Algunas de la voces poéticas que nos han acompañado en estos dos años, no están todos –cuestiones de espacio- pero irán llegando a la fiesta un poquito más tarde. Gracias a todos porque, como dice Marguerite Duras,: la inmensidad de un poema se desplegara en el cielo.
Nunca conversé con el Ministro por Domingo Alfonso - Cuba
Nunca conversé con el Ministro
Y mucho menos con un anciano, hoy tembloroso
Que me han dicho, en los bordes del tiempo
Decidía el verdor de los árboles en la costa norte.
Miro otra vez, entre casi neblinas
Aquellas mañanas de mi infancia.
Las flores de mariposa embadurnadas por el rocío
El trajín de mi tía solterona
Encendiendo carbones del desayuno
Y aquellas hebras doradas
Bordando, entre volutas azules, en nuestro cuarto
Donde olor del café y voces amadas
Nos empujaban al orden y a continuar nuestro futuro.
( especial para el blog)
No se vuelve por Diana Poblet ( Argentina)
No se vuelve
ya hemos partido
lejos del barco y su ancha de cristales
lejos el trueno de la voz y el relámpago lluvioso
lejos mi cabello que centrifuga vientos
Sólo al partir despliega la maldición
Ojalá te enamores
y nada detuvo la tempestad
el barco siguió siendo barco
el ancla, ancla
el faro, faro
la soledad tuya
la libertad mía
Ojalá te enamores sentencian los árabes,
el pueblo que conquistó la lágrima.
Ojalá te enamores.
Eva de Pere Bessó- Valencia- España
Ara, si vols,
atura’t una estona,
dama dels llargs exilis.
Pensa que finalment ets al jardí de roses.
Deixa ja d’evocar la lluita de la serp
a la cerca de la nostra fosca nissaga.
I, en tot cas, banya’t en la dolça desídia
dels naips orbs en escart,
abans que la pluja no esborre
tots els senyals
de la carn que una vegada fou jove,
abans que el foc no recreme el recer
de les teues natges,
i eleve la flama els fluids
que nodriren les roses ombriues
enmig de la humil gespa despullada,
on el mos del llavi i l’os del penediment
jauen en desmemòria
i sobreviuen davall de la pell en muda
que adorm el teu llinatge,
l’eterna son dels noms secrets.
Eva por Pere Bessó – Valencia- España
Eve Threre´s a woman in your eyes Jim Capaldi
Ahora, si quieres, detente un rato,
dama de los largos exilios.
Piensa que finalmente estás en el jardín de rosas.
Deja ya de evocar la lucha de la sierpe
en busca de nuestra obscura casta.
Y, en todo caso, báñate en la dulce desidia
de los naipes ciegos en descarte,
Antes de que la lluvia borre
todas las señales
de la carne que una vez fue joven,
antes de que el fuego requeme el cobijo
de tus nalgas,
y eleve la llama los fluidos
que alimentaron las rosas sombrías
en medio del humilde césped desnudado,
donde el mordisco del labio y el hueso del arrepentimiento
yacen en desmemoria
y sobreviven bajo la piel en muda
que adormece tu linaje,
el eterno sueño de los nombres secretos.
Sentencia de Cristal por Laura Chiesa - Argentina
El licor obnubila los sentidos
y mata las virtudes.
Invierte las ternuras de la vida
soslayando emociones.
Descontrol neuronal
que anuncia agónicos momentos
con finales caprichosos.
Parálisis del saber
y el sin saber de los deseos.
Sentencia de copas embriagantes.
Catedral de tonos
con aire de festejos
que forman, sin saberlo,
la orquesta de la destrucción.
Siesta por Osvaldo Picardo – Mar del Plata- Argentina
vi de nuevo el rostro de mi madre
José Lezama Lima
Recuerdo de golpe, la oración sibilante de mamá
mezclada al zumbido de un moscardón.
La penumbra de la cocina ya limpia
y su sombra
a través de la fiambrera de la ventana.
La que daba al lavadero y un patio
con macetones de flores sustentadas a pura agua.
De mañana fuimos con mi primo a nadar.
Todavía el mar estaba brumoso
como si sacudieran una alfombra en el viento.
