4 de febrero de 2010

Poetas haitianos- En medio del horror: la palabra


Poetas haitianos- En medio del llanto: la palabra
Ya no es valido repetir lo que muestran todos los medios de comunicación. Muetran, escribín, como mostraron las guerras, en esta pos pos modernidad, en esta época que el sociólogo Baumann ha llamado:
sociedad líquida,el desatre se mira, se apaga el televisor o se dobla el diario. Si hay tiempo, si tienen ganas, algunos harán una donación. Quedan en paz. Jamás se preguntaron , ni se preguntarán ¿Cuál es la historia de Haiti? El mayor patio trasero del Imperio. Como dijo Eduardo Galeano:de el otro lado, está el infierno negro. Sangre y hambre, miseria, pestes. Haití es un país arrojado al basural, por eterno castigo de su dignidad. Allí yace, como si fuera chatarra. Espera las manos de su gente.

Nuestro homenaje ante el dolor: la poesía que enciende Memoria

Flores en el buzón por René Depreste

Esta mañana, una mano puso flores en tu buzón:
¿será acaso un sol que te escribe
desde una cárcel de tu país?
¿O es un telegrama —SOS de la luna—
que de repente ve venir
las amenazas del hombre?
¿Será el último árbol romántico
de Nueva Zelandia que quiere
intercambiar sellos contigo?
¿Desde cuándo la lluvia envía
mensajes cifrados a sus amigos?
Puede que sea la carta certificada
de un ruiseñor necesitado de dinero.
¿Y si fuera la carta anónima de un
cocodrilo, alcalde de una aldea tenebrosa?
¿o la carta de algún maldito presidente
vitalicio de la república?
¿o la de un tiburón notario de un país racista?
¿Quizás sean flores explosivas, dotadas
de un maravilloso mecanismo de acción
retardada, flores cultivadas
en los invernaderos del Ku Klux Klan?

Nada permanece tanto como el llanto por Jacques Viau Renaud

Ya no es necesario atar al hombre para matarlo. / Basta con apretar un botón / y se disuelve como montaña de sal bajo la lluvia. / Ni es necesario argí¼ir que desprecia al amo. / Basta con proclamar -ceñuda la frente- / que comprometí­a la existencia de veinte siglos. / Veinte siglos, / dos mil años de combatida pureza, / dos mil años de sonrisas clandestinas, / dos mil años de hartura para los prí­ncipes. / Ya no es necesario atar al hombre para matarlo. / La noche, / los rincones, / no, / nada de eso sirve ya. / Plazoletas y anchas calles se prestan bulliciosas. / No cuenta el asesinato con los pacientes, / No cuenta el prí­ncipe con los sumisos. / Todos han olvidado que el hombre es aún capaz de cólera. / Las llamas se extinguen sin haber consumido el odio. / El dí­a irredento ha postergado la resurrección del hombre. / Y los otros, / Aquellos que presencian la matanza sentenciando: / "Locos, habéis tocado a la puerta de la muerte / y ella se quedó en vosotros!" / Esos / Solo saben predecir la muerte, / No han aprendido a combatirla. / No han aprendido a cobijar la tierra en el corazón / Ni a ganar la patria para el hombre. / Y el sumido, ¿qué hace? / ¿Dónde deposita su silencio? / ¿En qué lugar del corazón teje la venganza? / Nadie lo sabe. / Todos le han olvidado. / Se ha dictaminado que su morada sea la sombra, / que el pan deshabitado sea su alimento, / que el pico le prepare el lecho / y la pala le cubra el corazón. / ¿Qué es el hombre combatido? / Nadie lo recuerda. / Lo visten los trapos. / Lo arrojaron en la parte trasera de la casa / y allí­ / con los residuos / un guiñapo se amontona. / Las llamas se extinguen. / Se arrinconan los hombres en una sola sombra, / en un solo silencio, / en un solo vocablo, / en un llanto solo / y cuando todo sea uno, / uno el llanto y el vocablo uno / no habrá paz sobre la tierra. / ¿No habrá paz? / Y aquellos que dictaminaron el destino del hombre, / los que jamás contaron con los sumisos, / amasarán con sangre su propia podredumbre. / ¡No habrá paz! / ¡Llanto para quebrar el llanto, / muerte para matar la muerte!

En el centenario de su nacimiento- Carta de Miguel Hernándesz a Josefina, su gran amor




M
Madrid, 12 de septiembre de 1939.


En abril de 1939, tras la caída de Madrid y de la II República española, Miguel Hernández intentó huir a través de la frontera con Portugal. Detenido en Rosal de la Frontera, permaneció en prisión hasta el 17 de septiembre, cinco días después de escribir a su esposa, Josefina Manresa, la carta que hoy reproducimos.
La suerte de Miguel Hernández no duró mucho. Acababa de regresar a Orihuela para reunirse con su familia cuando la policía franquista lo detuvo por segunda vez. En enero de 1940, fue condenado a muerte; en junio, la sentencia fue conmutada por una pena de treinta años. Dos años más tarde, y tras pasar por cárceles de Madrid, Palencia, Ocaña y finalmente Alicante, falleció de tuberculosis: era un 28 de marzo.


Mi querida Josefina:

Esta semana, como las anteriores, llega martes y no ha llegado tu carta. También empiezo a escribir ésta para que me dé tiempo a echarla después, cuando el correo me traiga la tuya, que no creo que falte hoy. Estos días me los he pasado cavilando sobre tu situación, cada día más difícil. El olor de la cebolla que comes me llega hasta aquí, y mi niño se sentirá indignado de mamar y sacar zumo de cebolla en vez de leche. Para que lo consueles, te mando esas coplillas que le he hecho, ya que aquí no hay para mí otro quehacer que escribiros a vosotros y desesperarme. Prefiero lo primero y así no hago más que eso, además de lavar y coser con muchísima seriedad y soltura, como si en toda mi vida no hubiera hecho otra cosa. También paso mis buenos ratos espulgándome, que familia menuda no me falta nunca, y a veces la crío robusta y grande como el garbanzo.

Todo se acabará a fuerza de uña y paciencia, o ellos, los piojos, acabarán conmigo. Pero son demasiada poca cosa para mí, tan valiente como siempre, y aunque fueran como elefantes esos bichos que quieren llevarse mi sangre, los haría desaparecer del mapa de mi cuerpo. ¡Pobre cuerpo! Entre sarna, piojos, chinches y toda clase de animales, sin libertad, sin ti, Josefina, y sin ti, Manolillo de mi alma, no sabe a ratos qué postura tomar, y al fin toma la de la esperanza que no se pierde nunca. Así veo pasar un día y otro día, esperanzado y deseoso de correr a vuestro lado y meterme en nuestra casa y no saber en mucho tiempo nada del mundo, porque el mundo mejor está entre tus brazos y los de nuestro hijo.

Aún es posible que vaya para el día de mi santo, guapa y paciente Josefina. Aunque yo, la verdad, creo que estos amigos míos llevan las cosas muy despacio. Han estado de vacaciones fuera de Madrid y han regresado esta semana pasada. No han podido venir a verme porque ahora es imposible para todo el mundo. Es casi seguro que los veré la semana que viene. Me decías en tu anterior que guardara la ropa cuanto pudiera. No te preocupes, que si no tengo ropa cuando salga, con ponerme una mano en el occipucio y otra en el precipicio, arreglado. Así y todo procuro conservarla y uso la más vieja y todo son cosidos y descosidos y ventanas por todas partes. El pijama se me ha roto y le he puesto un remiendo que es media camisa, porque se me veía toda la parte de atrás y era una verdadera vergüenza. Por lo que a mí me pasa, me figuro lo que os pasará a vosotros y como esto siga así, me veo contigo como Adán y Eva en el Paraíso.
¡Ay, Josefina mía! No nos queda otro remedio que aguantar todo lo malo que nos viene y nos puede venir, para el día que nos toque aguantar lo bueno. ¿Verdad que llegará ese día? Yo nunca he dudado de que llegará y de que seremos más felices que hasta aquí hemos sido. Esta separación nos obliga a respetar a nuestro Manolillo más que respetamos al otro. Manolillo del que no dejo de acordarme nunca. Dentro de un mes hará un año que se nos murió. Eso de que el tiempo pasa de prisa, para nadie es más verdad hoy como para nosotros y a mí me cuesta trabajo creer que ha pasado un año desde que cerró nuestro primer hijo los ojos más hermosos de la tierra.
Dios, a quien tú tanto rezas, hará que el día diecinueve de octubre lo pasemos juntos, si no hace que lo pasemos el día ventinueve de este mes. No quisiera pasar, ese día lejos de ti. Iremos a dar una vuelta al campo y si tú eres decidida, visitaremos la tierra donde nos espera. Tengo ganas de hablar contigo. La otra noche soñé a Manolillo ya con cinco o seis años de edad. Cuídalo mucho, Josefina que crezca fuerte y defendido contra toda enfermedad. Cuando te sea posible come mucha fruta y mucho vegetal, principalmente patatas. Es lo que más conviene a tu salud y a la de nuestro sinvergüencilla.
No me dices muchas cosas suyas. Supongo que ya hablará más que un loro. Si supieras que ganas tengo de oír su voz: se me ríen los huesos sólo de imaginarla, con que mira lo que me voy a reír el día que la oiga de verdad. Dime el peso que tiene, que no lo has pesado hace mucho tiempo. Estoy enfadado con Manolo y con las Marianas, a ninguno de los cuatro se les ocurre escribirme unas letras. No se acuerdan de mí, que no los olvido. Dime también algo de la abuela y la tía, que tampoco me han mandado una sola letra (...).
Bueno. Voy a dejar el lápiz y a esperar tu carta, a ver qué me trae de bueno. Nada. Hoy no recibo carta tuya. No me gusta que te retrases en escribirme. Vaya plantón que me he llevado al pie del que vocea el correo. No hay derecho. Espero que me digas algo de nuestra familia de Orihuela, de mi madre especialmente y de la de Pepito. Anteayer he recibido una carta de un amigo de la huerta, Trinitario Ferrer, muy amigo de mi hermano y me dice que se ve con él todos los días. Di a Vicente que le diga que por ahora no puedo contestarle, pero que me alegra mucho saber de él. Voy a terminar mi carta diciéndote que seas menos perezosa conmigo o de lo contrario no te voy a escribir en un mes. Y nada más porque no parezca larga ésta a la censura y porque hagan todo lo posible para que llegue a tus manos.
Manolillo: adiós, un beso ¡pum! Otro beso ¡pum! Otro, otro, otro, ¡pum, pum, pum!
Manolo: escribe, dejando a un lado por un rato las barbas y las perezas.
Marianas: a ser buenas y a pelearos una vez a la semana solamente.
Josefina: recibe para ti y para nuestro hijo y para nuestros hijos mayores el cariño encerrado y empiojado y ... perdido de tu preso

Miguel

¡Adiós!

