6 de junio de 2009

Poemas de Silvia Loustau


Selección perteneciente a la Primera Mención de
Honor del Premio Nacional de Literatura Tres de Febrero 2008-
Libro presentado en la 35 feria Internacional del Libro de Buenos Aires 2009.


II

soy más que esta carne /
estos huesos /
soy más que los propios hechos .
más que una mirada /
más aún de todo lo recordado.
alguien
extendió mi nombre
sobre el cristal del tiempo /
para que volase / como una grulla /
más allá del mar de los días .

III

pobre pájaro
y yo creía
que estaba muerto.
pobre pájaro
digo
pobre corazón.

V
te hablo de la soledad mortal.
alejandra pizarnik

mirar
el espejo de la soledad
es encontrar
el rostro de la muerte .
esa siniestra amante
de tu ausencia.

IV

no buscaba
juramentos
ni casa
ni olvido
buscaba
sólo el momento perfecto .
poder verlo
pensarlo
recrearlo
contarlo
imaginarlo
soñarlo
sentirlo.
celebrar
el encuentro.


XX

arena de placer y zafiro
el tiempo
aquel
cuando las amapolas florecían
sin permiso
y los gránulos oscuros de sus semillas
rodaban con la libertad de los sueños.
no había días / ni noches.
en la ventana nunca anochecía
quedaba en ella polvo de luz.

XXV
una blanca cigüeña
atraviesa la dorada
niebla de la noche.
altos tacos de charol
pisan la oscuridad del puerto.
un marinero se sostiene
en el perfume del alcohol
mientras mata la lejanía.

tras ventanas encendidas
sombras ovilladas
suspiran el último sudor.



Jurado compuesto por : Lic. Nelly Vargas Machuca ( discípula de J.L.Borges y Syria Poletti); Antonio Requeni ( Miembro de la Academia Argentina de Letras y de la Real academia Española); Alberto Cambas Sabaté ( escritor, 2008 Premio de Novela Osvaldo Soriano, entre otros )

Selección de dos poemas de Silvia Loustau traducidos al catalán por el poeta Pere Bessó


VII

en los breves días
frugales y salvajes del amor
está
el alimento
para
sortear
la soledad

VII

en els breus dies
frugals i salvatges de l’amor
és
l’aliment
per a

defugir
la soledad

XXX

la muerte anduvo
pisándome los
talones
le gustaban
mis pies delgados.

parece que quería
saborearme
después
liquidarme
en alguna esquina.

como
ellos.

XXX

la mort anava
xafant-me els
talons
li agradaven
els meus peus prims.

sembla que volia
assaborir-me
després
liquida

Cazadora en trance. Amelia Biagioni ( 1916-2000- Argentina)


Dentro del panorama de la poesía argentina contemporánea, Amelia Biagioni aparece como una de las figuras más atractiva y enigmáticas, en virtud de su capacidad de ampliar el alcance y transformar los rasgos característicos de su poesía. La obra de Biagioni comprende seis libros de poesía y un largo o poema póstumo publicado en La Nación a dos semanas de su muerte. Escasísimos textos suyos quedan fuera del conjunto señalado, lo que da cuenta, por un lado, de su negativa a participar de grupos literarios consolidados y, por ende, de sus publicaciones periódicas; y, por otro, del cuidadoso proceso de selección que precedió a la difusión de su obra. De hecho, y a modo de confirmación de esta última hipótesis, es preciso subrayar que la obra de Biagioni resulta casi magra si la comparamos con la de algunos de sus contemporáneos, sobre todo teniendo en cuenta que su trayectoria abarca casi cincuenta años. Sin embargo, el tiempo que media entre libro y libro son causa y consecuencia de uno de los rasgos más evidentes y originales de su producción: la ruptura y la experimentación constantes. Allegada en sus inicios al neorromanticismo posterior al cuarenta, coetánea del surrealismo y del invencionismo -vertientes con las que, a pesar de las diferencias inzanjables, es factible percibir cierto «aire de familia»-, en las antípodas del objetivismo, del nacionalismo y de la poesía social y comprometida -si consideramos estos rótulos en sentido estricto-, la producción poética de Amelia Biagioni se resiste a las categorizaciones de la crítica que, por otra parte y salvo raras excepciones, no se ha detenido a profundizar en esta trayectoria peculiar y de alcances tan inusitados. Según comentó el poeta Enrique requeni, Biagioni Alguna vez confesó que concebía el poema como una forma de plegaria. Obras: Sonata de Soledad, la llave , Las cacerías, Estaciones de Van Gogh, Primera Antología poética.

La ventana

Procura vivir de suerte
que al final de la partida,
saques de la muerte vida.
(Anónimo)

Una ventana y nada más quisiera,
un fervoroso prólogo del vuelo,
que me instara a subir, con el modelo
de lo que se remonta en primavera.

Me bastaría sólo esa ligera
interrupción de muro y desconsuelo
para desvanecerme por el cielo
clara, sonora, libre, verdadera.

