco de un violín,

dos dedos la entrelazan y el tercero embiste a dedal;

la tela yace sobre la larga mesa,

y mientras el hilo hilvana con prolija perspectiva

una calle, una avenida, un bulevar o una cortada,

el maestro sastre, que trajo su arte

de la gran ciudad a orillas del Niemen,

proyecta, elabora sueños, diseña con la tiza,

recorta, cose con destreza

y la obra de arte está lista.

Un Durero, Cellini, Rodín de la aguja...

Artista, artesano, plasmó la estela de su arte.

Es la dulce sombra querida...mi padre.




Fue una relación de silencios, de insinuación y alusiones guardadas en miradas sigilosas, sin voces. Algún monólogo extraviado en largos minutos de espera. Una extraña expectación. Ensimismamiento y lejanía en su mundo, el mundo de la otra diáspora.

Hubo tiempos en que pasábamos horas juntos. Comentario de algún suceso de actualidad, una pregunta perdida en las horas del día. La respuesta mucho después, luego, más tarde. O jamás. Así era, escindido entre la mano que trabaja, la mente inundada de recuerdos, conflictos, y la soledad del Robinson diaspórico que ha naufragado en un inextricable silencio.

La tarea en común, el silencio en común, la renuencia a abrir el alma, en común, el deseo recóndito de que fuésemos compinches y revelarnos sensibles. Y la esperanza, callada, de poner la mano sobre el hombro, y el tal vez reprimido, pudoroso y cohibido abrazo entre un padre y su hijo. La ternura yacente, esculpida en el granito de la vergüenza, del no es de hombres...

Y aunque fumábamos la misma marca de cigarrillos, nunca nos convidábamos. Era como un acuerdo tácito, un intercambio de actos e ideas que no se consumaban, sugerencias a medio camino... No pedir, no ofrecer.

Su aislamiento era conmigo. Mi cortedad era con él. No me salía decirle te quiero mucho viejo. El sentimiento a flor de labio, encadenado, retenido, rebotando entre la orden del cerebro y la inhibición de la voz. La timidez, el recato. Jamás confesó... yo confieso tu confiesas él confiesa... amar a alguien.



Dejó la casa en la adolescencia y comenzó su largo periplo, el aprendizaje de la artesanía y la dureza de la vida, la recorrida por ciudades y aldeas en la extensa Rusia de los zares, la guerra en Europa, las correrías con sus pares, la revolución, el ejército rojo y la gorra con la estrella de cinco puntas, el campo de prisioneros en la Polonia de Joseph Pidulski, la huida y la inmigración.



Él hablaba, a veces. Pocas; hoy tan remotas. Ahora, tan ávido de querer preguntarle, saber, escuchar las anécdotas que fueron escasas y dispersas a lo largo de los años. Mas yo, el hijo, no preguntaba, callado... Con una vehemente y atribulada necesidad de saber. Ahora es tarde. Demasiado tarde.



La tradición y las nostalgias del emigrado, en tierra ajena... el padre. La compulsión del empedrado, la pelota de veinte guitas, las voces y el aquelarre de la ciudad que iba conociendo... el hijo. Dos mundos que van enfrentándose en la misma casa, compartiendo la pobreza, la diáspora de la América de uno, y el descubrimiento de la América y la urbe, el otro... Uno es el que inmigra y evoca la ciudad a orillas del Niemen, el otro es el nativo, el que tiene ante sus pupilas el mundo de la urbe de tango y funyi, la ciudad rioplatense envuelta en el lengue, la mina, que escucha extasiado la voz de Gardel murmurándole, pegado al asombro: Mi buenos Aires querida / cuando yo te vuelva a ver / no habrá más penas ni olvido. / El farolito de la calle en que nací...



Él hablaba, a veces. Fue el ejemplo. La conciencia de clase, el obrero fiel a sus camaradas, el que no se rinde, no se dobla no se quiebra. Tampoco ante la muerte... Lo llevo en el alma, me corre por las venas, su voz y su rebeldía son dos copias de un mismo tenor. Es mi escudo y mi bandera.



Ése era mi padre.

Porqué escribo..porqué leo


y qué es lo que vas a decir

voy a decir solamente algo

y qué es lo que vas a hacer

voy a ocultarme en el lenguaje

y por qué

tengo miedo.

Alejandra Pizarnik-Cold in blue hands


Cuando era muy pequeña tenía dos obsesiones. ¿Adonde se iba el tiempo? y ¿D ónde vivían las palabras? Mi abuelo, sabio y paciente, me dio la respuesta.En el fondo del mar existe una cueva, allí se iba el tiempo.Las palabras tienen una casa en el centro del espacio. Yo quería palabras vivas.Sonando como una melodía lila. Adueñarme de ellas. No las quería aplastadas, como mariposas, entre las hojas de los diccionarios.