Los cien años de un niño eterno; Javier Villafañe(1909-1986) por Silvia Loustau



En qué país estarás Javier Villafañe, tanto que te gustaba viajar. En qué esquina de la tierra se asomarán tus títeres y tus cuentos para seguir peleando por un mundo mejor, para resistir con la poesía de tus manos de mago y tus palabras de fuego.Javier Villafañe nació en Buenos Aires el 24 de junio de 1909. Fue poeta, escritor y, desde muy pequeño, titiritero. Con su carreta La Andariega viajó por Argentina y varios países americanos realizando funciones de títeres. En 1967, su libro Don Juan el Zorro es objetado y retirado de circulación por la dictadura de Ongania. Decidió entonces abandonar el país y radicarse en Venezuela donde, trabajando para la Universidad de Los Andes, fundó un Taller de Títeres .Vuelve al país cerca del principios de los ´70, yendo a vivir a La Plata. Tuve la suerte de conocerlo mucho, compartir la mesa, el pan, el vino y los sueños que nacían. Javier era un niño grande, que regalaba dibujitos y poemas en servilletas de papel.
Cuando pensé que cumpliría cien años, un ramalazo de recuerdos se enredó en mi memoria. Sobre todo el fin de año, donde nos reunimos y amanecimos cantando en la casa de su sobrino , amigo y compañero. En 1978,el gobierno venezolano, le dio refugio. Luego hace una experiencia trashumante en el Viejo Continente siguiendo el camino de Don Quijote. El primer día de abril 1996, a los 86 años, falleció en Buenos Aires. ¿ En que caminos andarás con tu Andariega, Javier de los titeres, los textos bellos, la poesía, la conversación larga , el cariño , como una luz, iluminando todo?

Silvia

El día y la noche

Hay que tener mucho cuidado
cuando se cierran los ojos
y sobre todo de noche
El día es la luz
el apogeo que despierta el gallo
La noche el primer miedo del hombre
la que borró el espejo de las rocas
donde el bisonte iba a caer atrapado
la que inventó el radar de los murciélagos
el rocío que envuelve las uvas
esas gotas de vino
que bebe la tierra
Todas las noches no sabemos
si será el día siguiente.

En Montemar Silvia se preguntaba

Cuando se mira
un espejo
en otro espejo
¿cuál es el espejo
que se mira
y qué ve un espejo
en el espejo
cuando el otro espejo
también lo está mirando?


Los grandes negocios

Cambiar un monte por un caballo
Una red por una barca
La H por la J
Un cuchillo por una lámpara
Una plegaria por una golondrina
Un perfume por un olor
Una pared por una enredadera
Un círculo por un punto
Un recuerdo por una veleta*
Una tijera por un alfiler.
Hemos perdido mucho tiempo caminando
Somos viejos ahora, pero todavía
quedan grandes negocios por hacer
cambiar, por ejemplo
un resorte por una incubadora

Un fallo en el motor por Salvador Moreno Valencia- España



La noche se alzó victoriosa como una plaga de langostas sobre un inmenso océano de trigo. El motor del coche rugió por cuarta vez sin éxito alguno pero dando a entender que cabía la esperanza de éste.
Maribel, algo nerviosa, encendió el sexto cigarrillo mientras Abel sequía ensimismado afanándose por llevar a buen fin el carraspeo de su desvencijada furgoneta.
En la profundidad de la oscuridad, a unos metros de distancia una garra se aferra a un farol nórdico que ilumina el rostro desencajado de su portador que camina asiendo con la mano derecha un bate de béisbol, y con la zarpa izquierda la luminaria a modo de luciérnaga que va creando destellos en las oscuridades del bosque.
-¡Abel, tengo frío, no podemos quedarnos aquí toda la noche, haz algo, inútil!- le reprocha Maribel a su amante, mientras él con las manos manchadas de grasa intenta por enésima vez poner el motor en marcha fracasando en el nuevo intento.
-No te preocupes que todo va ir bien- le responde intentando tranquilizarla.
El silencio de la noche secuestra todos los espacios, el tiempo parece haber desaparecido deteniendo todo cuanto habita en rededor. La zarpa ase el farol y mide sus pasos casi a tientas como un ciego se maneja entre una muchedumbre sin tropezar con nadie. Un soplo de una boca feroz y deseosa de sangre apaga la luminaria que lucía trémula dentro del farol nórdico y el bosque queda en la más absoluta oscuridad.
-Abel, te lo ruego, haz algo, vayámonos de aquí- vuelve a repetir por vigésima vez Maribel que se ha fumado casi todo el paquete de cigarrillos.
-Ya está casi, cariño, esta vez seguro que se pone en marcha- resopla Abel que parece haber sufrido una mutación y de blanco se ha convertido en negro. Entra en la furgoneta y vuelve a intentarlo nuevamente y esta vez con éxito. Maribel sube rápidamente, pero para cuando va a cerrar la puerta una zarpa se interpone impidiendo que la puerta quede cerrada. Un grito quiebra las sombras. Es el grito que Maribel acaba de enviar al mundo cuando contempla el rostro del portador del farol nórdico, a la vez que éste golpea, alzando el bate, sobre el rostro inmaculado de Maribel. Abel, indeciso ante lo inesperado, intenta salir de allí poniendo la primera marcha, y en ese momento el motor envía su estertor a la noche y queda en el más absoluto silencio. Un búho ulula en su atalaya, los lobos aúllan en la colina, una raposa se desliza lenta y sigilosamente en el interior del gallinero donde una docena de polluelos se cobija bajo el ala de una bella durmiente conocida en el corral como Blancanieves.

Salvador Moreno Valencia, narrador y ensayista-Director de la revista Letras (de Fuengirola).

Relato incluido en el libro de relatos dosmásuna, que pueden adquirir en:http://www.bubok.com/libros/16898/dosmasuna

Gracias Salvador, por este relato ,en especial, para el blog.

La Guerra Civil Española vive en Purmamarca(diario de una militante) por Silvia Loustau






