9 de enero de 2010

Primer Número del Blog del 2010


A todos los lectores, amigos, les deseo que cuando termine este 2010 podamos decir:

La vida ha sido bella. Gracias por acompañarme, siempre. Desde mi ciudad marina,


Silvia Loustau

Poemas de Silvia Loustau


XIV

no buscaba
juramentos
ni casa
ni olvido
buscaba
sólo el momento perfecto .
poder verlo
pensarlo
recrearlo
contarlo
imaginarlo
soñarlo
sentirlo.
celebrar
el encuentro. ( de: Mandala)

XX


dolor.

fosforece
en cada sístole/diástole

hace ya tanto
tanto.

no todos entienden

elegí estar allá.
ahora
que se fueron
sobrevivo
en noches sin sol.

espero una señal

adeene

cenizas que regresan
como regresa el otoño.
un altarcito
para conjurar
ausencias.
VI

algunas noches
se acerca a la orilla del insomnio
se detiene.
se acerca a los labios/
la boca que no está /
pero se acerca /
murmura pequeños secretos /
aunque ya no hay tantos /
tan sólo dice
pájaros y sangre .
pan de magia
mientras él la desnudaba
la acariciaba /así con lentitud /
la penetraba/
poblándola de luces/
dice / le murmura
que lo tiene grabado
en el estuario de sus días /
los de ahora / los de siempre /
como quien guarda ese guijarro /
sedoso / oscuro
amuleto de los mares del sur .

XX

imagino que

me esperarás

en todos mis regresos

estarás con claveles rojos

cobijando las puertas

de la tierra

cruzarás el Estigia

que no te corresponde

al llegar

el viento será

como ese chal

cubridor de ausencias

aprenderé a reconocerte

en cada señal que

presagie vida .

( de: exilios y desexilios)

IX


los dioses están mudos
¿ qué hay de quimeras truncas?
¿de deseos ahorcados en el ático?
los dioses están mudos.
háblame casandra
te brindaré pétalos de gardenias
y hojas de cobre.
responde preguntas imposibles.
preguntas gastadas por los vientos.
¿ dónde encontrar la antorcha
que convierta el camino
en pasaje hacía la luz ?
7
lazarillo de flores
se desliza desnuda
alrededor de la sombra
silenciosa.
ahuyenta
muchedumbre de fantasmas.
ata el cervatillo de los sueños
con el hilo que le entregó Teseo.
hunde en azufre
la antigua llave.
siete veces mira la llama
en la cima del día.
escucha el hechizo
bajo el esplendente sol.
( de: metabolismo de la lágrima)





Poema de Silvia Loustau-Traducción de Violeta Boncheve


32

32

fluyen

las palabras

atraviesan su sangre

vienen desde el ayer

se baten en la oscuridad

de la garganta.

se deleitan

pájaros en su nido.

se elevan y borda

un poema descalzo

sobre un fragmento

de

tiempo.


Вчера

Думите пресичат кръвта си

идват от вчера

бият се в тъмната дупка

на гърлото

птиците са възхитителни

когато са в гнездата си

и бродират своята боса поема

върху един фрагмент

от времето


Violeta Boncheva, poeta y traductora ( ha sido la traductora de Mario Benedetti ). Amiga ,lejana, vive en el país de las rosas,Embajadora de Poetas del Mundo.

Voces Amigas


Poema por Lucina Alvarez

Poetas, cantores
deshollinadores de la vieja memoria
rumiadores celestes de palabras
caballeros andantes de la melancolía
buceadores de la magia
filatelistas de la ceniza
Lamas de los papelitos
amigos míos

no vayamos a olvidarnos de la luz
que no está allá arriba ni tan lejos
sino aquí
por estos lados.

Escritora argentina. (1945-desaparecida en 1976)

Habito de Marta Goldin ( Buenos Aires)

habito inquieta estas horas
las próximas horas
entro en el poema
con la intensidad del peligro
la lengua en peligro
entro por la puerta entrabierta
yo entreabierta
como el poema que escribo
vacilo
empujo suave la puerta
la palabra
con una quedo adentro
con otra salgo
soy y no soy esa puerta
esa palabra
que habita en mí
me abre
me cierra
la palabra
la puerta .




Ella por Violeta Boncheva ( Bulgaria )

Broto entre los ajenjos en el patio
Como si estuviera floreciendo la acedera
Sin secreto alguno en sus ojos
Como campanas de pascua
La dueña de cantos de pájaros
De un perro y un gato.
Se ocupo de los jacintos y el hinojo
Y comenzó a hablarme de historias añejas
Al final me deslizo en las manos
Un huso de colores de su natal Gorna Oriajovitsa
Para que no me perdiera en el camino
Yo la cosmopolita.


Pasado encriptado por Nicolás Oliver-
Un poeta de 13 años- Mar del Plata

Verde miedo/

catástrofes/tumbas con

verdades agotadas

exilio/armas/muerte

temores marchando

gritos

cuerpos meditabundos

en rio de

sangre

ahogados/inmóviles

bajo cenizas

de un pabellón



¿Qué posteriores

hechos mancharán la

degradación de esta existencia?