Comencé a escribir en mi infancia. A leer muy temprano. La escritura y la lectura iban entramadas. Siguen estando entramadas.Ambas eran mi isla de Robinson.El espacio de libertad de una niña tímida y sensible.

Antes de llegar a la adolescencia sabía que quería ser escritora. Y lo decía.

Todos creían que sería una locura pasajera.

Al comienzo de la secundaría, ganados algunos Juegos Florales y guiada por dos de mis profesoras, creo que ya era consciente de este raro y complejo oficio de trabajar con las palabras. Trabajo personal. Silencioso. Solitario. Una manera de huir del mundo y sin embargo desnudarse ante él.Presumo ser en la poesía una Eva desnuda, porque el poema es capaz de aludir hasta a las sombras mas visibles y menos traidoras.

Escribir me empuja hacia la médula de los otros y de mi misma. Me aísla. Me exila, me vuelve extraña ante escalas de valores que no alcanzo a comprender.

Pero la palabra resucita. Salva.Todo escrito es hijo de la necesidad Necesidad de apagar la angustia, de ser inmortal por un momento.

Mi poesía está escrita con las mismas fibras que constituyen mi cuerpo y mis deseos, mis sueños y mis miedos.Escribir le da densidad a mi vida. Creo que escribo por imperativo de vida. Cotidianamente entro en la casa de las palabras y busco, escucho sus voces plañideras, esperando ser tomadas. Las elijo y las trasmuto, porque ser poeta es ser alquimista. En sucesivas destilaciones deseo que cuenten más allá de lo que dicen.

Escribir es caminar por intrincados jardines, lugares que deparan fulgurantes descubrimientos, pero también traen soledad.

Silvia Loustau

IV Feria del Libro de Mar del Plata- Puerto de Lectura

En la apertura la palabra de Eduardo Galeano

Eduardo Galeano ( Montevideo 1940). Hablar de Galeano es decir América. Es recordar aquel libro que marcó una generación Las venas abiertas de América Latina. Su escritura es un entramado de palabras chiquitas. Es lacónica . Y el mismo lo explica: Es muy difícil escribir sencillo, es verdad. Cada texto nace de muchas palabras que van siendo sacrificadas a lo largo del proceso de escritura. Ese trabajo es parte del placer. El desafió que uno siente tratando de decir mucho con muy poco para que las palabra trasmitan electricidad. Sería insoportable si no sintiera placer. Sus temas no tienen fronteras, son de todos. El amor, la esperanza, el hambre de justicia, el canto, la protesta. Su deseo- ha dicho. Es lograr que la palabra ayude a construir un mundo mejor en donde todos quepamos. Silvia Loustau

Pájaros prohibidos

Los presos de la dictadura uruguaya no pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros.

Didaskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso por tener ideas ideológicas,

Recibe un domingo de 1976 la visita de su hija Milay, de cinco años.

La hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen a la entrada de la cárcel.

Al domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles.

Los árboles no están prohibidos, y el dibujo pasa.

Didaskó le elogia la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en las copas de los árboles, muchos pequeños círculos entre las ramas:

-"¿Son naranjas? ¿Qué frutas son?".

Y la niña lo hace callar

- Sssssshhhhhhh, y en secreto le explica:

-" Bobo, ¿No ves que son ojos?

Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas."

La piel de Dios

Los indios chiriguanos, del pueblo guaraní, navegaron el río Pilcomayo, hace años o siglos, y llegaron hasta la frontera del imperio de los incas.

Aquí se quedaron, ante las primeras alturas de los Andes, en espera de la tierra sin mal y sin muerte.

Aquí cantan y bailan los perseguidores del paraíso.

Los chiriguanos no conocían el papel. Descubren el papel, la palabra escrita, la palabra impresa, cuando los frailes franciscanos de Chuquisaca aparecen en esta comarca, después de mucho andar, trayendo libros sagrados en las alforjas.

Como no conocían el papel, ni sabían que lo necesitaban, los indios no tenían ninguna palabra para llamarlo.

Hoy le ponen el nombre de piel de Dios, porque el papel sirve para enviar mensajes a los amigos que están lejos.


Poemas de Jennifer Moore




Poeta argentina residente en Florida, Miami. En el 2005 publicó un poemario en España. En su poesía se entretejen las reminiscencias de su patria con las sensaciones de la tierra donde habita. S.L.