…cuando Millán Astray tuvo la osadía de gritarle a Unamuno: ¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte! , en plena universidad de Salamanca supe que no quedaba otro camino: el de las armas. Yo tenía tan solo diesciete años, estudiaba filosofía, dibujo y pintura. Pues siempre había sido muy rebelde, desde pequeño, me aburría del catecismo y l os curas y me escapaba, tendría once años y me escapaba a jugar parchis * o cazar pájaros, con otros chavales. Hasta que un día mi madre me encontró y me arrastro de las orejas delante de todos. Si, pues siempre me gustó el arte. ¿Que donde nací? Nací y me crié en Alba de Tormes, no muy lejos de Salamanca. Yo quería ir a la ciudad, y me conseguí un conchavo en el hostal de unos amigos de mi padre, cambiaba casa y una comida por la limpieza. Así entre en la Universidad…pero, claro, ya militaba, como dicen ustedes. Estaba con los anarquistas desde que tenía 15 años. No bien llegué a la ciudad me uní a ellos. ¿Así que tú Mariana hiciste lo mismo, ¿ En cuanto llegaste a la Universidad, ¡pum! de cabeza la política. Es que es la única manera de hacer mejor este mundo, si tu no ocupas el lugar te lo ocupa el enemigo. Pero era un buen estudiante y me pagaba aparte, con gran sacrificio clases de pintura con un excelente maestro. Si, si, ya antes de la guerra presente algunos cuadros. ¡Hasta me compraron uno! Ven, José, que te sirvo un poco más vino y come, que está bueno el jamón casero. ¿Y sabéis que hice con el dinero del cuadro? Me compré una Browning ¿Sabéis que es, verdad? Claro que era buen tirador, desde niño acompañé a mi padre a cazar. Y bueno, la cosa se fue endureciendo de a poco, suponte, de pronto en algunas cátedras venía la Guardia a Civil a vigilar las clases. y luego, pues ; el alzamiento, el 17 de julio de 1936 los militares más conservadores del Ejército se levantaron contra el gobierno de la República, les aseguro que aun veo los titulares de los diarios. Esas cosas nunca se olvidan ¡Maria Emilia lleva esos niños dormir! Y al día siguiente, 18 de julio, el levantamiento se extendió por toda España. Y que queréis, creo que a los quince días estaba en Barcelona… había que defender la República; y me uní a las Milicias Antifascistas, que estaban comandadas por el anarquismo. Mira Mariana, quizá estuve cerca de tu abuelo ¿eh? Les aseguro que la capital catalana era el sueño de cualquier anarquista, la pudimos controlar completamente, siempre fieles a nuestros principios de justicia y libertad. ¿Qué si llevaba mi cámara fotográfica? Pues claro, no sólo tomaba fotos pensando en una libro futuro…No, hombre, que voy a tener alguna foto. Todo perdido, ojalá que vosotros no tengáis que vivir la perdida de todo; y digo todo, quedarte sin tu pasado, ver caer tus camaradas ;sólo vestido con lo que tienes y tus ideales .Y hasta ayudé en la filmación de una película. Si, si en plena guerra. Pues a Barcelona llegó la Delegación de Asturias, impulsaban la realización de documentales, dejar testimonio es importante, recuérdalo tú, Mariana, que escribes. Filmamos un día que cada cuarto de hora venía un bombardeo, aviones alemanes y algunos españoles; ayudé con las cámaras. Si, sí, la finalizamos, la película se llamó Barcelona bajo las bombas, luego cuando estuve en Francia me enteré por unos camaradas que se había estrenado .No, José, no se cuándo ni donde. Quizá algún día alguien se encargará de buscar estos testimonias y rearmar la historia. Recuerden que tener memoria, y poder testimoniar es un acto de militancia, hay que poner en ello tanta pasión como en la lucha cuerpo a cuerpo, es otro tipo de lucha¿ entienden? pero necesaria, porque se recompone la memoria de la sociedad. Así la cosas España quedó dividida y yo creo que la división se extenderá en el tiempo. Luchábamos, pero de la derecha crecía el terror, no saben ustedes lo que es vivir bajo el terror y ojalá no lo conozcan; los gobernadores civiles o militares simpatizantes del Frente Popular fueron fusilados. La misma suerte corrió aquellos que se habían declarado en huelga durante el inicio del alzamiento. La represión fue un acto político dirigido por militares que, viendo fracasado el golpe, se dispusieron a tratar de invertir la situación creada por el estallido de la guerra civil. Su cabeza principal, el general Mola, ¿así que tu abuelo ya te había contado de es monstruo, Mariana? ese hijo de puta declaró: “es necesario crear una atmósfera de terror, tenemos que causar una gran impresión, todo aquel que sea abierta o secretamente defensor del Frente Popular debe ser fusilado”. Claro, es como tú dices, José, entre ellos estuvo García Lorca y tantos intelectuales, estas mierdas les temen a los intelectuales...está bien Maria Emilia, déjame putear al menos, tú no viste caer a tus amigos con una bala en la frente y seguir en la lucha sin poder llorar. Trae otro vino, Maria Emilia y prende más velas. Miren, por poner un ejemplo, durante las primeras semanas se llevaban a cabo los fusilamientos de cuarenta presos republicanos diarios en las afueras de Valladolid. Los autores de estas atrocidades solían ser la mayoría miembros del Ejército y de la Guardia Civil y también contaron con el apoyo de los vecinos traga hostias. Si, algo se del fusilamiento del tal Aramburu; me gustaría leer la carta que tu mencionas de Valle antes de ser fusilado, Mariana, quiero que me la envíes por correo. Si, pues tengo una casilla de correo en Jujuy, una vez por semana voy por mis correos y los diarios que recibo. Claro sí, las mujeres, al menos entre nosotros los anarquistas, pelearon a nuestro lado, y quienes no querían tomar las armas, había otras tareas para realizar. Nosotros nunca hicimos esa división entre el hombre y la mujer, son nuestras compañeras de vida ¿no lo crees así, José? Ven acerca tu vaso y coman de este queso de cabra, ponle pimienta y verás como sabe. ¿La caída de Barcelona, Mariana? Serás, serás una buena militante, tu abuelo echó buen a semilla en ti. Sólo con decirme que cantabas el Ejercito del Ebro cuando niña, ya me doy una idea…anda cantemos juntos

Aunque me tiren el puente
y también la pasarela
me verás pasar el Ebro
en un barquito de vela.
Diez mil veces que los tiren
diez mil veces los haremos
tenemos cabeza dura
los del Cuerpo de Ingenieros.
En el Ebro se han hundido
las banderas italianas
y en los puentes solo quedan
las que son republicanas.

Y la caída de Barcelona, pues que aún siento el frió en mis huesos, era enero, nevaba, teníamos pocos víveres, ya - Un veintiséis de enero… sabéis, en esa fecha voy a Jujuy compro veintiséis rosas rojas y las pongo bajó el ombú en el que descansó Belgrano. ¡No, no me interesa lo que piense nadie, es mi vida! Bueno, ese día, ese maldito día, las tropas franquistas alcanzaron el río Llobregat a las afueras de Barcelona y el gobierno republicano huyo a Gerona; algunos milicianos intentaron defender la ciudad mediante barricadas pero que harían nuestras barricadas contra los tanques; al mediodía, las tropas de la falange entraron al centro de de la ciudad y la ocuparon, no hallaron resistencia.
Luego pasé a Francia…pero esa es otra historia que ya os contaré. Será bueno que descansemos un poco, mañana iremos en mula a las cuevas a ver arte rupestre. Que, si Mariana, que conozco bien el camino, voy cada quince días a tomar apuntes de los dibujos, anda que vas a tener temor a andar en mula cuando serás una miliciana de tu patria.

*Purmamarca,pueblo en Jujuy a 2068 a kilómetros desde La Plata

9 de enero de 2010

Primer Número del Blog del 2010


A todos los lectores, amigos, les deseo que cuando termine este 2010 podamos decir:

La vida ha sido bella. Gracias por acompañarme, siempre. Desde mi ciudad marina,


Silvia Loustau

Poemas de Silvia Loustau


XIV

no buscaba
juramentos
ni casa
ni olvido
buscaba
sólo el momento perfecto .
poder verlo
pensarlo
recrearlo
contarlo
imaginarlo
soñarlo
sentirlo.
celebrar
el encuentro. ( de: Mandala)

XX


dolor.

fosforece
en cada sístole/diástole

hace ya tanto
tanto.

no todos entienden

elegí estar allá.
ahora
que se fueron
sobrevivo
en noches sin sol.

espero una señal

adeene

cenizas que regresan
como regresa el otoño.
un altarcito
para conjurar
ausencias.
VI

algunas noches
se acerca a la orilla del insomnio
se detiene.
se acerca a los labios/
la boca que no está /
pero se acerca /
murmura pequeños secretos /
aunque ya no hay tantos /
tan sólo dice
pájaros y sangre .
pan de magia
mientras él la desnudaba
la acariciaba /así con lentitud /
la penetraba/
poblándola de luces/
dice / le murmura
que lo tiene grabado
en el estuario de sus días /
los de ahora / los de siempre /
como quien guarda ese guijarro /
sedoso / oscuro
amuleto de los mares del sur .

XX

imagino que

me esperarás

en todos mis regresos

estarás con claveles rojos

cobijando las puertas

de la tierra

cruzarás el Estigia

que no te corresponde

al llegar

el viento será

como ese chal

cubridor de ausencias

aprenderé a reconocerte

en cada señal que

presagie vida .

( de: exilios y desexilios)

IX


los dioses están mudos
¿ qué hay de quimeras truncas?
¿de deseos ahorcados en el ático?
los dioses están mudos.
háblame casandra
te brindaré pétalos de gardenias
y hojas de cobre.
responde preguntas imposibles.
preguntas gastadas por los vientos.
¿ dónde encontrar la antorcha
que convierta el camino
en pasaje hacía la luz ?
7
lazarillo de flores
se desliza desnuda
alrededor de la sombra
silenciosa.
ahuyenta
muchedumbre de fantasmas.
ata el cervatillo de los sueños
con el hilo que le entregó Teseo.
hunde en azufre
la antigua llave.
siete veces mira la llama
en la cima del día.
escucha el hechizo
bajo el esplendente sol.
( de: metabolismo de la lágrima)





Poema de Silvia Loustau-Traducción de Violeta Boncheve


32

32

fluyen

las palabras

atraviesan su sangre

vienen desde el ayer

se baten en la oscuridad

de la garganta.

se deleitan

pájaros en su nido.

se elevan y borda

un poema descalzo

sobre un fragmento

de

tiempo.


Вчера

Думите пресичат кръвта си

идват от вчера

бият се в тъмната дупка

на гърлото

птиците са възхитителни

когато са в гнездата си

и бродират своята боса поема

върху един фрагмент

от времето


Violeta Boncheva, poeta y traductora ( ha sido la traductora de Mario Benedetti ). Amiga ,lejana, vive en el país de las rosas,Embajadora de Poetas del Mundo.

Voces Amigas


Poema por Lucina Alvarez

Poetas, cantores
deshollinadores de la vieja memoria
rumiadores celestes de palabras
caballeros andantes de la melancolía
buceadores de la magia
filatelistas de la ceniza
Lamas de los papelitos
amigos míos

no vayamos a olvidarnos de la luz
que no está allá arriba ni tan lejos
sino aquí
por estos lados.

Escritora argentina. (1945-desaparecida en 1976)

Habito de Marta Goldin ( Buenos Aires)

habito inquieta estas horas
las próximas horas
entro en el poema
con la intensidad del peligro
la lengua en peligro
entro por la puerta entrabierta
yo entreabierta
como el poema que escribo
vacilo
empujo suave la puerta
la palabra
con una quedo adentro
con otra salgo
soy y no soy esa puerta
esa palabra
que habita en mí
me abre
me cierra
la palabra
la puerta .




Ella por Violeta Boncheva ( Bulgaria )

Broto entre los ajenjos en el patio
Como si estuviera floreciendo la acedera
Sin secreto alguno en sus ojos
Como campanas de pascua
La dueña de cantos de pájaros
De un perro y un gato.
Se ocupo de los jacintos y el hinojo
Y comenzó a hablarme de historias añejas
Al final me deslizo en las manos
Un huso de colores de su natal Gorna Oriajovitsa
Para que no me perdiera en el camino
Yo la cosmopolita.