Creo que Nicolás Oliver nació para ser poeta.Es mi deseo que crezca, como una ola infinita


Juguemos a jugar que todas somos madres por Marta Zabaleta ( Londres) *

Dedicado a la Memoria de mi amiga y ex-alumna de la Escuela de Economía de la Universidad de Concepción, Chile
Muriel Dockendorf, mirista a cargo de tropa, desaparecida en Chile en 1974, a los 24 años.


Nací persona. Como víbora que se atraganta con su cola
devine Melpómene, diosa como de todas las tragedias, 'como su madre'.,diría mi padre. Fui su hija única, mujer,
“tal vez lesbiana”, dijo una vez mi madre.
.

‘Eres una mujer hermosa’.
Lo siento, Capitán - nos hemos conocido
un poco tarde.
Erguido, bigotudo, armado, pintoso, como mi padre.
Soy la Libertad, os lo repito, una bandera,
soy senos, fui marsellesa, como mi madre.
Y soy quimera, un hecho y mil palabras.
Aturdida, histérica, un ser cambiante, mujer, como mi madre.

Hundidos ya los dientes a patadas, soplando al viento los quijares
y bebida la sangre coagulada, rodeada de fieras amaestradas
con su orina, su semen, su ignorancia, sus mates, sus sables,
sus cigarros… sangro de nuevo, pero no delato.

La vagina que muerdes, perro-hombre que penetras
como un buitre, cabalgas como a tu madre y violas
como si fuera de tu hermana, asesinas, sin saber que tú eres
parte del pueblo, gendarme, camarada.

Un número y violada: duerme,
no llores,
no te mates,
mira volar las golondrinas
rojo y blanco,
y en el campo,
recuerda, eras el humor reverberante,
como en el lecho colina sin bastiones.
Tu juventud nos daba la esperanza.
No la llores, madre.
Ella es estrella.

Muriel: en el despeñadero mapuche pusiste tu fusil en alto,
llamarada, alumna, hija, tía, hermana, amiga, novia, esposa, compañera
amenazada entregada golpeada sucumbida, y encima, calumniada.
Muriel acribillada.

Regaron los servicios con tu sangre,
te entramparon, desnudaron, enlazaron,
penetraron,
cinco, diez, quince, veinte, cien veces muerta, asesinos
todos hombres, todos blancos,
vomitabas
y aun profanada, no delatabas, no llorabas;
nada nos cambiaba.

Gritaba el golpeador, el gran dios de los genuinos zánganos,
como aquel que fuera un colega sin sustancia,
a los cuerpos desnudos temblorosos de miedo,
el dueño feroz de esa luz incesante
con que trataban de enceguecer el alma.

No nos fusiles, no nos golpees, ya basta; no mates tu inocencia,
no dejes que alguien escupa a quien te mate; el amante te abraza,
los padres te suplican, el centinela tiembla, y cuenta: otra vez
hasta diez, y vuelas: eres otra vez una paloma rojinegra,
vestida de mil soles.

No la embarace, no la roce, no la hiera,
mejor mátela, Coronel, y la embaraza,
la roza, la hiere, es una niña, gime, se desangra,
y abomina, mientras la hiena se place.

Subiremos otra vez las escaleras
adonde el sol calienta,
la primavera va desnuda,
adonde crecen las acacias
y los volcanes rugen,
hablaremos de los partos,
juntas las manos todas
jugaremos a jugar
que todas somos Madres.

Porque nos hicieron mujeres
pero luchando, solas, volvimos a convertirnos
otra vez en personas.



Del libro-collage de pseudo memorias inédito
‘Dulce de Leche: memorias de Lucía Guerra’


* Leído en Santiago, el 16 de julio 2003, en la Escuela de Economía de la Universidad de Chile, durante mi primer regreso luego de treinta años de haber sido expulsada del país el 5 de octubre de 1973, en la Mesa Redonda coordinada por mí, ‘GRACIAS A LA VIDA’, que dedicara a todas/os las/os desaparecidas/os de América Latina, y que tuvo lugar durante el ICA 51o (Congreso Internacional de Americanis
tas).

A 100 años del nacimiento de Miguel Hernández -Homenaje de Pablo Neruda



Considerando a Miguel Hernández uno de las voces más importantes de la poética española, , en cada número del blog aparecerán obras suyas u homenaje, como este poema de nuestro Pablo, el Pablo de América. Como estoy, casi segura, que más de un lector hará alguna crítica política al poema de Neruda, no está de más recordar que a la literatura nos debemos acercar con una mirada diacrónica. O le quitamos el valor que ella encierra en si misma. Celebro la unión del poeta de las Nanas unido al poeta de Residencia en la tierra.