De tanto que la sueño, una mañana
encontraré en mi cuarto a la ventana
llamándome con luminoso grito.

Desde que se abra, viviré de suerte
que me sorprenda el plomo de la muerte
volando en mi retazo infinito.

Fulgurante anestesia

El gran rubí dolor-oh místico-
me atregua levitando verde y lejos
sobre el tiempo de las caléndulas

respiro el Häendel aleluya
entre cómplices fluye azul mi cuerpo
sin orillas por un cauce sin fondo.

Revestido de enigma blanco
señor de élan sabiduría y artroscopio
llega Hipócrates

hunde la vara de videncia
en el nudo del alma sangre y carpo
donde empieza mi mano escriba

y en la pantalla dicho con mi letra
de ignoto lumen centelleante,
desapareciendo surge el tácito Poema.

Decir

Cuando recibo una palabra inesperada
la retengo y vigilo sus diferentes porvenires
hasta que alguno e ellos
de pronto se recuerda se incorpora
y no hay palabra ya
sino un gran viento que me empuña.

León

No importa si la pálida mujer
que en su torre escribe
amontona palabras tibias.

Cuando duerme
de un rojo salto
la arrebato y enciendo
la llevo a su selva
le infundo mi dinastía
y la obligo a reinar,
a avanzar segura y espléndida
a apresar bravamente
las palabras amantes o guerreras
y a desdeñar las otras.

Voces femeninas…voces femeninas - Argentina



Maria Teresa Andruetto (Córdoba)

Higos en almíbar

Es en vano comprarlos. Debe uno treparse a una higuera en mitad de la siesta, cuando todos duermen. Y allí dejarse flechar por el follaje inhóspito sin rendirse. Debe uno ir mordiendo esas ocas bajo la planta hasta que los labios ardan. Echar los frutos que no sea capaz de devorar, en una canasta, y después, con la piel lastimada, arrastrarse a la cocina o a cualquier otro oasis de la casa. Dejarlos en remojo es asegurarse de que la maldición no caerá sobre nosotros. Una vez limpios, volcarlos al almíbar que se habrá preparado con agua y azúcar por partes iguales para que sea capaz de sacarles toda aspereza, toda acidez. Si lo hemos hecho bien, los higos quedarán enteros, indemnes a pesar de todo y lejos estará la leche amarga de su escozor de azúcar.

Nelly Vargas Machuca ( Buenos Aires)

¿Qué dicen las palabras?

Sombras imperceptibles escriben sobre la línea blanca, trazos grises.
¿Será la nube sobre la espuma? ¿Serán alas? ¿Serán recuerdos?
Hay un rumor de palabras sumergidas. Algunas emergen, cortando la superficie del silencio. Juegan, parece, las palabras. Urden a viva voz, tramas desasidas del tiempo, restos náufragos de alguna realidad que no pasó a la idea.
Entonces, ¿qué dicen las palabras? Perduran como improntas en la piedra, rastros, cabos sueltos, indicios de su voluntad de ser.
¿Quién puede hablar con retazos de pensamiento? ¿Quién puede descifrarlos?

Mamá no escucha, o escucha cada vez menos. Mamá no ve, o ve cada vez menos.
Mamá no habla, o habla cada vez menos. Sin embargo, mamá es cada vez más mamá. Yo cada vez soy más ella. La espero, porque soy su madre. La guío, porque soy su hija.
Me siento en su silla y dejo que entre las dos afloren signos de nuestra existencia, claves que sólo nosotras conocemos, nombres de familia, momentos esparcidos en un presente intemporal.
La identidad se borra, el ayer es hoy, ser y no ser confunden sus fronteras.

Hay una silla, hay una mujer sentada con la cabeza baja y los labios apretados. Un beso, como de quien todavía no aprendió a besar, o ya lo olvida. Elaborado beso, difícil, pero beso. Y palabras rotas.
Así nos vamos despidiendo.

( De: Tríptico de mi madre)



Diana Laurencich (migrante del mundo. Hoy reside en Mar del Plata)



Iván el Terrible


vi tus ojos en blanco

tus pantalones plateados

tu acordeón inmenso en la catedral vacía



huelga de basureros

era Munich

era gris

era la primavera sin sol



y me enamoré de tus sonidos .