Pasado encriptado por Nicolás Oliver-
Un poeta de 13 años- Mar del Plata

Verde miedo/

catástrofes/tumbas con

verdades agotadas

exilio/armas/muerte

temores marchando

gritos

cuerpos meditabundos

en rio de

sangre

ahogados/inmóviles

bajo cenizas

de un pabellón



¿Qué posteriores

hechos mancharán la

degradación de esta existencia?

Creo que Nicolás Oliver nació para ser poeta.Es mi deseo que crezca, como una ola infinita


Juguemos a jugar que todas somos madres por Marta Zabaleta ( Londres) *

Dedicado a la Memoria de mi amiga y ex-alumna de la Escuela de Economía de la Universidad de Concepción, Chile
Muriel Dockendorf, mirista a cargo de tropa, desaparecida en Chile en 1974, a los 24 años.


Nací persona. Como víbora que se atraganta con su cola
devine Melpómene, diosa como de todas las tragedias, 'como su madre'.,diría mi padre. Fui su hija única, mujer,
“tal vez lesbiana”, dijo una vez mi madre.
.

‘Eres una mujer hermosa’.
Lo siento, Capitán - nos hemos conocido
un poco tarde.
Erguido, bigotudo, armado, pintoso, como mi padre.
Soy la Libertad, os lo repito, una bandera,
soy senos, fui marsellesa, como mi madre.
Y soy quimera, un hecho y mil palabras.
Aturdida, histérica, un ser cambiante, mujer, como mi madre.

Hundidos ya los dientes a patadas, soplando al viento los quijares
y bebida la sangre coagulada, rodeada de fieras amaestradas
con su orina, su semen, su ignorancia, sus mates, sus sables,
sus cigarros… sangro de nuevo, pero no delato.

La vagina que muerdes, perro-hombre que penetras
como un buitre, cabalgas como a tu madre y violas
como si fuera de tu hermana, asesinas, sin saber que tú eres
parte del pueblo, gendarme, camarada.

Un número y violada: duerme,
no llores,
no te mates,
mira volar las golondrinas
rojo y blanco,
y en el campo,
recuerda, eras el humor reverberante,
como en el lecho colina sin bastiones.
Tu juventud nos daba la esperanza.
No la llores, madre.
Ella es estrella.

Muriel: en el despeñadero mapuche pusiste tu fusil en alto,
llamarada, alumna, hija, tía, hermana, amiga, novia, esposa, compañera
amenazada entregada golpeada sucumbida, y encima, calumniada.
Muriel acribillada.

Regaron los servicios con tu sangre,
te entramparon, desnudaron, enlazaron,
penetraron,
cinco, diez, quince, veinte, cien veces muerta, asesinos
todos hombres, todos blancos,
vomitabas
y aun profanada, no delatabas, no llorabas;
nada nos cambiaba.

Gritaba el golpeador, el gran dios de los genuinos zánganos,
como aquel que fuera un colega sin sustancia,
a los cuerpos desnudos temblorosos de miedo,
el dueño feroz de esa luz incesante
con que trataban de enceguecer el alma.

No nos fusiles, no nos golpees, ya basta; no mates tu inocencia,
no dejes que alguien escupa a quien te mate; el amante te abraza,
los padres te suplican, el centinela tiembla, y cuenta: otra vez
hasta diez, y vuelas: eres otra vez una paloma rojinegra,
vestida de mil soles.

No la embarace, no la roce, no la hiera,
mejor mátela, Coronel, y la embaraza,
la roza, la hiere, es una niña, gime, se desangra,
y abomina, mientras la hiena se place.

Subiremos otra vez las escaleras
adonde el sol calienta,
la primavera va desnuda,
adonde crecen las acacias
y los volcanes rugen,
hablaremos de los partos,
juntas las manos todas
jugaremos a jugar
que todas somos Madres.

Porque nos hicieron mujeres
pero luchando, solas, volvimos a convertirnos
otra vez en personas.



Del libro-collage de pseudo memorias inédito
‘Dulce de Leche: memorias de Lucía Guerra’


* Leído en Santiago, el 16 de julio 2003, en la Escuela de Economía de la Universidad de Chile, durante mi primer regreso luego de treinta años de haber sido expulsada del país el 5 de octubre de 1973, en la Mesa Redonda coordinada por mí, ‘GRACIAS A LA VIDA’, que dedicara a todas/os las/os desaparecidas/os de América Latina, y que tuvo lugar durante el ICA 51o (Congreso Internacional de Americanis
tas).

A 100 años del nacimiento de Miguel Hernández -Homenaje de Pablo Neruda



Considerando a Miguel Hernández uno de las voces más importantes de la poética española, , en cada número del blog aparecerán obras suyas u homenaje, como este poema de nuestro Pablo, el Pablo de América. Como estoy, casi segura, que más de un lector hará alguna crítica política al poema de Neruda, no está de más recordar que a la literatura nos debemos acercar con una mirada diacrónica. O le quitamos el valor que ella encierra en si misma. Celebro la unión del poeta de las Nanas unido al poeta de Residencia en la tierra.

A Miguel Hernández por Pablo Neruda



Llegaste a mí directamente del Levante. Me traías,
pastor de cabras, tu inocencia arrugada,
la escolástica de viejas páginas, un olor
a Fray Luis, a azahares, al estiércol quemado
sobre los montes, y en tu máscara
la aspereza cereal de la avena segada
y una miel que medía la tierra con tus ojos.

También el ruiseñor en tu boca traías.
Un ruiseñor manchado de naranjas, un hilo
de incorruptible canto, de fuerza deshojada.
Ay, muchacho, en la luz sobrevino la pólvora
y tú, con ruiseñor y con fusil, andando
bajo la luna y bajo el sol de la batalla.

Ya sabes, hijo mío, cuánto no pude hacer, ya sabes
que para mí, de toda la poesía, tú eras el fuego
azul.
Hoy sobre la tierra pongo mi rostro y te escucho,
te escucho, sangre, música, panal agonizante.

No he visto deslumbradora raza como la tuya,
ni raíces tan duras, ni manos de soldado,
ni he visto nada vivo como tu corazón
quemándose en la púrpura de mi propia bandera.

Joven eterno, vives, comunero de antaño,
inundado por gérmenes de trigo y primavera,
arrugado y oscuro como el metal innato,
esperando el minuto que eleve tu armadura.

No estoy solo desde que has muerto. Estoy con los que
te buscan.
Estoy con los que un día llegarán a vengarte.
Tú reconocerás mis pasos entre aquellos
que se despeñarán sobre el pecho de España
aplastando a Caín para que nos devuelva
los rostros enterrados.

Que sepan los que te mataron que pagarán con sangre.
Que sepan los que te dieron tormento que me verán
un día.
Que sepan los malditos que hoy incluyen tu nombre
en sus libros, los Dámasos, los Gerardos, los hijos
de perra, silenciosos cómplices del verdugo,
que no será borrado tu martirio, y tu muerte
caerá sobre toda su luna de cobardes.
Y a los que te negaron en su laurel podrido,
en tierra americana, el espacio que cubres
con tu fluvial corona de rayo desangrado,
déjame darles yo el desdeñoso olvido
porque a mí me quisieron mutilar con tu ausencia.

Miguel, lejos de la prisión de Osuna, lejos
de la crueldad, Mao Tse-tung dirige
tu poesía despedazada en el combate
hacia nuestra victoria.
Y Praga rumorosa
construyendo la dulce colmena que cantaste,
Hungría verde limpia sus graneros
y baila junto al río que despertó del sueño.
Y de Varsovia sube la sirena desnuda
que edifica mostrando su cristalina espada.

Y más allá la tierra se agiganta,
la tierra
que visitó tu canto, y el acero
que defendió tu patria están seguros,
acrecentados sobre la firmeza
de Stalin y sus hijos.
Ya se acerca
la luz a tu morada.
Miguel de España, estrella
de tierras arrasadas, no te olvido, hijo mío,
no te olvido, hijo mío!
Pero aprendí la vida
con tu muerte: mis ojos se velaron apenas,
y encontré en mí no el llanto,
sino las armas
inexorables!
esperame, esperame

Orage/ La tempestad por Cristina Castello- Argentina - París




Imagino ese París nevado, sus callejuelas, su perfume a bohemia con que soñamos nuestra generación, ese otro París luminoso y blanco y en un salón se escucha la voz del poeta Gamoneda , diciendo:
Tú eres portadora de sílabas negras, guardas el sufrimiento universal bajo tus párpados
y seduces a las serpientes y a las alondras ciegas;
tú llevas en ti la cifra de la misericordia, eres roja y solar y te pronuncias en lágrimas que,lentamente, surcan tus venas.
Eres un alma vestida de silencio y celebras el fuego porque estás ebria de luz
y un motín de violines incesantes se desprende de ti
para cubrir el llanto, el llanto, el llanto. .../...
Y en un acto de luz aparece a la vida el último libro de Cristina Castello y nos envuelve con la palabra, nos arrebuja del llanto, nos toma de la mano para celebrar el fragor centelleante de La tempestad.
Con amor en la palabra, para Cristina,

Cristina Castello, argentine par naissance et
parisienne par amour.



Amor, horror, luz

Su bramido enciende el cosmo
Impregnado de la mies del Infinito
Fuego y nieve, calvario y éxtasis,
Pureza y cresta de placeres ígneos
Como el eje inefable de la estrofa,
Brasa que nos abraza y nos resurge.
L'orage1 es nirvana del amor completo.
Su rugido apaga todos los arrullos,
Febril devora a cada Nazareno
Bebe sollozos de niños y cachorros
Repele a los marginados de la vida,
Sólo se oye el llanto de los perros
Y los esclavos del Régimen celebran.
L’orage es signo del horror creciente.
Una orquesta recrea las metáforas
Y el árbol del arte madura sus frutales.
L'orage es una lumbre inexorable
Embriaguez, Devastación, Ser.