Arde un instante

Arde un instante, ya se aleja

la estación que amaron nuestros padres.

El tiempo es una larga y negra carcajada,

un edificio plagado de fantasmas

de labio pendenciero.

Como en un ábaco, sus cuentas

se van deslizando y nuestros dedos

sólo pueden sentir su breve paso.

Hay todavía en la piel

un anticipo de arenas y gaviotas

que esperan el estallido de la espuma.

Aún la sangre sube en las mareas

y alcanza raíces en la orilla.

Arde un instante, y no es muy lejos.

Siento en el aire el olor de sus cenizas


Evocaciones

El aroma del romero tiembla

entre los dedos, busca

reminiscencias de plaza y galerías.

San Telmo, callecitas empedradas

y los jardines de la Recoleta envueltos

en miradas prohibidas.

El aroma del romero salva

algún recuerdo que no deja irse

ni volver, cautivo de la sangre,

enredado en las bridas del viento.

Cuando lo siento en mí, de nuevo sueño

creo el cuento delicioso de ser libre,

me imagino el olor que nunca tuve,

las formas indecisas de la tarde.

Lo llevo disperso sobre las cosas que amo

amasado en mis manos, en lo que perdí y no vino.

Lo guardo en el pelo castaño de una duda,

en los ojos del ciego que me siguen,

en el alba que explota sobre un verso.


Poemas de Sylvia Plath

Boston (1932- Londres 1963). Teniendo sólo 19 años gana un premio para ser redactora durante un mes de una reviste neoyorkina. A lo largo de toda su carrera de estudiante escribe cuentos y poemas y los publica en diarios y revistas. Su diario registra obsesivamente su miedo de no llegar a ser famosa. Sufre continuas depresiones pesar de estar en una de sus etapas más creativas. George Steiner, quien fue también su amigo, dice que, pese a su sonrisa de covergirl, este ser «fieramente autonegador, autocontrolador, ansioso, reticente [...] logró una poesía de deslumbrante finura y control que sólo una necesidad irresistible pudo haberlos ocasionado». Robert Lowell acierta sutilmente al hablarnos de su «controlada alucinación» y de que su poesía es «la autobiografía de la fiebre». Que «la inmortalidad de su arte (tuvo como precio) la desintegración de la vida». Se suicida con apenas 30 años. Algunas de sus obras:La campana de cristal, Ariel, El diario de Sylvia Plath, Antología. Silvia Loustau


La luna y el tejo

Esta es la luz de la mente, fría y planetaria.

Los árboles de la mente son negros. La luz es azul.

Las hierbas se lamentan a mis pies, como si yo fuera Dios,

hiriendo mis tobillos murmuran su humildad.

Espirituosas brumas humeantes habitan este lugar

separado de mi casa por una hilera de lápidas.

Simplemente no puedo ver si hay un sitio adónde ir.

La luna no es una puerta. Es una cara por derecho propio,

blanca como un nudillo y terriblemente turbada.

Arrastra al mar detrás de sí, como un crimen oscuro;

y está en calma

con el bostezo en O del total desencanto. Yo vivo aquí.

Dos veces cada domingo las campanas sobresaltan el cielo-

ocho grandes lenguas afirmando la Resurrección.

Finalmente, ellas proclaman con sobriedad sus nombres.

El tejo apunta hacia arriba. Su forma es gótica.

Sus ojos se elevan por sobre él, y encuentran a la luna.

La luna es mi madre. Ella no es dulce como María.

Sus vestiduras azules sueltan pequeños murciélagos y lechuzas.

Cómo desearía creer en la ternura-

el rostro de la efigie, dulcificado por las velas,

inclinándose, sobre mí en particular, con ojos indulgentes.

¡He caído tanto! Las nubes están floreciendo,

azules y místicas sobre el rostro de las estrellas.

Dentro de la iglesia, los santos serán todos azules,

flotando con sus pies delicados sobre los bancos fríos,

sus cabezas y sus caras rígidas de santidad.

La luna no ve nada de esto. Ella es calva y salvaje.

Y el mensaje del tejo es negrura -negrura y silencio.

*

Amapolas en julio

Pequeñas amapolas, llamitas infernales,

¿es que daño no hacéis?

Se apagan y reviven. No puedo tocarlas.

En su fuego pongo las manos. Nada se incendia.

Contemplarlas me consume

Llameando así, su rojo ajado y brillante como piel

de alguna boca.

Una boca recién ensangrentada

pequeñas faldas sangrientas!

Hay efluvios que no puedo asir.

¿ Dónde están tus opios, tus asquerosas cápsulas?