A Miguel Hernández por Pablo Neruda



Llegaste a mí directamente del Levante. Me traías,
pastor de cabras, tu inocencia arrugada,
la escolástica de viejas páginas, un olor
a Fray Luis, a azahares, al estiércol quemado
sobre los montes, y en tu máscara
la aspereza cereal de la avena segada
y una miel que medía la tierra con tus ojos.

También el ruiseñor en tu boca traías.
Un ruiseñor manchado de naranjas, un hilo
de incorruptible canto, de fuerza deshojada.
Ay, muchacho, en la luz sobrevino la pólvora
y tú, con ruiseñor y con fusil, andando
bajo la luna y bajo el sol de la batalla.

Ya sabes, hijo mío, cuánto no pude hacer, ya sabes
que para mí, de toda la poesía, tú eras el fuego
azul.
Hoy sobre la tierra pongo mi rostro y te escucho,
te escucho, sangre, música, panal agonizante.

No he visto deslumbradora raza como la tuya,
ni raíces tan duras, ni manos de soldado,
ni he visto nada vivo como tu corazón
quemándose en la púrpura de mi propia bandera.

Joven eterno, vives, comunero de antaño,
inundado por gérmenes de trigo y primavera,
arrugado y oscuro como el metal innato,
esperando el minuto que eleve tu armadura.

No estoy solo desde que has muerto. Estoy con los que
te buscan.
Estoy con los que un día llegarán a vengarte.
Tú reconocerás mis pasos entre aquellos
que se despeñarán sobre el pecho de España
aplastando a Caín para que nos devuelva
los rostros enterrados.

Que sepan los que te mataron que pagarán con sangre.
Que sepan los que te dieron tormento que me verán
un día.
Que sepan los malditos que hoy incluyen tu nombre
en sus libros, los Dámasos, los Gerardos, los hijos
de perra, silenciosos cómplices del verdugo,
que no será borrado tu martirio, y tu muerte
caerá sobre toda su luna de cobardes.
Y a los que te negaron en su laurel podrido,
en tierra americana, el espacio que cubres
con tu fluvial corona de rayo desangrado,
déjame darles yo el desdeñoso olvido
porque a mí me quisieron mutilar con tu ausencia.

Miguel, lejos de la prisión de Osuna, lejos
de la crueldad, Mao Tse-tung dirige
tu poesía despedazada en el combate
hacia nuestra victoria.
Y Praga rumorosa
construyendo la dulce colmena que cantaste,
Hungría verde limpia sus graneros
y baila junto al río que despertó del sueño.
Y de Varsovia sube la sirena desnuda
que edifica mostrando su cristalina espada.

Y más allá la tierra se agiganta,
la tierra
que visitó tu canto, y el acero
que defendió tu patria están seguros,
acrecentados sobre la firmeza
de Stalin y sus hijos.
Ya se acerca
la luz a tu morada.
Miguel de España, estrella
de tierras arrasadas, no te olvido, hijo mío,
no te olvido, hijo mío!
Pero aprendí la vida
con tu muerte: mis ojos se velaron apenas,
y encontré en mí no el llanto,
sino las armas
inexorables!
esperame, esperame

Orage/ La tempestad por Cristina Castello- Argentina - París




Imagino ese París nevado, sus callejuelas, su perfume a bohemia con que soñamos nuestra generación, ese otro París luminoso y blanco y en un salón se escucha la voz del poeta Gamoneda , diciendo:
Tú eres portadora de sílabas negras, guardas el sufrimiento universal bajo tus párpados
y seduces a las serpientes y a las alondras ciegas;
tú llevas en ti la cifra de la misericordia, eres roja y solar y te pronuncias en lágrimas que,lentamente, surcan tus venas.
Eres un alma vestida de silencio y celebras el fuego porque estás ebria de luz
y un motín de violines incesantes se desprende de ti
para cubrir el llanto, el llanto, el llanto. .../...
Y en un acto de luz aparece a la vida el último libro de Cristina Castello y nos envuelve con la palabra, nos arrebuja del llanto, nos toma de la mano para celebrar el fragor centelleante de La tempestad.
Con amor en la palabra, para Cristina,

Cristina Castello, argentine par naissance et
parisienne par amour.



Amor, horror, luz

Su bramido enciende el cosmo
Impregnado de la mies del Infinito
Fuego y nieve, calvario y éxtasis,
Pureza y cresta de placeres ígneos
Como el eje inefable de la estrofa,
Brasa que nos abraza y nos resurge.
L'orage1 es nirvana del amor completo.
Su rugido apaga todos los arrullos,
Febril devora a cada Nazareno
Bebe sollozos de niños y cachorros
Repele a los marginados de la vida,
Sólo se oye el llanto de los perros
Y los esclavos del Régimen celebran.
L’orage es signo del horror creciente.
Una orquesta recrea las metáforas
Y el árbol del arte madura sus frutales.
L'orage es una lumbre inexorable
Embriaguez, Devastación, Ser.