Amour, horreur, lumière

Son hurlement embrase le cosmos
Imprégné de la moisson de l’Infini
Feu et neige, calvaire et extase,
Pureté et sommet de plaisirs ignés
Tel l’axe ineffable de la strophe,
Braise qui nous étreint et nous ressuscite.
L'orage* est le nirvana de l’amour total.
Son rugissement efface toutes les berceuses,
Fébrile, il dévore chaque Nazaréen
Boit des sanglots de petits d’hommes et de bêtes
Repousse les exclus de la vie,
On n’entend que la plainte des chiens
Et les esclaves du Régime se réjouissent
..................................................
Bruma

El planeta es una niña ultrajada
Con días sin muñecas y ojos sin pupilas
Su valijita espera en un andén cualquiera
Junto a millones de dolores sin eco
Un tren que portará a la tumba su corazón sin guantes.
Un brote deshojado en mi pecho es el mundo
Agujero de piedra, brecha de vacío
Todos los cálices convergen en mi sangre
Soy una fuente en actitud de entrega
Pero la herida atraviesa la boca del poema
El desamparo reta al cielo
Y sacude el alma de la tierra.
¿O acaso Dios ha muerto?
Desamparados todos
Desamparada
¿Por qué mis ojos miran los adentros
¿Y por qué a mis ojos los miran los adentros?
Nadie responde sino el Absoluto.
Cristal y acero soy pero todos ven la espada
Y nadie imagina mi astilla de cristales.
Resistiré blindada en poesía
Resistiré asida al murmullo de los astros
Resistiré encaramada en la cima de una hierba
Prendida a esta luna de nieve navegante de brumas
.................................................
Brume
La planète est une fillette outragée
Avec des jours sans poupées et des yeux sans pupilles
Son balluchon attend sur quelque quai de gare
À côté de millions de douleurs sans écho
Un train qui mettra au tombeau son coeur sans gants.
Un bourgeon effeuillé sur ma poitrine, c’est le monde
Trou de pierre, brèche de vide
Tous les calices convergent vers mon sang
Je suis une fontaine en position d’offrande
Mais la blessure traverse la bouche du poème
L’abandon défie le ciel
Et secoue l’âme de la terre.
Ou alors, Dieu serait-il mort ?
Abandonnés, tous
Abandonnée.
Pourquoi mes yeux regardent-ils les êtres en dedans ?
Et pourquoi l’en-dedans des êtres regarde-t-il mes yeux ?
Nul ne répond sauf l’Absolu.
Cristal et acier je suis, mais tous voient l’épée
Et nul n’imagine mes cristaux en éclats.
Je résisterai en armure de poésie
Je résisterai accrochée au murmure des astres
Je résisterai juchée au sommet d’un brin d’herbe
.............................................
Repatriarnos

Que hipocampos enamorados descuarticen el horror
Que bandadas de jacintos acuchillen la indiferencia
Que Orfeo guíe a Arcadia a libaneses y palestinos
Que Eurídice queme infiernos y funde la alegría
Que la paz se acune en partituras de Gounod
.................................................

Nous rapatrier

Que des hippocampes amoureux dépècent l’horreur
Que des bandes de jacinthes poignardent l’indifférence
Qu’Orphée guide vers l’Arcadie Libanais et Palestiniens
Qu’Eurydice brûle les enfers et fonde la joie
Que la paix se berce dans des partitions de Gounod
.........................................................


El libro puede ser adquirido por Internet en los siguientes sitios:
http://www.librairie-gallimard.com:80/detaillivre.php?gencod=9782810615407
http://www.bod.fr:80/index.php?id=1786&objk_id=262480
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Luís Benitez, esa voz nuestra




Luís Benítez nació un 10 de noviembre de 1956. Creo que traía, escondidas, palabras y palabras, de diversos colores, peso, formas, Podemos decir que Luís Benítez es miembro de la Academia Iberoamericana de Poesía, Capítulo de New York, EE.UU., con sede en la Columbia University; de la International Society of Writers (EE.UU.), de World Poets Society (Grecia) y del Advisory Board de Poetry Press (India), que Luís tiene un currículum que ha ganado usando aquellas palabras que traía el día que nació. Más lo importante es decir: Luís - Poeta, porque en él; la lengua/ es la primera hoja de la columna vertebral/ bosques de lenguaje lo rodean, como dice John Berger. Y Luís deambula por esos bosques y escribe. Así.

SIN LUZ NI VOZ QUE ME LLAMARA

Yo rondaba los espacios del sueño
sin cuerpo ni yo, hinchado de aire y música
flotaba era un globo furioso en la oscuridad.
Sin luz ni voz que me llamara,
libre de Dios y de mí mismo,
yo era el hombre.
Dante y Shakespeare e Ibsen y Malreaux:
¿qué pena les dan a los rascacielos?
¿qué infierno mayor que un subterráneo?
¿qué tempestad mayor que cualquier día?
Qué muertos están.
Qué lápidas labradas de octubres y eneros,
mis hermanos y amigos,
MI única familia venerable.
Soy sólo un huérfano sin atrás ni adelante,
que no se aferra a ninguna parte
y tiene en ninguna parte cama y comida puesta.
Ese, el que edificará una casilla, en la Tierra Baldía.

EN EL COMIENZO

Mitad de mi padre y de mi madre
y cuarto con la ley sobre la tierra,
mi mundo vino a éste para saber que volvería a la nada
y nueve meses antes de nacer a la muerte
ya sabía al dolor rondando tras las líquidas paredes
Y veía a las estaciones y a las épocas
transitadas por sus raros personajes, bajo mis ojos de duende,
dormidos y cerrados en el vientre.
Distinguía al día de la noche,
robaba de los tejados los huevos de los pájaros,
nadando en el lago interior, sabía el agua;
yo bailé, antes de tener piernas, sobre el césped de los campos.
Espiando por el ombligo de mi madre,
vi las maniobras secretas del crepúsculo,
cuando cambia los objetos del día por los que son de la noche,
y lo que nos rodea estiró entonces
sus frías manos hasta mis blandas mejillas.
El acre olor de esa tristeza que vaga por los rostros
hirió mi mente y mis sentidos respondieron
aullando un escozor desesperado;
la nada soltó su presa para que escapara por ese largo corredor,
donde uno a uno, reconocí los rostros futuros,
amigos y enemigos, que forjarían mi vida golpeada por sus gestos.
El amor y sus caretas, que desde el vientre
puse con torpes dedos en las caras de agrias desconocidas,
rebasándolas, me hizo golpear furioso y precoz
el tibio ladrillo que me ataba.
Cabeza abajo, con el sexo incendiando ya mis primeras raíces,
Soñé que huía entre una lluvia de sangre
Hacia un escenario de locos vanidosos,
Donde yo también usaba un frágil traje lastimable
en el que peligraban todos mis deseos.
Hasta que alguien me azotó.
Y desperté llorando.

UNA ESTACIÓN SE PUDRE

Una estación se pudre y debajo hay otra,
el grano que corre por el corazón del árbol cae,
se agita invisible en la hierba y en cuatro espasmos
muere, mientras el tiempo lija las cosas hasta dejar tan sólo
el corazón, ofreciendo palabras y rudos balbuceos de vacío.
La savia, la hoja helada, la flor y el fruto entran en el ojo
bajo un cuerpo único que no muere jamás; y del hombre
cae el hueso mortal hasta el puño de la raíz y el ciclo renueva
hasta el labio de la viuda. Húmedos y sin párpados bajo las sábanas
del bosque descansan el muerto y su cazador; hermanos, por fin,
en una oscuridad sin culpas que los trae hacia la luz.


Gracias, Luís-poeta, por haberme enviado toda tu obra, obsequio que acompaña y brilla como un canto rodado en el mar. Silvia.


Cuadro de Mabel Pampin

Poema de Roberto Bolaños ( Chile 1953-2003




Bolaño empezó escribiendo poesía; Edwards, que recibió el Premio Cervantes en España, considera que “en la prosa narrativa y en el cuento y la novela corta era donde daba lo máximo de él. Con su muerte se va un gran narrador”, precisó Edwards, quien concluyó: “Bolaño era el tipo de escritor rebelde, contrario a las instituciones, a los grandes premios. Era un rebelde nato”. Sin embargo, es interesante acercarnos a la poética de Bolaños, en la que sobrevuela la soledad, la ironía y se percibe la búsqueda de la palabra en su justo engarce.




VI

Nadie te manda cartas ahora Debajo del faro
en el atardecer Los labios partidos por el viento
Hacia el Este hacen la revolución Un gato duerme
entre tus brazos A veces eres inmensamente feliz

VII
En la sala de lecturas del Infierno En el club
de aficionados a la ciencia-ficción
En los patios escarchados En los dormitorios de tránsito
En los caminos de hielo Cuando ya todo parece más claro
Y cada instante es mejor y menos importante
Con un cigarrillo en la boca y con miedo A veces
los ojos verdes Y 26 años Un servidor

I
Cae fiebre como nieve
Nieve de ojos verdes

II
Se ríen los trovadores en el patio de la taberna
La mula de Guiraut de Bornelh El cantar oscuro
y el cantar claro Cuentan que un catalán prodigioso...
La luna... Los claros labios de una niña diciendo en latín
que te ama Todo lejos y presente
No nos publicarán libros ni incluirán muestras
de nuestro arte en sus antologías (Plagiarán
mis versos mientras yo trabajo solo en Europa)
Sombra de viejas destrucciones. La risa de los juglares
desaparecidos La luna en posición creciente
Un giro de 75o en la virtud Que tus palabras te sean fieles

III
Guiraut Sentado en el patio de la taberna
Las piernas cruzadas Has salido para digerir
contemplando el cielo Los tejados grises
Las chimeneas humeantes de los primeros días invernales
Las niñitas rubias morenas pelirrojas Jugando

IV
En primavera salían de los bosques y recibían a los hombres
Tersites Inmaculado el mármol atraviesa descripciones
lamentos estados totalitarios Algo tan lejano a la risa
de los comerciantes (Salían de sus bosques para hacer
el amor) Con campesinos que alababan grandemente
sus cabalgaduras atadas a los árboles bajos o paciendo
en los claros Una Grecia en blanco y negro Y anos dilatados
estrechando vergas notables Tersites las amazonas
un atardecer que persiste a las descripciones y los beso

Por el pueblo hondureño,Juana Pavón, poeta de la valentía




Juana Pavón, nació el 19 de julio de 1945 en San Marcos de Colón, Departamento de Choluteca, Honduras. Ha publicado poemas en diarios y revistas nacionales y extrajeras. Ha publicado “Yo soy esa sujeto” (1994).
Se podrá acusar a Juana y a su poesía, que terminan siendo la misma, de muchas cosas, pero jamás se la podrá acusar de cobardía, de quedarse callada frente a las injusticias, de dejar de ser fiel a sí misma, y mucho menos, le podremos acusar de haberse traicionado asumiendo los roles que la sociedad le impone. Ella, al igual que otras, ha sido condenada a la soledad por querer forjar su propio ser al margen de nuestra hipócrita sociedad.
Mujer que poetiza su vida-muerte para seguir viviendo.


