No olvidamos Gaza, no perdonamos el genocidio
La masacre de Gaza no terminó con un alto el fuego. Los muertos, los heridos, los que perdieron todos, los llantos aún dan vuelta por la tierra. Dos poetas dejan su testimonio por La Paz.
CEMENTERIO BAJO LA LAGUNA NEGRA
Aquí la sombra del cielo escarba,
es puramente aproximación secundaria del cielo,
calcomanía del cielo,
estrella que estalla en medio de todas las estrellas más
ordinarias.
Los edificios destruidos por los deslumbres sin alas
son más pequeños que yo,
Una estrella obscura para cada residente que duerme
sin el cuidado de ningún ángel.
En el corchete de pastor una trampa de pajarillos cuelga vacío.
Ni se balancea.
La fresca de la noche levanta un aroma de sangre,
picantillo como brotes de la hierba reseca
guardados en bolsa de cuero negra,
Enseguida hiede.
Una obscuridad de silencios
y duelos azules nos han caído encima.
Retomo ausente su vuelo,
El pensamiento retoma el sabor de lo que aún no conozco.
El sendero gris del carro de la peste está enfilado de olivos.
Sus raíces pueden tocar ahora los muertos,
escribió el poeta.
La muerte puede tocar los olivos,
las amortajadas estrellas,
la mortandad misma
a través de sus poros polvorientos de muerte.
Estoy tan cansado que me acostaría aquí,
pero no estoy tan cansado
para que mi último resuello de nueva intifada se detenga.
Un cordero lixiviado blanqueó las losas de Arafat y Darwish.
Gaza es la palabra grabada en aguafuerte
que me engancha a la vida
como un narguile de plata soñoliento.
Para ti el cordero de mis palabras
que no quita el pecado de las bombas del mundo.
Gaza, el sueño del rizo de la calavera
a la puerta del losar de los inocentes
donde mis manos han estado rozándote
como un icono derrocado de la paz.
Pienso en los huesos,
ancas despellejadas viviendo entre nosotros mañana
y respiro, Gaza, el suave perfume
de la gloria de tus mártires.
Y transgredo el sueño dulce de les madres de Gaza,
trenzo las cintas de los sueños de las jóvenes de Gaza
y estiro la piel de estos muertos que no tienen nada que ofrecernos,
ni tan siquiera la última liga al grito de la lujuria
de sus cuerpos quemados.
Nunca habrá bastantes candelabros caídos
para corregir esto.
Perdidos por perdidos, los aullidos se pierden
en los olivos del otro lado del paso,
que retuercen sus ramas avergonzadas
y se desgarran.
CEMENTERI DAVALL DE L'ESTANY NEGRE
Ací l’ombra del cel grata,
és purament aproximació secundària del cel,
calcomania del cel,
estel que esclata enmig de tots els estels més ordinaris.
Els edificis enderrocats pels besllums sense ales
són més petits que jo,
Un estel fosc per a cada resident que dorm
sense la cura de cap àngel.
Al gafet de pastor un parany de pardalets penja buit.
Ni es balanceja.
La fresca de la nit alça una flaire de sang,
picantoseta com brots de l’herba ressequida
guardats en bossa de cuir negra,
De seguida put.
Una foscor de silencis
i dols blaus ens han caigut al damunt.
Jo reprenc absent el seu vol,
El pensament reprén el tast d’allò que encara no conec.
El sender gris del carro de la pesta està renglat d’oliveres.
Els seus arrels poden tocar ara els morts,
escriví el poeta.
La mort pot tocar les oliveres,
les amortallades estrelles,
la mortaldat mateixa
a través dels seus porus empolsegats de mort.
Estic tan cansat que em gitaria ací
però no estic prou cansat
perquè el meu darrer buf de nova intifada es detinga.
Un anyell lleixivat blanquejà les lloses d’Arafat i Darwish.
Gaza és el mot gravat en aiguafort
que m’enganxa a la vida
com un narguil de plata somnolenta.
Per a tu l’anyell de les meues paraules
que no lleva el pecat de les bombes del món.
Gaza, el somni del rínxol de la calavera
a la porta del llosal dels innocents
on les meues mans han estat fregant-te
com una icona enrunada de la pau.
Pense en els ossos,
anques espellegades vivint entre nosaltres demà
i alene, Gaza, el suau perfum
de la glòria teus màrtirs.
I transgredesc el somni dolç de les mares de Gaza,
trene les cintes dels somnis de les jóvens de Gaza
i tibe la pell d’aquests morts que no tenen res a oferir-nos,
ni tan sols el darrer lligament al crit de la luxúria
dels seus cossos cremats.
Mai no hi haurà mai bastants canelobres caiguts
per a esmenar açò.
Perduts per perduts, les udolades es perden
en les oliveres de l’altra banda del pas,
que vinclen les seues branques avergonyides
i s’esgarrifen.
Pere Bessó ( Valencia)
FRANJA DE GAZA
Dos chicos hacen castillos de arena, de otra cosa son edificios, no tienen sol. Hay aviones que llegan y los pibes miran. Los demás siguen su vida. Ya no alzan la vista cuando oyen el trueno, solo hunden la cabeza entre los hombros y esperan.
Los otros no escuchan, adivinan muertes, de segunda, de las que se muestran, gente extraña que se viste feo y se mueve entre humo y polvo. El cielo gana grises y los diablos hablan, dan razones inauditas; y todos aceptan rápido. Nadie grita ¡NO! Es que tienen que seguir; pagando, comprando, masticando, negando lo que afirman, creyendo lo que niegan. El televisor, grande, brillante, nítido, enseña cuando: emocionarse, indignarse, deprimirse, reírse, excitarse, socializar, manosear a la vecina, que piensa en el de la novela de la tarde mientras la penetra alguien que es un extraño porque no está en la pantalla e, inexplicablemente, vive. Todo está bien, es justo y necesario, la gente es peligrosa si puede contagiar pobreza, dignidad, rebeldía, conciencia.
Los chicos en la arena húmeda siguen con sus juegos, como los demás, los que ya están muertos y no lo saben
Alguien levantará la vista, escuchará los truenos, cerrará los ojos; y todos moriremos un poco más
Osvaldo Pampín ( Mar del Plata)
27 de enero de 2009
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2 comentarios:
Gracias amiga del Alma y de la Poesia
Camarada
no la hay grande sin el compromiso militante
con la vida.
Gaza vive en nuestros corazones.
Aná Anhián bin Gaza
Yo también soy Gaza.
Nahnú wa Palestin.
Nosotros y Palestina.
Te quiero Silvia.
Una hermana más en la lucha.
Pere Bessó
Dober zacetek
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