Palabra libre como el viento…Anne Sexton (1928- 1974)


Anne pasó la mayor parte de su vida en los alrededores de Boston. Se casó con Alfred Muller Sexton de quien se divorció en los años ´70.Tuvo dos hija. En 1954 se le diagnosticó depresión postparto, ocurre lo mismo después del nacimiento de su segunda hija . Ante un intento de suicidio su psiquiatra la alentó a escribir poesía y en 1957 se unió a un taller de poesía dirigido por John Holmes .
Su poesía refleja la constante tensión de su cordura, pero también su disconformidad con el papel de mujer/objeto/ ama descasa silenciosa al que se sentía relegada. Anne llegó a escribir en uno de sus poemas “ una mujer es su propia madre”, frase que revela su estado de soledad. Fue amiga de Sylvia Plath, con quien comparte el trágico final. Publicó sus poemas en New Yorker y Harper´s Magazine. En su vida editó siete libros . Sus poemas son un acta de su atormentada vida. Sexton ofrece al lector una visión íntima de la angustia emocional que la caracterizó. Anne convirtió la experiencia de ser mujer en el tema central en su poesía, es la figura moderna del poeta confesionalista, a pesar de que soportó críticas por tratar asuntos tales como la menstruación, el aborto y la drogadicción.
Mis admiradores creen que me he curado; pero no, sólo me he hecho poeta- dijo Anne una Navidad .
Peter Gabriel le escribió en 1986 una canción, Mercy Street
Algunas obras : To Bedlam and Part Way Back, All my pretty ones, Live or Die( premio Pulitzer), Love poems, Transformations, The Book of Folly, The awful rowing towards God ( postumo, 1975).

Los bombarderos

Nosotros somos América.
Somos los que rellenan los ataúdes.
Somos los tenderos de la muerte.
Los envolvemos como si fuesen coliflores La bomba se abre como una caja de zapatos.
¿Y el niño?
El niño decididamente no bosteza.
¿Y la mujer?
La mujer lava su corazón.
Se lo han arrancado
y se lo han quemado
y como último acto
lo enjuaga en el río.
Este es el mercado de la muerte.
¿Dónde están tus méritos,

América?

El asesino
La muerte correcta está escrita.
Colmaré la necesidad.
Mi arco está tenso.
Mi arco está listo.
Soy la bala y el garfio.
Estoy armada y lista
Desde mi mira, lo tallo
como un escultor. Moldeo
su última mirada a todos.
Cambio sus ojos y su cráneo
constantemente de posición.
Conozco su sexo de macho
y lo recorro con mi dedo índice.
Su boca y su ano son uno.
Estoy en el centro de la sensación.
Un tren subterráneo
viaja a través de mi ballesta.
Tengo un cerrojo de sangre
y lo he hecho mío.
Con este hombre tomo en mis manos
su destino y con este revólver
tomo en mis manos el periódico y
con mi ardor tomaré posesión de él.
Se inclinará ante mí
y sus venas saldrán en desorden
como niños… Dame
su bandera y sus ojos.
Dame su duro caparazón y su labio.
Él es mi mal y mi manzana y
lo acompañaré a casa.

Descalza

Amarme sin zapatos
significa amar mis piernas largas y bronceadas,
queridas mías, buenas como cucharas;
y mis pies, estos dos chicos
que se escaparon a jugar desnudos. Intrincados nudos,
mis dedos. Libres ya de sujeción.
Y todavía más, miren las uñas y
cada una de las diez etapas, tubérculo a tubérculo.
Vehementes y alocados, todos ellos, este cerdito
fue al mercado y este otro se
quedó. Largas piernas bronceadas, y largos y bronceados dedos.
Más arriba, cariño, la mujer
confiesa sus secretos, pequeñas casas
y pequeñas lenguas que te lo cuentan todo.

No hay nadie más que vos y yo
en esta casa en la península.
El mar lleva un cencerro en el ombligo
y yo soy tu sirvienta descalza
por una semana entera. ¿Querés un poco de salame?
No. ¿Querés un whisky, a lo mejor?
Tampoco. Vos no sos de tomar. Vos
me tomás a mí. Las gaviotas persiguen a los peces
gritando como chicos de tres años.
Las olas son narcóticas, me llaman
Yo soy, yo soy, yo soy
toda la noche. Descalza

Hasta cualquier noche de luna congelada ,Mario Benedetti


A pesar de tu ausencia, seguiremos cantado, porque vos nos enseñaste que somos militantes de la Vida. Mario, con tu vos tranquila y ese silbido asmático, fuiste gran compañía. En los tiempos más duros hubo tres libros que se salvaron y estuvieron a mi lado. Un Inventario, que tiene escrito en la primer hoja : “ invierno del 75 , este libro es nuestro”, era nuestro sello ,con mi compañero, a quien mataron un 20 de diciembre de 1977. Se salvó La Tregua, la cual leí tantas veces que hay partes, Mario, que sé de memoria ; by heart –como dicen los ingleses -y Laura Avellaneda y Martín Santomé están en mi corazón. El tercer libro es de tu amigo Juan, Gotan. Uno días antes que te fueras a encontrar con Luz, estuve en Buenos Aires , en el Parque Rivadavia. Seguro que alguna vez caminaste por allí, buscado un roble, a la izquierda para escuchar las historias de amor…y esa tarde hablamos de vos con mi amigo Aníbal, nos preocupabas. Le comenté: si le pasa algo a Benedetti, voy a llorar, como lloré cuando se fue al otro cielo, el Cronopio Mayor. Y lloré. Nos reunimos en en el Taller para leer poemas tuyos. Y elegí a Soledad, porque es emblemático, de tus ideales, de nuestros ideales. Un poema que muchas veces mi compañero me leyó en voz alta, quizá para exorcizar el temor que no nos atrevíamos a confesar, que estaba detrás de todas las puertas. Y porque muchas, muchachas- como decías vos- de mi generación la tuvimos como ejemplo.
Hasta pronto Mario, hasta cualquier noche de luna congelada, con esta soledad alevosa, tranquila, de recuerdos firmes que nos dejaste, poeta.