Juana la Loca
Emulando a Federico García Lorca.

Estoy loca
porque nadie podrá darme
distancias, ni límites
ni futuros
eso sólo yo puedo dármelos.
Quiero que todas se enteren
que estoy loca
por no encontrar lo que yo buscaba.
Lo busqué debajo de las piedras
debajo de las raíces
de la médula del aire
y lo que encontré
fue la verdad de las cosas equivocadas.
Por eso estoy loca
por no poder irme con el primer paisaje
y volar mezclada con el amor
el vuelo de siempre
sobre mi lecho vacío.
Por querer mi libertad
mi amor humano,
porque la aurora llegó
y no la recibí en mi boca.
Porque aquí en mi locura
no hay mañanas
ni esperanzas posibles
sólo ese rumor de suicidio
que me anima cada madrugada.
Porque tengo océanos de ternura
para aquellos a quien amo
y letanías de “perdón para aquellos
que arrugaron mi corazón de niña
y me negaron una vida más digna.
Si, estoy loca
porque amo a Beethoven
a Herman Hesse
a Tchaikhosky
a Jacobo Cárcamo
a Roque Dalton
y a Morazán.
Porque amo a la luna
al sol, a las estrellas
a la música
y a las montañas.
Porque amo a los gatos
a los niños a Walda
y a Pink Floyd.
Estoy loca
porque me alimento de muerte
y miseria en el guaro.
Porque amo a Dios
y admiro a Marx
porque amo la paz
de los cementerios.
Mi locura señores
es encontrarme pequeñas criaturas
enterradas bajo pedazos de cartón
como decía mi amigo ramón
el del estanco de la esquina
estos niños cuando se levantan
parecen golondrinas con muletas.
Esa es mi locura
contrariar a chicos plásticos
que leen Vanidades, Cosmopólitan
y “Nuestra Tegucigalpa”
Mi locura está
en el humo asfixiante
que me da la zona peatonal
y el dolor cansado e infinito
que me dio la calle real.
Estoy loca porque salpicaron de lodo
mis pupilas límpidas
mientras esta agonía de dolor
siempre quiere acostarse
conmigo.
Si, estoy loca de dolor
de amor
de rabia por mi impotencia
por mi resistencia de cucaracha
por los gemidos que golpean
las ventanas de mi alma.
Estoy loca por hacer rabiar
a las señoronas ignorantes
cada vez que sus maridos cornudos
fijan sus ojos
en mis tetas caídas sin sotén
que se enteren que mi locura
sienta sus bases
en decir casi siempre lo que pienso
y si a veces callo
es por no herir suceptiblidades
o por consideración
¡ Qué esfuerzo Dios mío!

Estoy loca
por desenmascarar a la gente
su indecencia
por corruptos
ladrones
asesinos
explotadores
y vende-patrias
y sobre todo
porque odio los prejuicios
de aquellas y aquellos
que sólo saben señalar
más no ven el tumor
que tienen en su vagina
y prepucio
y por todas esas cosas
que callo y sé
es por ello que estoy loca

Adioses del 2009 - Mario...Mario Benedetti




El martes 17 de septiembre, Martín Santomé anota en estos simples términos la extraña ausencia de Laura: Avellaneda no vino a la oficina. Siete días después del primer indicio de lo terrible, sólo atina a escribir: Dios mío. Dios mío. Dios mío. Dios mío. Dios mío. Dios mío. Dios mío.
Cuatro meses más tarde, cuando retoma el diario y escribe sobre la muerte de Laura, quizás un poco para aclarar las ideas, digerir la noticia indigerible, conjurar el paso irrefrenable de la vida o al menos de lo que queda de ella, Martín Santomé reflexiona sobre las formas de decir la muerte:
“Falleció”, dijo la voz del tío. La palabra es un asco. Falleció significa un trámite: “Una mala noticia, señor”, había dicho el tío. ¿Él qué sabe? ¿Qué sabe cómo una mala noticia puede destruir el futuro y el rostro y el tacto y el sueño? ¿Qué sabe, eh? Lo único que sabe es decir: “Falleció”, algo tan insoportablemente fácil como eso. Seguramente se estaba encogiendo de hombros. Y eso también era un asco. (…) Cuando estuve en casa solo en mi cuarto, cuando hasta la pobre Blanca me retiró el consuelo de su silencio, moví los labios para decir: “Murió. Avellaneda murió”, porque murió es la palabra, murió es el derrumbe de la vida, murió viene de adentro, trae la verdadera respiración del dolor, murió es la desesperación, la nada frígida y total, el abismo sencillo, el abismo.
Hoy don Mario no vino a la oficina. A los 88 años el cuerpo vive en un estado permanente de alerta. Cuatro hospitalizaciones en los últimos dieciocho meses fueron algunas de las aproximaciones que la muerte hizo por los lares de don Mario. Hace un rato la noticia de su partida saltó a mis ojos desde una de las ventanas de información con las que llevo horas trabajando. La primera noticia que encuentro repite esa palabra que quiere ser elegante: falleció. Pero hoy don Mario no vino a la oficina y uno piensa en el derrumbe de la vida, en el abismo. Hoy se me murió don Mario, se nos murió.
( fuente: Letralia)

La muerte de Mario Benedetti me dolió más allá de la literatura. Su libro La Tregua me acompaño en momentos oscuros y lo leía y releía cada vez que sentía ese dolor de lejanía y las ausencias.
Entre los libros que sobrevivieron, porque lo guardó la madre de mi compañero, y recuperé muchos años después, fue la primer edición de Inventario, en una de las primeras hojas tiene escrito: “Este libro es nuestro”, con letra diminuta y tinta azul, y el dibujo de una florcita .Fui feliz con ese libro, llore también con él. Donde estés, Mario, gracias por acompañarnos tanto tiempo. Gracias por seguir acompañándome.

Silvia


Corazón Coraza


Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

Voces que nos arrebataron:Haroldo Conti, el escritor más vendido del 2009



Ultima casa donde vivió Haroldo Conti, clandestino en El Tigre.Hoy es un Múseo



Saber que Haroldo Conti, desaparecido asesinado en la ESMA, ese escritor sensible,ese combatiente por la igualdad, ha sido reconocido en Europa como el autor más vendido del año 2009 , puede llenarnos de orgullo intelectual, pero de una gran vergüenza humana. ¿ Quién lee hoy en nuestro país a Haroldo?.¿ Qué editorial publica sus obras a un precio accesible, cómo él hubiese querido?¿ En cuántos fondos de La Plata, y otras ciudades, quedaron enterrados sus libros?
Haroldo Pedro Conti, nació un 25 de Mayo de 1925.Otoño melancólico, como su escritura. Día patrio en que la gente de Chacabuco, su pueblo, lucía en sus solapas izquierdas, la escarapela celeste y blanca. Un pueblo de la provincia de Buenos Aires en todo semejante a otros, trazado en un papel y reproducido luego sobre la inmensa pampa argentina, esa de majestuosa tristeza., un pueblo al que Haroldo luego le daría vida en sus cuentos y en sus personajes.
También fue en mayo, una noche del quinto día en el año 1976, en que cerca de diez asesinos ,pertenecientes al Batallón 601 de Inteligencia del Ejército Argentino, irrumpieron en su casa; anestesiando a los niños que dormían, encapuchando a Marta Scavac, la mujer de Conti, destrozando libros, documentos y fotografías, saqueando todo lo que pudiese ser vendido y llevándose a Haroldo y a un compañero que estaba ocultándose en la casa de la calle Fitz Roy, ésa que luego fuera vendida con un poder falso y que la familia Conti no pudo recuperar jamás.
En los días anteriores al secuestro, Haroldo había colocado en su escritorio, un cartel escrito en latín que decía: "Hic meus locus pugnare est et hinc non me removebunt" ("Este es mi lugar de combate y de aquí no me moverán)
¿Cuántos naufragios sufrió mi hermano Haroldo, además de aquel que le rompió el barco contra las costas del Brasil? ¿Cuántas veces creyó descubrir, en la bruma, la perdida nave azul?. ¿Cuántas veces se reventó contra las rocas?. ¿Para qué escribe mi hermano Haroldo si no es para salvarse y salvar lo que merece ser salvado? (...) ¿Encontrarás lo que venís persiguiendo, un mediodía cualquiera en el centro de las aguas o del cielo? ¿O has descubierto ya que tu navío imposible viaja por los caminos del jodido mundo? ¿Es dura la travesía, hermano? ¿Andar duele? Al final del recorrido no está la eternidad sino nosotros. (...) ¿Está muerto? Quién sabe. Hoy hace una semana que lo arrancaron de la casa … Así escribió y se preguntaba Eduardo Galeano. Así nos seguimos preguntando tantos. Por eso, vaya un cuento inédito( encontrado entre sus papeles y cedido por su familia) de Haroldo, para encender el fuego de la Memoria y decir :Haroldo Conti ,Presente!

