9 de enero de 2010

Voces Amigas


Poema por Lucina Alvarez

Poetas, cantores
deshollinadores de la vieja memoria
rumiadores celestes de palabras
caballeros andantes de la melancolía
buceadores de la magia
filatelistas de la ceniza
Lamas de los papelitos
amigos míos

no vayamos a olvidarnos de la luz
que no está allá arriba ni tan lejos
sino aquí
por estos lados.

Escritora argentina. (1945-desaparecida en 1976)

Habito de Marta Goldin ( Buenos Aires)

habito inquieta estas horas
las próximas horas
entro en el poema
con la intensidad del peligro
la lengua en peligro
entro por la puerta entrabierta
yo entreabierta
como el poema que escribo
vacilo
empujo suave la puerta
la palabra
con una quedo adentro
con otra salgo
soy y no soy esa puerta
esa palabra
que habita en mí
me abre
me cierra
la palabra
la puerta .




Ella por Violeta Boncheva ( Bulgaria )

Broto entre los ajenjos en el patio
Como si estuviera floreciendo la acedera
Sin secreto alguno en sus ojos
Como campanas de pascua
La dueña de cantos de pájaros
De un perro y un gato.
Se ocupo de los jacintos y el hinojo
Y comenzó a hablarme de historias añejas
Al final me deslizo en las manos
Un huso de colores de su natal Gorna Oriajovitsa
Para que no me perdiera en el camino
Yo la cosmopolita.


Pasado encriptado por Nicolás Oliver-
Un poeta de 13 años- Mar del Plata

Verde miedo/

catástrofes/tumbas con

verdades agotadas

exilio/armas/muerte

temores marchando

gritos

cuerpos meditabundos

en rio de

sangre

ahogados/inmóviles

bajo cenizas

de un pabellón



¿Qué posteriores

hechos mancharán la

degradación de esta existencia?

Creo que Nicolás Oliver nació para ser poeta.Es mi deseo que crezca, como una ola infinita


Juguemos a jugar que todas somos madres por Marta Zabaleta ( Londres) *

Dedicado a la Memoria de mi amiga y ex-alumna de la Escuela de Economía de la Universidad de Concepción, Chile
Muriel Dockendorf, mirista a cargo de tropa, desaparecida en Chile en 1974, a los 24 años.


Nací persona. Como víbora que se atraganta con su cola
devine Melpómene, diosa como de todas las tragedias, 'como su madre'.,diría mi padre. Fui su hija única, mujer,
“tal vez lesbiana”, dijo una vez mi madre.
.

‘Eres una mujer hermosa’.
Lo siento, Capitán - nos hemos conocido
un poco tarde.
Erguido, bigotudo, armado, pintoso, como mi padre.
Soy la Libertad, os lo repito, una bandera,
soy senos, fui marsellesa, como mi madre.
Y soy quimera, un hecho y mil palabras.
Aturdida, histérica, un ser cambiante, mujer, como mi madre.

Hundidos ya los dientes a patadas, soplando al viento los quijares
y bebida la sangre coagulada, rodeada de fieras amaestradas
con su orina, su semen, su ignorancia, sus mates, sus sables,
sus cigarros… sangro de nuevo, pero no delato.

La vagina que muerdes, perro-hombre que penetras
como un buitre, cabalgas como a tu madre y violas
como si fuera de tu hermana, asesinas, sin saber que tú eres
parte del pueblo, gendarme, camarada.

Un número y violada: duerme,
no llores,
no te mates,
mira volar las golondrinas
rojo y blanco,
y en el campo,
recuerda, eras el humor reverberante,
como en el lecho colina sin bastiones.
Tu juventud nos daba la esperanza.
No la llores, madre.
Ella es estrella.

Muriel: en el despeñadero mapuche pusiste tu fusil en alto,
llamarada, alumna, hija, tía, hermana, amiga, novia, esposa, compañera
amenazada entregada golpeada sucumbida, y encima, calumniada.
Muriel acribillada.

Regaron los servicios con tu sangre,
te entramparon, desnudaron, enlazaron,
penetraron,
cinco, diez, quince, veinte, cien veces muerta, asesinos
todos hombres, todos blancos,
vomitabas
y aun profanada, no delatabas, no llorabas;
nada nos cambiaba.

Gritaba el golpeador, el gran dios de los genuinos zánganos,
como aquel que fuera un colega sin sustancia,
a los cuerpos desnudos temblorosos de miedo,
el dueño feroz de esa luz incesante
con que trataban de enceguecer el alma.

No nos fusiles, no nos golpees, ya basta; no mates tu inocencia,
no dejes que alguien escupa a quien te mate; el amante te abraza,
los padres te suplican, el centinela tiembla, y cuenta: otra vez
hasta diez, y vuelas: eres otra vez una paloma rojinegra,
vestida de mil soles.

No la embarace, no la roce, no la hiera,
mejor mátela, Coronel, y la embaraza,
la roza, la hiere, es una niña, gime, se desangra,
y abomina, mientras la hiena se place.

Subiremos otra vez las escaleras
adonde el sol calienta,
la primavera va desnuda,
adonde crecen las acacias
y los volcanes rugen,
hablaremos de los partos,
juntas las manos todas
jugaremos a jugar
que todas somos Madres.

Porque nos hicieron mujeres
pero luchando, solas, volvimos a convertirnos
otra vez en personas.



Del libro-collage de pseudo memorias inédito
‘Dulce de Leche: memorias de Lucía Guerra’


* Leído en Santiago, el 16 de julio 2003, en la Escuela de Economía de la Universidad de Chile, durante mi primer regreso luego de treinta años de haber sido expulsada del país el 5 de octubre de 1973, en la Mesa Redonda coordinada por mí, ‘GRACIAS A LA VIDA’, que dedicara a todas/os las/os desaparecidas/os de América Latina, y que tuvo lugar durante el ICA 51o (Congreso Internacional de Americanis
tas).

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas Gracias, un abrazo,,



Marta Zabaleta

Anónimo dijo...

Muchas gracias por incluírme entre las voces amigas. Un fuerte abrazo y seguimos en contacto -Martha Goldin

Gustavo Tisocco dijo...

Maravillosos poemas, donde tener memoria nos hace himanos e invencibles.
Un abrazo Gus.

Anónimo dijo...

Gracias Silvia por estas Voces Amigas, conocerlas es enttirse cerca a ellas,

Alicia

S .M.T dijo...

La memoria,en la prosa , en la poesía, en el alma, la memoria siempre fuego sagrado de la historia