Muerte de Soledad Barrett

Viviste aquí por meses o por años
trazaste aquí una recta de melancolía
que atravesó las vidas y las calles

hace diez años tu adolescencia fue noticia
te tajearon los muslos porque no quisiste
gritar viva hitler ni abajo fidel

eran otros tiempos y otros escuadrones
pero aquellos tatuajes llenaron de asombro
a cierto Uruguay que vivía en la luna

y claro entonces no podías saber
que de algún modo eras
la prehistoria de Ibero

ahora acribillaron en Recife
tus veintisiete años
de amor templado y pena clandestina

quizá nunca se sepa cómo ni por qué

los cables dicen que te resististe
y no habrá más remedio que creerlo
porque lo cierto es que te resistías
con sólo colocárteles en frente
sólo mirarlos
sólo sonreír
sólo cantar cielitos cara al cielo

con tu imagen segura
con tu pinta muchacha
pudiste ser modelo
actriz
miss paraguay
carátula almanaque quién sabe cuántas cosas

pero el abuelo Rafael el viejo anarco
te tironeaba fuertemente la sangre
y vos sentías callada esos tirones


Soledad no viviste en soledad
por eso tu vida no se borra
simplemente se colma de señales

Soledad no moriste en soledad
por eso tu muerte no se llora
simplemente la izamos en el aire

desde ahora la nostalgia será
un viento fiel que hará flamear tu muerte
para que así aparezcan ejemplares y nítidas
las franjas de tu vida

ignoro si estarías
de minifalda o quizá de vaqueros
cuando la ráfaga de Pernambuco
acabó con tus sueños completos

por lo menos no habrá sido fácil
cerrar tus grandes ojos claros
tus ojos donde la mejor violencia
se permitía razonables treguas
para volverse increíble bondad

y aunque por fin los hayan clausurado
es probable que aún sigas mirando
Soledad compatriota de tres o cuatro pueblos
el limpio futuro por el que vivías
y por el que nunca te negaste a morir

Historia del Cine- Ingmar Bergman. Detrás del velo, existencia por Yamila Greco


No es la intención de este texto realizar el análisis técnico de la obra del cineasta Ingmar Bergman, sino exponer aquello que ocurre al enfrentar el trabajo de un artista que intuye presencias.

Acercarse a sus películas es acercarse a la vida. Allí la pulpa, el secreto; lo que no se advierte a simple vista; la vida que, sin embargo, no pide permiso para surgir, la vida que circula incontrolable en el perfil agrietado de un gesto, o en el movimiento deteriorado de los labios.

Existe en lo visual vestigio de un lenguaje que hace imposible los lazos con el silencio

En una escena de la película “La Pasión de Anna” (En Passion,1969), Liv Ullman cuenta a Max von Sydow, el terrible accidente donde mueren su esposo e hijo. En ese dolor descarnado, se revelan indicios de un aspecto humano (astuto o compungido?) mediante el cual Bergman nos incluye en las tierras superpobladas de la desconfianza. Anna narra su tormento. Existe, en ese decirse, un desahogo; un desahogo que llega con la muerte; un desahogo, la muerte, únicamente posible para los que permancecen de este lado, no para los muertos. “Nunca creí que la vida sería así. Nunca creí que la vida sería un sufrimiento diario”. Nostalgia hecha carne, sollozo hacia la libertad. ¿Es posible desenredar los hilos que nos conducen a la infancia?

En “De la Vida de las Marionetas” (Aus dem Leben der Marionetten, 1980), Tim agobiado por una vejez ya incipiente, habita los espejos. La imágen es múltiple: Tim-su forma, Katharina-su forma, la forma de Tim en otras formas propias aún no aceptadas, no reconocidas. Tim afirma que la ropa lo hace aún más viejo, trasladándonos a la raíz misma de la muerte, del nacimiento: “Soy un niño aún. O quizás no soy un niño nunca más después de todo”.


La unión como soberbia social

Los actores parecieran ser astillas desprendidas de nuestro reflejo. Ahí, donde nadie es más externo a nosotros que nosotros mismos, el dolor es huérfano. En aquel lugar por el reposo ignorado, creamos y destruímos, asimilando nuestra semejanza con Dios. Pero, ¿qué sucede con los otros?