Silvia Loustau
La Virgen de la Montaña por Haroldo Conti ( texto inédito)

Tío Paco, tío Paco, venga usted! –¡Tío Paco, tío Paco!; que lo estábamos esperando.

–¡Venga usted, venga usted!; ¡tóquenos algo!...

–¡Sí, sí; que toque, que toque!

Éstas y otras voces salían de un grupo de chiquillos y de parroquianos que, arrimados a la pared de Santa María, despilfarraban alegremente, entre risas y charlas, aquella tarde de primavera.
Habían visto salir de la iglesia al bueno del tío Paco, señal de que el tío Paco estaba allí, y estando allí el tío Paco debía llegarse necesariamente al corrillo para alegrarlos un rato con su flauta encantada.
Pero el tío Paco parecía no oír las voces chillonas de los chiquillos, ni la aguardentosa de los hombres que lo requerían a toda costa.

–Dejadme, por Dios, dejadme ir. Mis piernas no son ágiles como las vuestras y antes que llegue a casa ya se me habrá echado la noche encima.

–¡Ca, hombre!; aún le queda mucho por andar al señor sol antes que se caiga allá tras los peñascos de la Virgen.

–Eso lo decís vosotros que no tenéis nada que hacer; pero yo...

–¡Pero usted se queda aquí! Vamos; tóquenos algo; no sea tacaño.

–¡Que no lo soy!; pero dejadme ir de una vez y no me tentéis más que... ¡Vamos!; mañana, después de la misa mayor, os tocaré hasta el empacho; pero ahora dejadme ir, dejadme ir.

Y no hubo razones para convencer al buen viejo que, embozado en su larga capa de algodón, se deslizó como una sombra, perdiéndose en el camino que sube a las montañas.

–¡Es un tacaño! –murmuró un diablillo de ojos garzos que se entretenía en sacarle punta a una ramita de naranjo.

–No es eso –comentó un viejo de barba hirsuta y cara de pergamino, que había estado hasta entonces sin despegar los labios–, ni tampoco es que le falte tiempo. Vosotros no conocéis los secretos del tío Paco, pero yo sí.

"Allá cuando era algo más mozo, también a mí me traía a mal andar la actitud del tío Paco".
"Pero un buen día no aguanté más y picado de la curiosidad seguí al viejo que allá se esfumaba en el camino".
"Por él lo vi arrastrarse largo tiempo, luego doblar un caminito de cabras que serpenteando entre las peñas se iba a perder sobre la calva gris del peñón de la Virgen".
"Trepé tras él, y no había llegado aún a la cumbre cuando, mezclados con la brisa de la tarde, los mágicos acentos de una flauta me clavaron donde estaba".
"Contuve la respiración. ¡Virgen Santa, me dije, si serán los ángeles que han bajado a saludarte!, y me santigüé".

"La música aquella brotaba suavísima como un arrullo de paloma, y al repercutir entre los gigantes de piedra, se trocaba en mil y mil notas que invadían el valle, la cima, todo".
"Luego calló. Fue entonces cuando, arrastrándome como una culebra, llegué a la cumbre y miré el valle que allá arriba une los picachos de la Virgen y de las Ánimas".
"De rodillas ante la ermita estaba un hombre; era él, el tío Paco".
"Desde entonces muchas veces lo seguí para oír de nuevo aquella música... y conmigo otros curiosos. Ése es todo el secreto".
"No va ahora a su casa. Seguidle y veréis que toma el camino de las cabras y sube hasta la ermita; va a ofrecerle a la Virgen María los arrullos de su flauta" –dijo y calló el viejo, volviendo la animación al corrillo que lo había escuchado en suspenso.
Luego cada cual fuese por su lado; más de un chiquillo y más de un mozo prometiéndose en su interior repetir al día siguiente la hazaña del curioso parroquiano que había llegado a descubrir el secreto.
Tocaban a la oración; a lo lejos se hundía el sol tras el cerro de la Virgen.
II
Pero al día siguiente, y era domingo, el tío Paco no apareció.

Mucho se extrañó la gente; más el buen cura, acostumbrado a verle arrodillado al pie del altar de Nuestra Señora; pero sobre todo los muchachos del corrillo que la tarde anterior se formara junto a los húmedos muros de la vieja parroquia.

–¡Nos ha engañado! –exclamó el diablillo de los ojos garzos.

–Y dijo que hoy vendría –añadió otro.

–Sí, sí, que hoy vendría –afirmaron todos.

Pero el tío Paco no apareció; ni al siguiente día, ni al otro, ni al otro, y se cansaron de esperar.

–¡Habrá enfermado! –les dijo el cura–. Mañana subiré a la montaña y me acercaré a su cortijo...

Y así era en efecto.

Tendido sobre un catre viejo, muy viejo, que chillaba a cada movimiento del que sobre él se acostaba; los ojos hundidos, la voz apagada, el rostro chupado como el descarnado tronco de una encina reseca, el tío Paco pasaba las desgastadas cuentas de un enorme rosario
La flor de su sonrisa animaba aún el rostro surcado de arrugas, pálido como la muerte.
Juan, un rubiecito de ojazos verdes, que había sido salvado de la muerte y de la miseria, cuidaba de él.

–Mira, Juancito, mañana bajarás al pueblo y le dirás al señor cura que se venga por aquí. Al pasar por el cerro de la Virgen subirás a la ermita y le pondrás una vela a Santa María y rezarás por el pobre tío Paco –le había dicho a su fiel compañero.

Pero antes de llegar el nuevo día, aquella misma noche, tuvo que salir envuelto en un viejo capote militar que en un baúl guardaba su amigo, en busca del celoso sacerdote y del cirujano del lugar. El tío Paco había empeorado; la fiebre lo consumía y hasta deliraba.
Cuando el muchacho salió arreciaba la tormenta que aquella tarde se anunciara con un calor insoportable.
El tío Paco quedó solo, pasando las cuentas de su rosario y sonriendo...
Afuera, el temporal estalla rabioso lavando la frente de piedra de los cerros vecinos.
El rayo zigzagueaba desprendido de las alturas, yendo a partir las rocas de las cumbres o a hundirse en los fragosos despeñaderos de la sierra, abriendo grietas profundas, después de haber atravesado la atmósfera saturada de electricidad.
Al pasar junto al cerro de la Virgen, un relámpago iluminó la cumbre y Juan se acordó del encargo.
Sin dejar de correr, oró a la gran Señora que allá en la ermita tenía su trono entre esos gigantes de piedra cuya maciza mole divisaba el siniestro centellear de la tormenta.
III
Una hora después, tres sombras atravesaban las desiertas calles de la aldea; el fragor de la tempestad acalló los pasos al repiquetear sobre la desnuda acera...
Tiempo después, una lucecita emergía de la oscuridad que rodeaba la solitaria casa del músico.
Era Juan, que en sus manos ateridas sostenía un farol, el cual besaba con sus pálidos resplandores aquel sinuoso camino cercado de peñas.
A corta distancia, embozado en su descolorido manteo, caminaba el cura con paso firme, sin pronunciar palabra; estaba avezado a la montaña.
Algo rezagado, murmurando entre dientes, venía el cirujano.
Ya cerca, saliendo de aquel respetuoso mutismo característico de un rudo montañés, “¡Hemos llegado!”, indicó el muchacho volviéndose al cura, al propio tiempo que señalaba con el dedo la tenue luz amarillenta que traspasaba el reducido marco de una ventana.

Enseguida estuvieron ante la puerta. No hubo necesidad de golpear, ni siquiera de empujarla, estaba abierta...
Presintiendo algo, algo imposible de expresar, Juan dejó que se adelantara el cura. La corpulenta figura del sacerdote se recortó sobre el rústico cuadro de la puerta; sus ojos recorrieron la humilde habitación; el tío Paco no estaba allí.

–¿Que significa esto? –exclamó volviéndose al atónito muchacho, y sin esperar respuesta entró en el cortijo.

La cama estaba vacía, las mantas caídas y del clavo que hacía las veces de percha no pendía la raída capa del flautista.

–¡Si estará loco este hombre! –murmuró el cura, sospechando quizá lo que aquello podía suponer.

–¿Dónde está el enfermo? –preguntó el cirujano, que en ese momento entraba bufando como un buey.

Iba a hablar el cura cuando la voz angustiosa del muchacho no le dejó explicarse.

–¡Mirad, mirad allá! –gritaba alzando el farol y señalando en dirección a las cumbres–. Sobre el cerro de la Virgen, ¿lo veis?

A aquellas voces los dos personajes se echaron fuera de la habitación.

–¡Si estará loco! –volvió a repetir el sacerdote, distinguiendo al incierto fulgor de un relámpago la fantástica figura de un hombre que trepaba, desafiando a la tormenta, la cuesta abrupta del cerro.

El cirujano sólo atinó a santiguarse mientras murmuraba por lo bajo:

–¡Ánimas benditas!...

–¡Déjese de sandeces! –le gritó el cura impaciente–. Tratemos de salvarlo –y envolviéndolo en el manteo echó a correr precedido por Juan.

Refunfuñando lo siguió el cirujano, que en vano trató de ponérsele a la par.
Largo tiempo avanzaron en silencio, ora corriendo por el vericueto, ora saltando sobre las peñas resbaladizas, ora deslizándose por entre las rocas, pero todo fue inútil; les llevaba mucha ventaja.
Antes de desaparecer allá tras de la cumbre, lo vieron por última vez. Su delgada silueta se recortaba fantástica sobre las escarpadas rocas.
Flotando al viento la raída capa, cortada a filo de machete, sin dobladillo, parecía un espectro vagando en la oscuridad de la noche.
Alcanzaron a distinguir su rostro demacrado, sus ojos desencajados, sus cabellos en desorden, pero no vieron la flor siempre fresca de una sonrisa sobre los labios demacrados .