Aturdidos entrábamos de lleno a la combustión
del silencio
con pisadas de gaviotas sin borrar
y ovas vacías entre las uñas de las olas.
Estoy con una malla mojada y el pelo rubio.
Sumido en el cansancio pleno del mar,
poco antes de ser obligado
a la inocencia segunda del sueño.
Mamá –nunca te lo dije– yo te espiaba de lejos,
fabricabas algo seguramente bueno.
El zumbido sin palabras
en el abismo del nacimiento
y la calma ilegible de antes de todo sueño
te han comprendido.
(De Una complicidad que sobrevevive 2001)
Yamila Greco – Buenos Aires
CXIV
confundí la sangre
con la esperanza
demostré la mímica
con la certeza
todavía más
incluso las piedras
pero en mi memoria
habitan muertos
que me enseñan
a abolirme
(de:respirar puede ser un fracaso )
Por qué leo poemas en el trabajo por Alejandro Schmidt -Córdoba
No es para salvarme de los animales
Luis Chavez dice que
el tiempo no entiende de estas cosas
para él
todos somos animales
la poesía detiene el tiempo
no es para pasar el tiempo
que leo en la oficina
conozco las reglas
mantengo las distancias
estas cuestiones de empleado
resultan inútiles para leer
soy interrumpido
soy un pobre y contumaz mediocre
lo cual no se remedia
leyendo poemas en el trabajo
ni escribiéndolos
o sintiendo que no importa
que voy hacia la muerte
con una línea de dios
y los labios cerrados
pero
otra vez
abro francamente ese libro
de Kavafis
adivino los rumores de Alejandría
y me embrutezco de soledad
de silencio.
( de: Escuela Industrial)
Eppingniana por Marta Zabaleta - Londres
Me levanté
sin desearlo
pero enseguida
comprendí que era
un error
llorar
cuando me toqué
y no me dolí
nada.
Comencé
entonces
a preparar
a cup of tea
sin entender aun
cómo puede
la ardilla balancearse
en esa fina rama
brincando
pero sin quebrarla.
Sonó un estruendo
en el pasillo
vacío
de zapatos de hija
sin paraguas de marido
ni zapatillas de hijo:
solo y meditabundo
mi bastón
el de las flores rojas
se cayó al piso
cuando por la puerta
la cartera
deslizó algo.
Lo abrí
tomé el libro
y espolvoreé el estante.
‘El cuarto oscuro
y otros poemas’
de Bob Gurney
me consolaron
cuando no eran
todavía
ni las cinco en punto
de la tarde.
Gocé el instante.
Silueta por Alfredo Lemon - Córdoba
Bajo la Cruz del Sur
ví tu perfil en la sombra.
Tu aproximación me tentaba
como el coraje a los tigres.
Nostalgia por Violeta Boncheva - Bulgaria
Aprendí a nadar
para llegar a los litorales de la salvación
pero yo sé
que no ha de ser la fatiga de la distancia
sino mi tristeza
más pesada que yo misma
la que terminará por ahogarme
Otoño por Alfredo Villanueva Collado - New York
(para Víctor, mis padres, y los otros)
Aquellos que decían haberme querido
desaparecieron.
He pasado siglos enviando mensajes.
No contestan.
Los muertos se ocultan tras fotografías.
Los vivos
por unos segundos reaparecen
cuando cierran las puertas de los trenes.
No es cierto que el amor conquiste la muerte.
Me agazapo
en el agujero que me alquila el tiempo.
No puedo cargar con tanta ausencia.
No puedo. No quiero. No deseo.
Escucha hombrecito por Verónica Pedemonte - España
Escucha hombrecito
Hasta cuándo hombrecito
podrás vivir
con ese trozo de pan
y ese terror en la mirada.
Hasta cuándo hombrecito
le abrirás las entrañas
a tus salvadores,
quemarás a doncellas por brujas,
saldrás en procesión con Poncio Pilatos,
cenarás con Herodes.
Hasta cuando tu corazón
seguirá dormido
arrullado por nanas metálicas
enchufado a las máquinas.