Día a día convivimos el mundo. Si se trata del prójimo, rápidamente buscamos calor en la capucha del verdugo, sin embargo, la intuición nos desborda, la pugna entre el resguardo y la necesidad, nos persigue. El instinto respira: la memoria nos recuerda vivos

¿Cómo mirar a Karin (Sasom i en spegel, 1961), cómo solidarizarme, hacerla propia, si de este lado la desoigo, la rechazo?

Todo ser humano marcado, agobiado, es apartado por el mundo con un golpe de puño. Habita, bajo aquella arrogancia, la parálisis general, enmascarada por el sustento, defensa histórica, acuerdo únicamente posible en la abstracción.

Uno espera, el otro también. Abrazamos la máscara, porque es real, pero tememos que ceda, limitando así nuestra existencia.

Será que todo lo que disponemos es la idea, el ahora, lo fáctico, sin ser capaces de asumir la responsabilidad, el hecho, lo consumado? Acaso la palabra no sea posible si no es posible confiar en quien la porta.

Creer o no creer es confiar o no en el hombre, en nosotros mismos.

El ser humano como certeza

En cuanto a nosotros ¿Cuál es la diferencia entre aquellos y la realidad? El cine, entre otras cosas, es resúmen, es cierto. Sin embargo, la reserva, el torbellino cotidiano, muchas veces logra que la vida también lo sea.

Son aquellos primeros planos una burla, una imitación de los vasos con que nos acercamos a la vida, por medio de un escudo, el artista en este caso.
¿Estamos dispuestos, en lugar de erigir estatuas irreconocibles, a darle nuestra propia cara a Dios frente al espejo?

La vida nos espera si logramos avanzar en la figura, abriendo así, el camino hacia el hombre, hacia la posibilidad.

Ingmar Bergman lo sabe. Su obra es la de alguien que nos sospecha.


Filmografía

1945 • Crisis (Kris) • *
Guión: Ingmar Bergman basado en la obra teatral de Leck Fischer

1946 • Llueve sobre nuestro amor (Det regnar pa var kärlek) •
Guión: Ingmar Bergman y Herbert Grevenius

1947 • Barco hacia la India (Skeep till Indialand) •
Guión: Ingmar Bergman basado en la obra teatral de Martin Söderkjelm

1947 • Noche eterna (Musik i mörker) •
Guión: Dagmar Edqvist

1948 • Ciudad Portuaria (Hamnstad) •
Guión: Ingmar Bergman sobre la obra de Olle Länsberg

1948 • Prisión (Fängelse) •
Guión: Ingmar Bergman

1949 • La sed (Törst) •
Guión: Herbert Grevenius basado en una obra de Birgit Tengroth

1949 • Hacia la felicidad (Till gladje) •
Guión: Ingmar Bergman

1950 • Esto no puede ocurrir aquí (Sant händer inte här) •
Guión: Herbert Grevenius

1951 • Juegos de verano (Sommarlek) •
Guión: Ingmar Bergman y Herbert Grevenius

1952 • Tres mujeres (Kvinnors vantan) •
Guión: Ingmar Bergman

1952 • Un verano con Mónica (Sommaren med Monika) •
Guión: Ingmar Bergman y Per-Anders Fogelström

1953 • Noche de circo (Gycklarnas afton) •*
Guión: Ingmar Bergman

1954 • Una lección de amor (En lektion i kärlek) •
Guión: Ingmar Bergman

1955 • Sueños (Kvinnodröm) •
Guión: Ingmar Bergman

1955 • Sonrisas de una noche de verano (Sommarnattens leende) •
Guión: Ingmar Bergman

1956 • El séptimo sello (Det sjunde inseglet) •*
Guión: Ingmar Bergman

1957 • Fresas salvajes (Smultronstället) •*
Guión: Ingmar Bergman

1958 • En el umbral de la vida (Nära livet) •
Guión: Ingmar Bergman y Ulla Isaksson

1958 • El rostro (Ansiktet) •
Guión: Ingmar Bergman

1959 • El manantial de la doncella (Jungfrukällan) •
Guión: Ulla Isaksson *

1960 • El ojo del diablo (Djävulens öga) •
Guión: Ingmar Bergman

1961 • Como en un espejo (Sasom i en spegel) •
Guión: Ingmar Bergman *

1962 • Los comulgantes (Nattvardsgästerna) •
Guión: Ingmar Bergman

1963 • El silencio (Tystnaden) •
Guión: Ingmar Bergman *

1964 • ¡Esas mujeres! (För att inte tala om alla dessa kvinnor) •
Guión: Ingmar Bergman y Erland Josephson

1966 • Persona (Persona) •
Guión: Ingmar Bergman *

1967 • Daniel (Episodio de Stimulantia) •
Guión: Ingmar Bergman

1967 • La hora del lobo (Vargtimmen) •
Guión: Ingmar Bergman *

1968 • La vergüenza (Skammen) •
Guión: Ingmar Bergman *

1968 • El rito (Riten) •
Guión: Ingmar Bergman

1969 • Pasión (En passion) •
Guión: Ingmar Bergman *

1971 • La carcoma (Beroringen) •
Guión: Ingmar Bergman

1972 • Gritos y susurros (Viskningar och rop) •
Guión: Ingmar Bergman *

1973 • Secretos de un matrimonio (Scener ur ett äktenskap) •
Guión: Ingmar Bergman *