Amour, horreur, lumière

Son hurlement embrase le cosmos
Imprégné de la moisson de l’Infini
Feu et neige, calvaire et extase,
Pureté et sommet de plaisirs ignés
Tel l’axe ineffable de la strophe,
Braise qui nous étreint et nous ressuscite.
L'orage* est le nirvana de l’amour total.
Son rugissement efface toutes les berceuses,
Fébrile, il dévore chaque Nazaréen
Boit des sanglots de petits d’hommes et de bêtes
Repousse les exclus de la vie,
On n’entend que la plainte des chiens
Et les esclaves du Régime se réjouissent
..................................................
Bruma

El planeta es una niña ultrajada
Con días sin muñecas y ojos sin pupilas
Su valijita espera en un andén cualquiera
Junto a millones de dolores sin eco
Un tren que portará a la tumba su corazón sin guantes.
Un brote deshojado en mi pecho es el mundo
Agujero de piedra, brecha de vacío
Todos los cálices convergen en mi sangre
Soy una fuente en actitud de entrega
Pero la herida atraviesa la boca del poema
El desamparo reta al cielo
Y sacude el alma de la tierra.
¿O acaso Dios ha muerto?
Desamparados todos
Desamparada
¿Por qué mis ojos miran los adentros
¿Y por qué a mis ojos los miran los adentros?
Nadie responde sino el Absoluto.
Cristal y acero soy pero todos ven la espada
Y nadie imagina mi astilla de cristales.
Resistiré blindada en poesía
Resistiré asida al murmullo de los astros
Resistiré encaramada en la cima de una hierba
Prendida a esta luna de nieve navegante de brumas
.................................................
Brume
La planète est une fillette outragée
Avec des jours sans poupées et des yeux sans pupilles
Son balluchon attend sur quelque quai de gare
À côté de millions de douleurs sans écho
Un train qui mettra au tombeau son coeur sans gants.
Un bourgeon effeuillé sur ma poitrine, c’est le monde
Trou de pierre, brèche de vide
Tous les calices convergent vers mon sang
Je suis une fontaine en position d’offrande
Mais la blessure traverse la bouche du poème
L’abandon défie le ciel
Et secoue l’âme de la terre.
Ou alors, Dieu serait-il mort ?
Abandonnés, tous
Abandonnée.
Pourquoi mes yeux regardent-ils les êtres en dedans ?
Et pourquoi l’en-dedans des êtres regarde-t-il mes yeux ?
Nul ne répond sauf l’Absolu.
Cristal et acier je suis, mais tous voient l’épée
Et nul n’imagine mes cristaux en éclats.
Je résisterai en armure de poésie
Je résisterai accrochée au murmure des astres
Je résisterai juchée au sommet d’un brin d’herbe
.............................................
Repatriarnos

Que hipocampos enamorados descuarticen el horror
Que bandadas de jacintos acuchillen la indiferencia
Que Orfeo guíe a Arcadia a libaneses y palestinos
Que Eurídice queme infiernos y funde la alegría
Que la paz se acune en partituras de Gounod
.................................................

Nous rapatrier

Que des hippocampes amoureux dépècent l’horreur
Que des bandes de jacinthes poignardent l’indifférence
Qu’Orphée guide vers l’Arcadie Libanais et Palestiniens
Qu’Eurydice brûle les enfers et fonde la joie
Que la paix se berce dans des partitions de Gounod
.........................................................


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Luís Benitez, esa voz nuestra




Luís Benítez nació un 10 de noviembre de 1956. Creo que traía, escondidas, palabras y palabras, de diversos colores, peso, formas, Podemos decir que Luís Benítez es miembro de la Academia Iberoamericana de Poesía, Capítulo de New York, EE.UU., con sede en la Columbia University; de la International Society of Writers (EE.UU.), de World Poets Society (Grecia) y del Advisory Board de Poetry Press (India), que Luís tiene un currículum que ha ganado usando aquellas palabras que traía el día que nació. Más lo importante es decir: Luís - Poeta, porque en él; la lengua/ es la primera hoja de la columna vertebral/ bosques de lenguaje lo rodean, como dice John Berger. Y Luís deambula por esos bosques y escribe. Así.

SIN LUZ NI VOZ QUE ME LLAMARA

Yo rondaba los espacios del sueño
sin cuerpo ni yo, hinchado de aire y música
flotaba era un globo furioso en la oscuridad.
Sin luz ni voz que me llamara,
libre de Dios y de mí mismo,
yo era el hombre.
Dante y Shakespeare e Ibsen y Malreaux:
¿qué pena les dan a los rascacielos?
¿qué infierno mayor que un subterráneo?
¿qué tempestad mayor que cualquier día?
Qué muertos están.
Qué lápidas labradas de octubres y eneros,
mis hermanos y amigos,
MI única familia venerable.
Soy sólo un huérfano sin atrás ni adelante,
que no se aferra a ninguna parte
y tiene en ninguna parte cama y comida puesta.
Ese, el que edificará una casilla, en la Tierra Baldía.