Hasta cuándo, dime,
hemos de sufrir por ti,
y de vivir y de morir por ti,
para que abras esos ojos,
que tiran tejos a Lady Macbeth.
Hasta cuándo
te acostarás con la vara de mando
como una prostituta.
¿Hay esperanza para ti,
pequeño, útil, débil, hombrecito?
(de:Esclavos y libertos)
Premio Internacional Gerardo Diego (Editorial Cervantina, Santander 2000)
Llueve sobre el agua por Fernado Bonatto - Mar del Plata
llueve sobre la lluvia
llueve sobre mis botas de agua
sobre mi capa mojada llueven
gotas gruesas de lluvia
llueve sobre el agua que corre
bajo el cordón azul
llueve sobre la lluvia de la hoja verde
reluciente en agua nueva que apenas cuelga
y con el viento se hace lluvia apurada
sobre la lluvia recién caída
llueve en goteras
y cada medio minuto exacto
cae agua sobre un plato
llueve sobre la memoria lavada
llueve sobre el nido y las plumas
del pichón desvalido
llueve en mis ojos hipnóticos
en mis mejillas secas
en mis párpados inundados
llueve en la gaviota marina
llueve en la marea pluvial de mi asombro
llueve sobre el amor ruidoso
llueve lluvia impiadosa sobre la chapa
apenas sostenida con piedra y óxido
llueve arriba del pibe descalzo en el charco
donde llueven gotas negras ominosas
llueve sobre la tumba recién abierta
sobre las lágrimas que no derramo
llueven desde hace rato fuegos
y sobre ellos cenizas
Después de Graciela D. Pucci - Buenos Aires
La pasion me desata
entre bambalinas y deseos
manos sin contornos
transitan senderos inexplorados
grutas grávidas de anhelo
invitan a reconocerlas
inicio la travesía
El ritmo mutuo se acompasa
Urgencia de piel
fuego en las entrañas
éxtasis
humedad
y
silencio.
Oscuridad salobre
en palabras muertas
desunión
frío
tinieblas
hueco infinito dentro del pecho.
Los sueños me pulverizan
en el cuarto de los espejos.
1ºPremio-5º Certamen Internacional de Poesía y Cuento Mis Escritos
9 comentarios:
Gracias Silvia por difundir mis lineas y por otra parte,la compañia obliga a persistir en esta historia
Mi querida Silvia, una amiga de la que -alguien -alguna vez dudó.
Gracias, muchas gracias por tu invitación. Me alegró poder estar presente en tus dos (2) años.
Todas mis fuerzas, aplausos, Laura Beatriz Chiesa.
Gracias, Silvia>
Celebro tu autocelebracion.
Gracias por incluir un poema mio
Que estes contenta con tu trabajo, y alegre con tu exisencia me parece excelente.
Besos
Marta.
desde LOndres
Gracias a todos los que han participado en esta fiesta de la palabra, gracias por compartir,un abrazo a todos de
Silvia
Felicitaciones por estos dos años, querida Silvia.
Me agradó la selección de textos que escogiste para celebrar el aniversario del blog.
Un saludo cordial
Analía
Gracias Silvia por editarme entre amigos y saberte ahí, alfarera de la palabra que aún resiste.
Con mi abrazo para vos y una caricia a este blog que cumple años.
Con cariño,
d.
¡¡¡Feliz Cumpleblog, Silvia!!! y muchas gracias por publicar mi poema en este número especial, tan especial como su hacedora, incansable trabajadora de la cultura
Un fuerte abrazo desde Buenos Aires, y que sigan los éxitos.
Graciela Pucci
Felicitaciones, Silvia, por estos primeros dos años. A vos y a los compañeros escritores, el abrazo primaveral de un otoñal.
R.
r.
Silvia,
Gracias por incluirme en la selección de Voces Amigas. Ya sabes, de todos modos nunca está de más decirlo, tu apoyo es muy importante para mí. En este caso se suele decir "persona increíble", yo prefiero decir "persona creíble". Así es como sos. Encontrarme con personas, realmente personas, saber que no estoy, que ni estamos solos, es motivo suficiente para seguir adelante.
Un enorme abrazo,
Yamila Greco
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