¡Si pudiera desangrarme y dormir! -

¡ Si pudiera mi boca unir a una herida así!

Oh, vuestros líquidos rezuman en mí, cápsula de vidrio

Apagándose y aquietándose.

Mas, sin color, sin color. Descoloridamente.

*

Palabras

Hachas después de cuyos golpes los sonidos del bosque

Y los ecos!

Ecos viajando

Lejos del centro como caballos

LÍMITE

(último poema, escrito la víspera del suicidio)

La mujer alcanzó la perfección.

Su cuerpo muerto muestra la sonrisa de realización,

la apariencia de una necesidad griega

fluye por los pergaminos de su toga,

sus pies desnudos parecen decir,

hasta aquí hemos llegado, se acabó.

Los niños muertos, ovillados, blancas serpientes,

uno a cada pequeña jarra de leche ahora vacía.

Ella los ha plegado de nuevo hacia su cuerpo;

así los pétalos de una rosa cerrada,

cuando el jardín se envara

y los olores sangran de las dulces gargantas

profundas de la flor de la noche.

La luna no tiene por qué entristecerse,

mirando con fijeza desde su capucha de hueso.

Está acostumbrada a este tipo de cosas.

Sus negros crepitan y se arrastran.

Poemas de Cecilia Glanzmann - Juglares del silencio


Nació en Bell Ville, Córdoba, en 1944. Actualmente reside en Trelew, Chubut, desde fines de 1972.Ha sido Presidente de SADE Chubut, Delegada del Fondo Nacional de las Artes y entre otras actividades, Directora de Cultura de Trelew. Es profesora en Letrasfundadora del Taller del Escritor y co-fundadora del Grupo Literario Encuentro (fue su Presidente por dieciséis años.. Es Miembro de Honor de la Fundación Argentina para la Poesía, y en este año 2008 le fue otorgada la distinción “Puma de Plata”.

Entre sus obras publicadas, las individuales: Ecos mi voz, Territorios del ser y del instante (Auspicio Fondo Nacional e las Artes y Faja de Honor de la A.D.E.A.), Y aún el bosque mágico, , Amor de Remolacha ,Hilanderos de la luz, Ritual de las cigarras, Liberándonos , Juglares del silencio-Patagonia Argentina (trilingüe en español, galés e inglés). Su obra se encuentra en numerosas antologías . Ha recibido importantes distinciones y es conferencista en Congresos nacionales e internacionales. En el 2008, el Puma de Plata de la Fundación Argentina para la Poesía, y el libro trilingüe Juglares del silencio, publicado por Editorial Vinciguerra, en la Categoría Literatura General, el PREMIO ACCÉSIT, en el 20º. Concurso. “Los Libros Mejor Impresos y Editados en la Argentina” durante 2007, otorgado por la Cámara Argentina de Publicaciones.

A ANTONIO MACHADO

Ah, Machado,

el recordado Antonio Machado castellano,

tuviste tus encinas y tus chopos

tu frescor del Duero

y las colinas de embrujo castellano

como yo

mis estrellas mesetarias.

Ni castellano tú

ni patagónica yo

y tan hijo de Castilla has sido y eres

como yo lo soy de mi sur costero americano.

Pero, ¿sabes?

el viejo río conoce de secretos

y me ha dicho

que es un espejo de lunas el arraigo.

Tus chopos y encinares

se me han vuelto mis mesetas cotidianas,

tus colinas... mis bardas

tu Duero... mi Chubut amado

y el Tercero* de mi Córdoba añorada,

y el aroma puro de las soledades castellanas

este mismo de mi pampa y mi meseta.

Es un espejo de lunas el arraigo.

* río Tercero, hoy “Talamochita”, que cruza la ciudad de Bell Ville (Córdoba)


DESAMPARO II

El frío me desapacigua las manos

la carne

el embrión del ser.

Huelo el lamido del viento

sobre las espaldas del mar sobrecogido

sobre las espaldas ateridas de la gente

no hay para ella gas ni luz

los leños escasos están muy húmedos

las chapas se descobijan

para encender el fuego

en la ciudad que avanza...

El desamparo del hombre

me desapacigua las palabras

y una ironía acre

dibuja insistente

la compasión deshabitada

en este siglo veintiuno.

La compasión respira

sin embargo

en el abedul pródigo del amor

y calienta las manos de la gente.