EN EL COMIENZO

Mitad de mi padre y de mi madre
y cuarto con la ley sobre la tierra,
mi mundo vino a éste para saber que volvería a la nada
y nueve meses antes de nacer a la muerte
ya sabía al dolor rondando tras las líquidas paredes
Y veía a las estaciones y a las épocas
transitadas por sus raros personajes, bajo mis ojos de duende,
dormidos y cerrados en el vientre.
Distinguía al día de la noche,
robaba de los tejados los huevos de los pájaros,
nadando en el lago interior, sabía el agua;
yo bailé, antes de tener piernas, sobre el césped de los campos.
Espiando por el ombligo de mi madre,
vi las maniobras secretas del crepúsculo,
cuando cambia los objetos del día por los que son de la noche,
y lo que nos rodea estiró entonces
sus frías manos hasta mis blandas mejillas.
El acre olor de esa tristeza que vaga por los rostros
hirió mi mente y mis sentidos respondieron
aullando un escozor desesperado;
la nada soltó su presa para que escapara por ese largo corredor,
donde uno a uno, reconocí los rostros futuros,
amigos y enemigos, que forjarían mi vida golpeada por sus gestos.
El amor y sus caretas, que desde el vientre
puse con torpes dedos en las caras de agrias desconocidas,
rebasándolas, me hizo golpear furioso y precoz
el tibio ladrillo que me ataba.
Cabeza abajo, con el sexo incendiando ya mis primeras raíces,
Soñé que huía entre una lluvia de sangre
Hacia un escenario de locos vanidosos,
Donde yo también usaba un frágil traje lastimable
en el que peligraban todos mis deseos.
Hasta que alguien me azotó.
Y desperté llorando.

UNA ESTACIÓN SE PUDRE

Una estación se pudre y debajo hay otra,
el grano que corre por el corazón del árbol cae,
se agita invisible en la hierba y en cuatro espasmos
muere, mientras el tiempo lija las cosas hasta dejar tan sólo
el corazón, ofreciendo palabras y rudos balbuceos de vacío.
La savia, la hoja helada, la flor y el fruto entran en el ojo
bajo un cuerpo único que no muere jamás; y del hombre
cae el hueso mortal hasta el puño de la raíz y el ciclo renueva
hasta el labio de la viuda. Húmedos y sin párpados bajo las sábanas
del bosque descansan el muerto y su cazador; hermanos, por fin,
en una oscuridad sin culpas que los trae hacia la luz.


Gracias, Luís-poeta, por haberme enviado toda tu obra, obsequio que acompaña y brilla como un canto rodado en el mar. Silvia.


Cuadro de Mabel Pampin

Poema de Roberto Bolaños ( Chile 1953-2003




Bolaño empezó escribiendo poesía; Edwards, que recibió el Premio Cervantes en España, considera que “en la prosa narrativa y en el cuento y la novela corta era donde daba lo máximo de él. Con su muerte se va un gran narrador”, precisó Edwards, quien concluyó: “Bolaño era el tipo de escritor rebelde, contrario a las instituciones, a los grandes premios. Era un rebelde nato”. Sin embargo, es interesante acercarnos a la poética de Bolaños, en la que sobrevuela la soledad, la ironía y se percibe la búsqueda de la palabra en su justo engarce.




VI

Nadie te manda cartas ahora Debajo del faro
en el atardecer Los labios partidos por el viento
Hacia el Este hacen la revolución Un gato duerme
entre tus brazos A veces eres inmensamente feliz

VII
En la sala de lecturas del Infierno En el club
de aficionados a la ciencia-ficción
En los patios escarchados En los dormitorios de tránsito
En los caminos de hielo Cuando ya todo parece más claro
Y cada instante es mejor y menos importante
Con un cigarrillo en la boca y con miedo A veces
los ojos verdes Y 26 años Un servidor

I
Cae fiebre como nieve
Nieve de ojos verdes

II
Se ríen los trovadores en el patio de la taberna
La mula de Guiraut de Bornelh El cantar oscuro
y el cantar claro Cuentan que un catalán prodigioso...
La luna... Los claros labios de una niña diciendo en latín
que te ama Todo lejos y presente
No nos publicarán libros ni incluirán muestras
de nuestro arte en sus antologías (Plagiarán
mis versos mientras yo trabajo solo en Europa)
Sombra de viejas destrucciones. La risa de los juglares
desaparecidos La luna en posición creciente
Un giro de 75o en la virtud Que tus palabras te sean fieles

III
Guiraut Sentado en el patio de la taberna
Las piernas cruzadas Has salido para digerir
contemplando el cielo Los tejados grises
Las chimeneas humeantes de los primeros días invernales
Las niñitas rubias morenas pelirrojas Jugando

IV
En primavera salían de los bosques y recibían a los hombres
Tersites Inmaculado el mármol atraviesa descripciones
lamentos estados totalitarios Algo tan lejano a la risa
de los comerciantes (Salían de sus bosques para hacer
el amor) Con campesinos que alababan grandemente
sus cabalgaduras atadas a los árboles bajos o paciendo
en los claros Una Grecia en blanco y negro Y anos dilatados
estrechando vergas notables Tersites las amazonas
un atardecer que persiste a las descripciones y los beso