1974 • La flauta mágica (Trollflöjten) •
Guión: Ingmar Bergman

1975 • Cara a Cara (Ansikte mot ansikte) •
Guión: Ingmar Bergman

1977 • El huevo de la serpiente (Das Schlangenei) •
Guión: Ingmar Bergman *

1978 • Sonata de otoño (Höstsonaten) •
Guión: Ingmar Bergman

1980 • De la vida de las marionetas (Aus dem leben der marionetten) •
Guión: Ingmar Bergman *

1982 • Fanny y Alexander (Fanny och Alexander) •
Guión: Ingmar Bergman *

1982 • Después del ensayo (Efter repitionen) •
Guión: Ingmar Bergman

La voz de Odette Alonso en la narrativa

DESDE EL PASADO por Odette Alonso
(Finalista del I Certamen de Relato Corto GLBT Hegoak, Bilbao, Vizcaya, España, 2007)


Odette nació en Santiago de Cuba en 1964. Poeta, narradora, ensayista . Cubana radicada en México desde 1992. Odisea Editorial publicó su libro de relatos: "Con la boca abierta" (Madrid, 2006). Su cuaderno "Insomnios en la noche del espejo" (2000) obtuvo el Premio Internacional de Poesía “Nicolás Guillén” 1999. Compiladora de la antología "Las cuatro puntas del pañuelo. Poetas cubanos del exilio y la diáspora", proyecto que obtuvo uno de los Premios 2003 de Cuban Artists Fund (Nueva York). Ha publicado, además, los poemarios Enigma de la sed (Cuba, 1989), Historias para el desayuno (Cuba, 1989), Palabra del que vuelve (Cuba, 1996), Linternas (Nueva York, 1997), Visiones (México, 2000), Diario del caminante (Monterrey, 2003), Cuando la lluvia cesa (Madrid, 2003) y El levísimo ruido de sus pasos (Barcelona, 2006). Actualmente es editora de la Dirección de Publicaciones de la UNAM..
Opina Odette sobre su escritura: En todo caso, el ojo con que he mirado a alrededor y la visión que he trasladado a mi literatura siempre han sido críticos, a veces ácidamente críticos. Las percepciones complacientes no me interesan, me ganan los asuntos conflictivos o el tratamiento conflictuador de los temas amables o aceptados socialmente. Eso ya aparecía en mi poesía —¿recuerdas aquellas re-visiones de personajes y sucesos de la historia clásica de Occidente? Eva, Penélope y Odiseo, Orfeo, Helena, la reina Dido— y también está presente en mi narrativa y en otros textos de corte ensayístico o reflexivo.

Al Santiago de los setenta,
a mis amigos de entonces.


Entran como balazos, como si un prestidigitador los trajera de la nada y los clavara allí, en la bandeja de entrada, uno tras otro, con sus letras negras. Productos para bajar de peso, para alargar el pene, amuletos de la buena fortuna, loterías y relojes falsos. “¿Alguien comprará estas cosas?”, se pregunta mientras los elimina casi al mismo ritmo en que llegan. Entonces ve el nombre. Mariela Gil Alcántara. Saludos desde tu ciudad. Duda unos segundos antes de marcar el mensaje. Sin abrirlo, lee en la parte inferior: “¿Eres tú, Odalis? Anita me dio este correo. Me ilusiona retomar contacto y revivir nuestra vieja amistad. Seguramente recuerdas como nosotras los sábados en Caletón o en la piscina de San Pedro, aquellas tardes en casa de Anita. Bueno, si realmente es tu correo y te llega éste, respóndeme. Un saludo de tu amiga Mariela”.
Claro que lo recuerda. Silvio lo dice en ese mismo instante desde el lector de cidís: Cómo no iba a recordarte si estás ahí desde mi niñez, en un paisaje diferente pero igual, si a todos nos pasó una vez… En una transición extraña, la voz del trovador se va volviendo la de Barbra Streisand, Odalis está en la barra sucísima de la cafetería de Caletón Blanco esperando a que el dependiente le entregue los panes con croqueta que han comprado y sus amigas cantan a coro con el radio de pilas. I am a woman enlove and I do anything, to get you into my world and hold you within… Ella se les une, haciendo malabares con los panes, y avanzan por la arena gritando con esa emoción histérica de los diecisiete años. It’s a right I defend over and over again. What do I do?
Bajo las uvas caleta están los varones desvistiéndose, tirando la ropa en la arena, apurando el licor preparado con alcohol comercial y extracto de menta, corriendo hacia el agua para nadar hasta el laberinto de arrecifes y desprender de la piedra los escarabajos de mar que llevarán como trofeo a las muchachas. Ellas, cantando, I am a woman enlove and I do anything, doblan su ropa y la de los chicos, la acomodan a la sombra, entre las ramas bajas, donde se sientan a inflar la balsa y guardar los panes en bolsas de plástico para que no se les pegue la arena.
Claro que lo recuerda. Mariela sobre la balsa con los ojos cerrados, todo su cuerpo al sol. Y ella tomándole la mano, como al descuido. Entonces sus ojos amarillos, transparentes, de pantera, la miran con una sonrisa tierna y cómplice y es como si todo alrededor desapareciera, los gritos de los amigos, el arrullo de las olas, y sólo quedaran ellas dos en medio de la playa. Hasta que los muchachos voltean la balsa. Mariela cae al agua y se sostiene de su mano para salir a flote y avanzar hacia la orilla entre risas, sorteando el rompimiento de las olas y las cascadas que los chicos les lanzan a la cara.