Imagenes:Maggie de Koenigsberg

Premio Nacional de Literatura de la Secretaria de Tres de Febrero



Concursar es poner bajo los ojos de otros nuestro mundo secreto. Horas de trabajo silencioso. Así un día llegan unas bases que parecen muy interesantes, como las recibidas desde la Secretaría de Tres de Febrero y uno piensa que puede ser el lugar para echar a volar las letras. Así envié Pájaros de cristal, una serie de poemas. Después el tiempo trascurre y uno se olvida. Hasta que un mail, firmado por el secretario de Cultura, Roberto Surra, nos da la alegría de saber que estamos entre los elegidos.

El 29 de Noviembre viaje a Buenos Aires para develar la incógnita. Y tuve la sorpresa de obtener la Primer Mención Especial en Poesía, sobre 387 trabajos enviados. El honor de haber sido juzgada por un excelente jurado compuesto por el poeta y académico Enrique Requeni, la profesora y escritora Nelly Vargas Machuca y el escritor Alberto Cambas Savaté.

Con los veinticinco mejores trabajos seleccionados se imprimirá una Antología, la cual será presentada en la Feria del Libro de Buenos Aires- 2009.

Amigos míos, los que siempre están, quiero compartir con ustedes la alegría de este reconocimiento. Y a la secretaría de Cultura, sé que el señor Roberto Surra es lector del blog, vaya todo mi agradecimiento por una velada en la cual estuvimos hermanados por el arte.

Silvia Loustau

Poemas de Silvia Loustau - Anticipo de su próximo libro


35

luz escondida

en los espejos

azogado en los rincones

entona sin voz

un aria transparente

adormece el anillo de la luna

anuda

el ritmo pertinaz de los diamantes

emana

un cruel perfuma de violetas

63

el terso vivir aun no ha arribado.

es tiempo

de múltiples senderos

de mirar fotos

guardadas en cajas de zapatos.

desandar caminos sin confines

presentir torres de espanto.

cuando la luz ilumine

amaine el torbellino

sostendrá el cuenco de miel

de días encontrados.

103

canta el aire

bajo la cavilosa bóveda del cielo.

sueña el tiempo

ominosas oberturas de fuego.

indicios de lágrimas y amores

se deshacen en cenizas.

adioses de un ayer guardado

entre encajes y corales

en la caja de música

del xilofón del viento.

104

en la pira de la pobreza

nadie escribe cartas

sobre el celofán de la niebla.

no hay centauros

ni barriletes en celo.

entre papeles y naranjas

la necesidad baila un tango .

la muerte silba bajito

un aire de vidrios rotos .

en la pira de la pobreza

se entretejen sueños de cartón.

105

lejana música de bandoneón

acaricia la roja melena del viento.

ebrio relámpago de pajaritas de papel

ilumina un viejo patio

donde parejas de tiempo

se estremecen en un 2 x 4 .

II

el día

ha usurpado la luz de la ventana.

la vehemencia del silencio

tiende su manto.

rebota el cerrojo.

ve en las arenas de la luna

la danza sigilosa

de un turbio bufón.

XXIII

soñó un poema

creado por el sonido

de los pies

andando sobre un campo

de tréboles

temblorosos de rocío.

el sonido mutó

en un espejo de agua

sobre el cual

la palabra ha sido

pintada .

samsara*

dentro de la oscuridad

vive la luz

dentro de la ausencia

está la presencia

dentro del dolor

está la alegría

dentro del silencio

está la música

dentro del tubérculo

está el tulipán

dentro del trigo

está la harina

dentro de la harina

está el pan.

en la unión

del semen y el óvulo

está la vida.

dentro de la vida

está la muerte.

dentro de la muerte

duerme la luz. *samsara :proviene del sánscrito. Significa continuidad

de la existencia.

De: Los pájaros de la memoria

XXIV

hoy tuve en mis manos

casi todos

mis pedazos

mi casi suma

broadway

y la plaza roja

las flores

y la revolución

los recuerdos

y la infancia

los miedos

un poco del mañana

jugué armándome

después sentí la lluvia

tengo la vida

dije

tengo la vida

ese

es el mejor de los milagros.

XVII

Los pájaros de mi memoria

tropiezan con mis cicatrices

pero vuelven a volar

alto / no sienten temor.

los pájaros de mi memoria

no descansan

jamás.

Poema traducido al búlgaro por la Poeta Violeta Boncheva

32

fluyen

las palabras

atraviesan su sangre

vienen desde el ayer

se baten en la oscuridad

de la garganta.

se deleitan

pájaros en su nido.

se elevan y borda

un poema descalzo

sobre un fragmento

de

tiempo.

Вчера

Думите пресичат кръвта си

идват от вчера

бият се в тъмната дупка

на гърлото

птиците са възхитителни

когато са в гнездата си

и бродират своята боса поема

върху един фрагмент

от времето