Por el pueblo hondureño,Juana Pavón, poeta de la valentía




Juana Pavón, nació el 19 de julio de 1945 en San Marcos de Colón, Departamento de Choluteca, Honduras. Ha publicado poemas en diarios y revistas nacionales y extrajeras. Ha publicado “Yo soy esa sujeto” (1994).
Se podrá acusar a Juana y a su poesía, que terminan siendo la misma, de muchas cosas, pero jamás se la podrá acusar de cobardía, de quedarse callada frente a las injusticias, de dejar de ser fiel a sí misma, y mucho menos, le podremos acusar de haberse traicionado asumiendo los roles que la sociedad le impone. Ella, al igual que otras, ha sido condenada a la soledad por querer forjar su propio ser al margen de nuestra hipócrita sociedad.
Mujer que poetiza su vida-muerte para seguir viviendo.


Juana la Loca
Emulando a Federico García Lorca.

Estoy loca
porque nadie podrá darme
distancias, ni límites
ni futuros
eso sólo yo puedo dármelos.
Quiero que todas se enteren
que estoy loca
por no encontrar lo que yo buscaba.
Lo busqué debajo de las piedras
debajo de las raíces
de la médula del aire
y lo que encontré
fue la verdad de las cosas equivocadas.
Por eso estoy loca
por no poder irme con el primer paisaje
y volar mezclada con el amor
el vuelo de siempre
sobre mi lecho vacío.
Por querer mi libertad
mi amor humano,
porque la aurora llegó
y no la recibí en mi boca.
Porque aquí en mi locura
no hay mañanas
ni esperanzas posibles
sólo ese rumor de suicidio
que me anima cada madrugada.
Porque tengo océanos de ternura
para aquellos a quien amo
y letanías de “perdón para aquellos
que arrugaron mi corazón de niña
y me negaron una vida más digna.
Si, estoy loca
porque amo a Beethoven
a Herman Hesse
a Tchaikhosky
a Jacobo Cárcamo
a Roque Dalton
y a Morazán.
Porque amo a la luna
al sol, a las estrellas
a la música
y a las montañas.
Porque amo a los gatos
a los niños a Walda
y a Pink Floyd.
Estoy loca
porque me alimento de muerte
y miseria en el guaro.
Porque amo a Dios
y admiro a Marx
porque amo la paz
de los cementerios.
Mi locura señores
es encontrarme pequeñas criaturas
enterradas bajo pedazos de cartón
como decía mi amigo ramón
el del estanco de la esquina
estos niños cuando se levantan
parecen golondrinas con muletas.
Esa es mi locura
contrariar a chicos plásticos
que leen Vanidades, Cosmopólitan
y “Nuestra Tegucigalpa”
Mi locura está
en el humo asfixiante
que me da la zona peatonal
y el dolor cansado e infinito
que me dio la calle real.
Estoy loca porque salpicaron de lodo
mis pupilas límpidas
mientras esta agonía de dolor
siempre quiere acostarse
conmigo.
Si, estoy loca de dolor
de amor
de rabia por mi impotencia
por mi resistencia de cucaracha
por los gemidos que golpean
las ventanas de mi alma.
Estoy loca por hacer rabiar
a las señoronas ignorantes
cada vez que sus maridos cornudos
fijan sus ojos
en mis tetas caídas sin sotén
que se enteren que mi locura
sienta sus bases
en decir casi siempre lo que pienso
y si a veces callo
es por no herir suceptiblidades
o por consideración
¡ Qué esfuerzo Dios mío!

Estoy loca
por desenmascarar a la gente
su indecencia
por corruptos
ladrones
asesinos
explotadores
y vende-patrias
y sobre todo
porque odio los prejuicios
de aquellas y aquellos
que sólo saben señalar
más no ven el tumor
que tienen en su vagina
y prepucio
y por todas esas cosas
que callo y sé
es por ello que estoy loca