San Pedro del Mar está sobre un acantilado. Abajo, muy abajo, el océano azulísimo choca contra las rocas, abre cavernas inexplorables. Un muro de piedra separa el hotel del farallón y allí están sentados, mientras se turnan para cambiarse de ropa en las pequeñas casetas que rodean la piscina.
—¿Adónde hay fiesta esta noche? —pregunta Lili.
Un muchacho flaco y rubio recita de memoria una lista de lugares.
—Las de Violeta son las mejores —concluye Anita dejando claro que a ésa irán—, ella tiene los discos de Bonnie M y KC que le trajo su tía del Norte.
—Pero la mamá de Beto deja apagar la luz —dice el rubio con un guiño de picardía que los hace dudar.
Otros dos muchachos se acercan con el pecho descubierto, metiendo sus camisas a la mochila de la que han sacado una botella.
—Hoy es con café —dice el más moreno—; mi primo no pudo llevarse la menta de la fábrica.
El olor del alcohol escapa del recipiente. Las muchachas bailan junto al muro. Daddy, daddy cool, daddy, daddy cool…
—Allí está el guardia —alerta el rubio.
La botella circula con más discreción de mano en mano y es incorporada a la coreografía que también bailan los varones.
—Vayan a cambiarse ya —les ordena Anita y ellas avanzan por el sendero de cemento hasta la caseta.
Ninguna de las dos levanta la vista mientras acomodan la ropa en la banca de madera y se ponen los trajes de baño. Odalis susurra algo en voz tan baja que Mariela le pregunta qué dijo.
—Creo que estoy enamorada de ti —la voz sigue siendo un susurro—. ¿Me oíste ahora?
—Te oí desde la primera vez, pero quería que lo repitieras.
No se atreven a mirarse. Mariela se pega a la pared y Odalis se acerca tímidamente. Se besan por primera vez. Apenas un roce de los labios. La música llega desde el exterior. Whether you’re a brother or whether you’re a mother, you’re stayin’ alive, stayin’ alive. Odalis acaricia sus mejillas y se miran a los ojos largamente. Feel the city breakin and everybody shakin and were stayin’ alive, stayin’ alive…
—¿Salimos? —conmina Mariela tomándole la mano.
Todos los amigos están dentro de la piscina, cantan alzando los brazos. Ah, ah, ah, ah, stayin’ alive, stayin’ alive. Ah, ah, ah, ah, stayin’ alive, alargando hasta el infinito la última palabra.


Las tardes de estudio siempre se convierten en esto: media hora de algoritmos y trigonométricas, luego Anita y Lili escondidas en los cuartos y ellas en el sofá, con el long play de Saturday night fever, siguiendo la letra de las canciones, rozándose la piel ardiente de las piernas. More than a woman, more than a woman to me… Acercan las bocas en medio del canto hasta encontrar los labios de la otra, suaves, sedientos. Alargan el beso, tierno, mientras las manos toman valor para explorar y los cuerpos se deciden a acercarse.
Luego la invitación desde el cuarto de la abuela donde se acostarán las cuatro en la cama grande y se besarán al mismo tiempo sin saber qué hacer con los sexos unidos, con las manos sudadas. Show… how deep is your love?… Recuerda el tropel con que saltan de la cama y salen al patio cuando oyen abrirse la puerta de la calle. La abuela entra con la bolsa del mandado prácticamente vacía; ellas no dejan de reír, nerviosas, mientras la anciana relata las carencias del mercado.
Odalis mira de reojo la foto con Carlos y los niños hace dos veranos, desplaza la flecha del mouse hacia el menú, pide Bloquear remitente. “¿Desea agregar marigil@yahoo.com a la lista de remitentes bloqueados?”. Lo recuerda todo perfectamente. Cómo no iba a recordarlo… Tiene un nudo en la garganta cuando la flecha se posa sobre la palabra “Aceptar” y presiona el botón izquierdo del mouse.

