Avergüenza el mundo del siglo XXI, disfrazado de tecnología, bienestar consumista, guerras ciberespaciales e intereses mezquinos de colonización.
Repugna la existencia de un Consejo de Seguridad de la ONU parapetado en la salvaguarda de los derechos humanos para legitimar ataques sofisticados a los pueblos indefensos, donde la muerte de niños en conflictos bélicos tienen la excusa de errores.
A Libia se le decretó sentencia a muerte porque sus yacimientos de petróleo son la envidia de los grandes consumidores de combustible, en un ámbito internacional necesitado de energía para seguir malgastando.
Al pueblo libio se le mutilará la historia y será víctima de la codicia imperial. Si permite su colonización no tendrá oxígeno para respirar y su espíritu árabe será sustituido por una cultura imperial portadora de la irracionalidad consumista occidental donde dominan las leyes del narcotráfico, la mafia y la especulación financiera.
Pueblos levanten sus manos contra la “guerra humanitaria” y formen el escudo humano unido e impenetrable. Demuestren que la vida es lo más importante.
Unan el grito gutural a las fuerzas emancipadoras y aplasten con la razón de la independencia la vil decisión de una guerra para proteger civiles. La guerra sólo tiene un destino: la muerte.
Libia cava la trinchera, ahí entraremos todos.
Gracias Nuria, por enviarme tus relatos
Nuestro futuro, sólo tiene un nombre: ¡Libertad!
1 comentario:
Gracias por este texto, y viiendo desde Cuba lo valoro aún más.
javier
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