Adioses del 2009 - Mario...Mario Benedetti




El martes 17 de septiembre, Martín Santomé anota en estos simples términos la extraña ausencia de Laura: Avellaneda no vino a la oficina. Siete días después del primer indicio de lo terrible, sólo atina a escribir: Dios mío. Dios mío. Dios mío. Dios mío. Dios mío. Dios mío. Dios mío.
Cuatro meses más tarde, cuando retoma el diario y escribe sobre la muerte de Laura, quizás un poco para aclarar las ideas, digerir la noticia indigerible, conjurar el paso irrefrenable de la vida o al menos de lo que queda de ella, Martín Santomé reflexiona sobre las formas de decir la muerte:
“Falleció”, dijo la voz del tío. La palabra es un asco. Falleció significa un trámite: “Una mala noticia, señor”, había dicho el tío. ¿Él qué sabe? ¿Qué sabe cómo una mala noticia puede destruir el futuro y el rostro y el tacto y el sueño? ¿Qué sabe, eh? Lo único que sabe es decir: “Falleció”, algo tan insoportablemente fácil como eso. Seguramente se estaba encogiendo de hombros. Y eso también era un asco. (…) Cuando estuve en casa solo en mi cuarto, cuando hasta la pobre Blanca me retiró el consuelo de su silencio, moví los labios para decir: “Murió. Avellaneda murió”, porque murió es la palabra, murió es el derrumbe de la vida, murió viene de adentro, trae la verdadera respiración del dolor, murió es la desesperación, la nada frígida y total, el abismo sencillo, el abismo.
Hoy don Mario no vino a la oficina. A los 88 años el cuerpo vive en un estado permanente de alerta. Cuatro hospitalizaciones en los últimos dieciocho meses fueron algunas de las aproximaciones que la muerte hizo por los lares de don Mario. Hace un rato la noticia de su partida saltó a mis ojos desde una de las ventanas de información con las que llevo horas trabajando. La primera noticia que encuentro repite esa palabra que quiere ser elegante: falleció. Pero hoy don Mario no vino a la oficina y uno piensa en el derrumbe de la vida, en el abismo. Hoy se me murió don Mario, se nos murió.
( fuente: Letralia)

La muerte de Mario Benedetti me dolió más allá de la literatura. Su libro La Tregua me acompaño en momentos oscuros y lo leía y releía cada vez que sentía ese dolor de lejanía y las ausencias.
Entre los libros que sobrevivieron, porque lo guardó la madre de mi compañero, y recuperé muchos años después, fue la primer edición de Inventario, en una de las primeras hojas tiene escrito: “Este libro es nuestro”, con letra diminuta y tinta azul, y el dibujo de una florcita .Fui feliz con ese libro, llore también con él. Donde estés, Mario, gracias por acompañarnos tanto tiempo. Gracias por seguir acompañándome.

Silvia


Corazón Coraza


Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

Voces que nos arrebataron:Haroldo Conti, el escritor más vendido del 2009



Ultima casa donde vivió Haroldo Conti, clandestino en El Tigre.Hoy es un Múseo



Saber que Haroldo Conti, desaparecido asesinado en la ESMA, ese escritor sensible,ese combatiente por la igualdad, ha sido reconocido en Europa como el autor más vendido del año 2009 , puede llenarnos de orgullo intelectual, pero de una gran vergüenza humana. ¿ Quién lee hoy en nuestro país a Haroldo?.¿ Qué editorial publica sus obras a un precio accesible, cómo él hubiese querido?¿ En cuántos fondos de La Plata, y otras ciudades, quedaron enterrados sus libros?
Haroldo Pedro Conti, nació un 25 de Mayo de 1925.Otoño melancólico, como su escritura. Día patrio en que la gente de Chacabuco, su pueblo, lucía en sus solapas izquierdas, la escarapela celeste y blanca. Un pueblo de la provincia de Buenos Aires en todo semejante a otros, trazado en un papel y reproducido luego sobre la inmensa pampa argentina, esa de majestuosa tristeza., un pueblo al que Haroldo luego le daría vida en sus cuentos y en sus personajes.
También fue en mayo, una noche del quinto día en el año 1976, en que cerca de diez asesinos ,pertenecientes al Batallón 601 de Inteligencia del Ejército Argentino, irrumpieron en su casa; anestesiando a los niños que dormían, encapuchando a Marta Scavac, la mujer de Conti, destrozando libros, documentos y fotografías, saqueando todo lo que pudiese ser vendido y llevándose a Haroldo y a un compañero que estaba ocultándose en la casa de la calle Fitz Roy, ésa que luego fuera vendida con un poder falso y que la familia Conti no pudo recuperar jamás.
En los días anteriores al secuestro, Haroldo había colocado en su escritorio, un cartel escrito en latín que decía: "Hic meus locus pugnare est et hinc non me removebunt" ("Este es mi lugar de combate y de aquí no me moverán)
¿Cuántos naufragios sufrió mi hermano Haroldo, además de aquel que le rompió el barco contra las costas del Brasil? ¿Cuántas veces creyó descubrir, en la bruma, la perdida nave azul?. ¿Cuántas veces se reventó contra las rocas?. ¿Para qué escribe mi hermano Haroldo si no es para salvarse y salvar lo que merece ser salvado? (...) ¿Encontrarás lo que venís persiguiendo, un mediodía cualquiera en el centro de las aguas o del cielo? ¿O has descubierto ya que tu navío imposible viaja por los caminos del jodido mundo? ¿Es dura la travesía, hermano? ¿Andar duele? Al final del recorrido no está la eternidad sino nosotros. (...) ¿Está muerto? Quién sabe. Hoy hace una semana que lo arrancaron de la casa … Así escribió y se preguntaba Eduardo Galeano. Así nos seguimos preguntando tantos. Por eso, vaya un cuento inédito( encontrado entre sus papeles y cedido por su familia) de Haroldo, para encender el fuego de la Memoria y decir :Haroldo Conti ,Presente!