Gracias, Odette por tu participación

Nubes en el suelo por Silvia Loustau

El silencio en su caída azota mi rostro...
Virginia Woolf (Las Olas)


No sabía porque en sus caminatas juntaba las pequeñas, sedosas piedras que reposaban a orillas del río. Ese río tan cotidiano. A tan pocos metros del fondo de su casa. Atravesar el pórtico verde, deslizarse unos doscientos metros sobre el pasto siempre húmedo y allí estaba. Su líquido espejo. Su amigo que la arrullaba mientras ella pensaba en la señora Dalloway y sus desgracias.
Otras mañanas no pensaba en nada. Sentía el mundo gris pesándole sobre su frágil espalda. Y cada tanto un canto rodado la llamaba. Ella le respondía arrullándolo en los bolsillos de su pollera.
Había conseguido un cuenco de plata y allí iban a parar las piedras. Extraño adorno, opinó Vitta. Nada más.
Pesadillas. Palabras . Palabras y pesadillas la perseguían otra vez. Angustia al despertar. Largos, lentos paseos escuchando los secretos del río, para lograr la calma. Aquella tarde observó las
nubes corriendo sobre el agua. Río espejo. Todo se había invertido, pensó, piedras en el cielo, nubes en el suelo. Todo se había invertido. Y lloró.
A la mañana siguiente rechazó el desayuno que le preparó el ama. Buscó su delantal, aquel que usaba en verano. El de las flores liberty y los amplios bolsillos.
Caminó los doscientos metros que la separaban del río. Mientras tanto los cantos rodados le susurraban mensajes desde el fondo de los bolsillos. Llegó a la orilla. Juntó más piedras. Con parsimonia, casi con religiosidad entró al agua. Despacio. Despacio. Hasta que la cubrió. ■

TALLER DE ESCRITURA CREATIVA

TALLER DE ESCRITURA CREATIVA- POESÍA Y NARRATIVA -LECTURA Y ANÁLISIS DE TEXTOS
Dictado por Silvia Loustau
El valor de la palabra. Poesía y Narrativa –Creación personal- Técnicas de corrección de estilo- Selección y análisis de textos.
Movimientos literarios comparados con otras artes.
Grupos reducidos o personalizados - Amplitud horaria.
Corrección de textos – Guía en trabajos de investigación.
También Taller a distancia vía Internet
Interesados comunicarse al TE:(0223) 495-8538
e-mail: syllous@yahoo.com.ar
Antecedentes en el blog www.silvialoustau.blogspot.com o a pedido.

5 de junio de 2009

Taller Literario

TALLER LITERARIO COORDINADO POR SILVIA LOUSTAU-

Poesía- Narrativa - Ensayos-Escritura, lectura y análisis de textos de los alumnos y escritores consagrados

1 de junio de 2009

Ganadores del II Concurso de Poesía Libre de la Revista Artesanías Literarias

ACTA DE CIERRE DEL II CONCURSO DE POESÍA LIBRE 2009 ARTESANÍAS LITERARIAS

Tras un arduo y prolongado debate, el Jurado de este concurso, compuesto por Lina Caffarello, Silvia Loustau y Aníbal Sciorria, cierra el juzgamiento y da conocer los resultados, que son los siguientes:

1er. Premio: REGRESO DE ÍTACA (Antihéroe) . José Repiso Moyano (España),

2do. Premio: CANTATA DE AUGURIOS (gallina blanca) María Eugenia Caseiro (Cuba).
- Ambos elegidos por mayoría de votos, con el desacuerdo de Lina Caffarello, quien da su calificación en orden inverso.

3er. Premio: TODO SUICIDIO ES UN ACTO DE EGOÍSMO (Gabriel Bandini) Matías G. Berrondo (Argentina)

1ra. Mención: UNO (Charlie Knox) Carla Petrilla (Argentina)

2da. Mención: COMO LA TORMENTA / NO SE TRATA SÓLO DE / OQUEDAD (Ludmila) Mónica Angelino (Argentina)

3ra. Mención: ESPERAS INSEPULTAS (Ojo de Horus) Martha Jacqueline Iglesias Herrera (Cuba)
- Elegidos por mayoría de votos, con el desacuerdo de Silvia Loustau por el orden de prioridad.

4ta. Mención: EN-AJENADA / LOCURITAS / CORTAR POR LO SANO (Merlina Adams) Marta Comelli de Audano (Argentina)

5ta. Mención: APARIENCIAS (Victoria) Beatriz Teresa Bustos (Argentina)
- Por unanimidad.

Premio de excepción (fuera de las Bases del Concurso): EN VERSIÓN POSMO (Athanasius rey) Santos Gonzalo (Argentina)
- Elegido por mayoría de votos, con el desacuerdo de Silvia Loustau.

Sin otras consideraciones, en Buenos Aires, Argentina, queda cerrado el II CONCURSO DE POESÍA LIBRE 2009 ARTESANÍAS LITERARIAS a las 5,14 horas del viernes 29 de mayo de 2009.

Lina Caffarello Presidente del Jurado
Anibal Sciorra
Silvia Loustau