Luego el fantasma, arrastrándose sobre el caminito de cabras encorvado, flexible, se hundió detrás de las últimas rocas.

–Tío Paco, tío Paco –gritole el cura–, téngase usted.

Pero el ronco retumbar del trueno ahogó la voz del sacerdote.
Con la esperanza aún de encontrarlo junto a la ermita siguieron trepando.
Jirones de la sotana quedaron en los espinillos; gotas de sangre de los pies descalzos de Juan y gruesas gotas de sudor del cirujano fueron a mezclarse con el agua llovida sobre las piedras. El cura iba adelante trepando con una agilidad asombrosa, seguíale Juan con su farol, y algo rezagado corría el cirujano bufador.
De pronto, a pocos metros de la cima, las tres sombras dejaron de avanzar; permanecieron como clavadas en la roca.
Rompiendo el confuso rumor de la tormenta que se alejaba, dejáronse oír suaves, claras, vibrantes las notas de una flauta. Del valle que une el cerro de la Virgen y el de las Ánimas brotaba una cascada de armonías.
Primero tenue como el rozar de las alas de blancos querubes; luego más fuerte, más sostenida, más seductora.
Mezcladas con la brisa que barría la desnuda roca, emergiendo del misterio de la noche confundida con el suave vaho que despedía la tierra recién humedecida, aquellas notas eran suavísimos lamentos prolongados, pedazos de corazón en forma de música, últimos aleteos de una torcaza herida, delicados perfumes de una plegaria, acompañados por los mil murmullos de la noche, del torrente cercano, de las gotas al deslizarse entre las rocas, del viento al gemir entre las grietas.
Era todo el valle que lloraba modulando los más suaves acentos que iban a sumarse al hechizo de aquella flauta encantada...
Corrió el tiempo; al fin la música se fue perdiendo poco a poco, como un suspiro, hasta morir.

–¡Torpe que soy! –exclamó el cura despertando de aquel ensueño aún en pie y calado hasta los huesos. Y los tres volvieron a correr en dirección de la ermita.

Cuando alcanzaron la cumbre, al resplandor de un último relámpago, distinguieron algo así como una gran mancha caída al pie de la imagen.
Llegaron al fin; el tío Paco estaba allí, medio oculto bajo los pliegues de su capa, frío, inmóvil, siempre sonriendo, pero sin vida.
El cura volteóse el sombrero y de rodillas rezó por el muerto:

–¡Réquiem aeternam dona ei Domine!

Horas después, al monótono golpe del azadón, se abrió una fosa y el tío Paco descansó a los pies de su Virgen. Luego los piadosos aldeanos colocaron la flauta aquella en manos de la imagen que velaba el sueño del anciano...
Y cuenta la leyenda que al morir el sol tras el cerro de la Virgen, si algún peregrino o curioso acierta a pasar por entre aquellas escarpadas sierras, distingue confusamente, traídos por la brisa de la tarde, los delicados acentos de una flauta.
Muchos dicen que es el viento al susurrar en la que tiene en las manos la Virgen

El Chango Aramayo por Silvia Loustau




Vio vieja, vio: ahora estará orgullosa de mi, del “ Changuito Aramayo “, como me dicen los periodistas usted apenas sepa leer recorta y guarda todo lo que publican sobre mi. Recortes apilados en esa, su caja alcancía . donde ahorraba siempre algún pesito- “ Por las dudas, no...-. Ahora puede ahorrar más, guardar mangos nuevitos y orgullosos, los que envió yo, el Changuito Aramayo. Mangos hechos con patadas y sudor fuerte de una semana..
¿ O también con le sudor fuerte de tantas siestas, de aquellas, cuando me rajaba de laburar en el campo y me iba al potrero ¨?
- “ Como los vagos...”- decía usted. ¡ Cuantas bofetadas ¨! Y algún cintazo...
- -“Pero para los cintazos hace falta un macho en la casa.-“ Escuché que le contaba un día a la Luisa. Y tu hombre vieja, ese que contabas fue mi padre, se perdió en un Carnaval de la Quebrada, entre la chica y la coca y unos cuantos coyas que le gritaban-: - “¡ Gringo, andate, gringo...!, burlándose de su piel y sus ojos claros usté
- sacó los ojos de su padre, m´hijo ), y el viejo caliente por las burlas y el alcohol saco el rebenque y terminó con no se cuantas cuchilladas.
- Usted nos crió, laburando en la zafra o de cocinera en la casa de los patrones. Crió un racimo de pieles oscuras, iluminadas de ojos azules , y dos rubios, “los chiquitos”, que tienen sus ojos de uva chinche madura..
- ..Ay! qué dolor vieja!...Y bueno hay que aguantarse las patadas como un macho, para que ahora esté orgullosa de mi, pueda juntar unos pesos mas , comprar la casona de los López, mandar los Chiquitos a la escuela de los curas en Jujuy , que no sean unos vagos. Vamos, vieja, cómo me va a decir:- “ Unos vagos como usté....-“. Yo le escapaba al yugo para ir con la redonda, me reviré me hice probar en el Atlético...les caí bien a los capos, decían :
- - “ Juega bien de wing derecho este chiquito...”, eso decían y hablaban del escore, del 4-2-4 .¡Qué se yo ´!. Si lo único que sabia era correr y darle adelante hasta meterla en la canasta...y así le di , vieja. Le di tanto y tan fuerte que un día me desperté en Buenos Aires. La cosa era seria ahora. Había que sudarla de verdad. Y los capos nuevos tenían morlacos del año que les pidiera. ¡ Qué locura vieja! . Me acuerdo el primer partido que jugué en ese estadio grande como el jardín de los patrones. ¡ Y jugué de noche!. Me mareaban esa luces blancas. Y cuando hice aquel gol sobre el último minuto y los fanas gritaban CHANGOOOOL, era un aullido, como el viento caliente que se embolsa en la hondonada. ¡ Qué emoción vieja!.Me puse a llorar como un marica. Que ganas de tenerla cerca y esconderme en su pecho ancho y blando y llorar hasta reventar...como aquel DIA que se murió el Colita. ¿ Se acuerda?.Lo envenenaron aquellos pitucos que veraneaban en la estancia..porquerías...pensar que ahora son de los cogotudos que me aplauden desde la techada. Y bueno, es como usté dice vieja, la vida tiene sus vueltas. Y ya ve, yo que le saqué tantas canas, el más vago, su chango mitá indio, mitá gringo, por mí, está mas hinchada que sapo en día de lluvia.
- No se por qué esta llorando vieja .¿Por las patadas que me dieron los muchachos?. Bah, no es nada, los doctores me arreglarán tan bien que el domingo estoy de vuelta en la cancha...¡ Vamos no llore!.. Casi no siento la pierna...pero no llore vieja, ¿eh?. Que su chango Aramayo l todavía le regalará muchos goles. No llore y llame a la enfermera, que me den algo para aliviar el dolor de la gamba izquierda. Llame vieja.

2º PREMIO- 8º CONCURSO INTERNACIONAL EDITORIAL MIS ESCRITOS- BUENOS AIRES- Diciembre 2009
ELEGIDA LA ESCRITORA DEL MES , EN ESPAÑA ,POR LA REVISTA LETRAS, DIRIGIDA POR EL ESCRITOR SALVADOR MORENO VALENCIA
Enero 2010.

Recuerdos del 2009 - Azucena Villaflor hizo Escuela en Mar del Plata



La mañana era fría. El cielo transparente, como fue Azucena...y en ese dia su nombre se impuso a una Escuela de Mar del PLata.Alegria y emoción convivieron . Allí estuvieron las Madres de Línea Fundadora de nuestra ciudad y nombre importantes. Pero lo que interesaba era seguir prendiedo fueguitos de Memoria.

En la foto Marucha y Leda , Madres de Línea Fundadora,Silvia ( yo), que fuí invitada para compartir y llevar palabras para Azucena y en ella para todos los compañeros

Taller de Escritura Creativa-Poesía y Narrativa- Lectura y Análisis de textos

Dictado por Silvia Loustau
El valor de la palabra. Poesía y Narrativa –Creación personal- Técnicas de corrección de estilo- Selección y análisis de textos.
Movimientos literarios comparados con otras artes.
Grupos reducidos o personalizados - Amplitud horaria.
Corrección de textos – Guía en trabajos de investigación.
También Taller a distancia vía Internet
Interesados comunicarse al TE:(0223) 495-8538
e-mail: syllous@yahoo.com.ar

Antecedentes en el blog www.silvialoustau.blogspot.com o a pedido.
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1 de enero de 2010

Cristina Castello - Poeta- Argentina /Paris


El próximo 8 de Enero se presentará en París Orage de la poeta y periodista argentina Cristina Castello.

una de las pinturas /combustiones originales y exclusivas del artista Christian Jaccard, para «Orage/Tempestad»

©Christian Jaccard y Cristina Castello - Todos los derechos reservados


Porque de la eternidad de ayer a la fugacidad de hoy, la palabra ha atravesado, atraviesa aún, el tiempo humano, el tiempo de los poetas, como una visión o quizá como una esperanza que no cesa, como una fatasmagoría desasosegante.Y si ha sobrevido la habrá hecho más como misterio que como realidad admisible.
Porque no hay poema que no sea una flor que se abre para la renovación de la vida, para el fuego de la Memoria, para la urgencia de apropiarnos de ellos.
A Cristina Castello, poeta y amiga, que Orage vibre en el tiempo.

Silvia Loustau