Silvia Loustau
La Virgen de la Montaña por Haroldo Conti ( texto inédito)

Tío Paco, tío Paco, venga usted! –¡Tío Paco, tío Paco!; que lo estábamos esperando.

–¡Venga usted, venga usted!; ¡tóquenos algo!...

–¡Sí, sí; que toque, que toque!

Éstas y otras voces salían de un grupo de chiquillos y de parroquianos que, arrimados a la pared de Santa María, despilfarraban alegremente, entre risas y charlas, aquella tarde de primavera.
Habían visto salir de la iglesia al bueno del tío Paco, señal de que el tío Paco estaba allí, y estando allí el tío Paco debía llegarse necesariamente al corrillo para alegrarlos un rato con su flauta encantada.
Pero el tío Paco parecía no oír las voces chillonas de los chiquillos, ni la aguardentosa de los hombres que lo requerían a toda costa.

–Dejadme, por Dios, dejadme ir. Mis piernas no son ágiles como las vuestras y antes que llegue a casa ya se me habrá echado la noche encima.

–¡Ca, hombre!; aún le queda mucho por andar al señor sol antes que se caiga allá tras los peñascos de la Virgen.

–Eso lo decís vosotros que no tenéis nada que hacer; pero yo...

–¡Pero usted se queda aquí! Vamos; tóquenos algo; no sea tacaño.

–¡Que no lo soy!; pero dejadme ir de una vez y no me tentéis más que... ¡Vamos!; mañana, después de la misa mayor, os tocaré hasta el empacho; pero ahora dejadme ir, dejadme ir.

Y no hubo razones para convencer al buen viejo que, embozado en su larga capa de algodón, se deslizó como una sombra, perdiéndose en el camino que sube a las montañas.

–¡Es un tacaño! –murmuró un diablillo de ojos garzos que se entretenía en sacarle punta a una ramita de naranjo.

–No es eso –comentó un viejo de barba hirsuta y cara de pergamino, que había estado hasta entonces sin despegar los labios–, ni tampoco es que le falte tiempo. Vosotros no conocéis los secretos del tío Paco, pero yo sí.

"Allá cuando era algo más mozo, también a mí me traía a mal andar la actitud del tío Paco".
"Pero un buen día no aguanté más y picado de la curiosidad seguí al viejo que allá se esfumaba en el camino".
"Por él lo vi arrastrarse largo tiempo, luego doblar un caminito de cabras que serpenteando entre las peñas se iba a perder sobre la calva gris del peñón de la Virgen".
"Trepé tras él, y no había llegado aún a la cumbre cuando, mezclados con la brisa de la tarde, los mágicos acentos de una flauta me clavaron donde estaba".
"Contuve la respiración. ¡Virgen Santa, me dije, si serán los ángeles que han bajado a saludarte!, y me santigüé".

"La música aquella brotaba suavísima como un arrullo de paloma, y al repercutir entre los gigantes de piedra, se trocaba en mil y mil notas que invadían el valle, la cima, todo".
"Luego calló. Fue entonces cuando, arrastrándome como una culebra, llegué a la cumbre y miré el valle que allá arriba une los picachos de la Virgen y de las Ánimas".
"De rodillas ante la ermita estaba un hombre; era él, el tío Paco".
"Desde entonces muchas veces lo seguí para oír de nuevo aquella música... y conmigo otros curiosos. Ése es todo el secreto".
"No va ahora a su casa. Seguidle y veréis que toma el camino de las cabras y sube hasta la ermita; va a ofrecerle a la Virgen María los arrullos de su flauta" –dijo y calló el viejo, volviendo la animación al corrillo que lo había escuchado en suspenso.
Luego cada cual fuese por su lado; más de un chiquillo y más de un mozo prometiéndose en su interior repetir al día siguiente la hazaña del curioso parroquiano que había llegado a descubrir el secreto.
Tocaban a la oración; a lo lejos se hundía el sol tras el cerro de la Virgen.
II
Pero al día siguiente, y era domingo, el tío Paco no apareció.

Mucho se extrañó la gente; más el buen cura, acostumbrado a verle arrodillado al pie del altar de Nuestra Señora; pero sobre todo los muchachos del corrillo que la tarde anterior se formara junto a los húmedos muros de la vieja parroquia.

–¡Nos ha engañado! –exclamó el diablillo de los ojos garzos.

–Y dijo que hoy vendría –añadió otro.

–Sí, sí, que hoy vendría –afirmaron todos.

Pero el tío Paco no apareció; ni al siguiente día, ni al otro, ni al otro, y se cansaron de esperar.

–¡Habrá enfermado! –les dijo el cura–. Mañana subiré a la montaña y me acercaré a su cortijo...

Y así era en efecto.

Tendido sobre un catre viejo, muy viejo, que chillaba a cada movimiento del que sobre él se acostaba; los ojos hundidos, la voz apagada, el rostro chupado como el descarnado tronco de una encina reseca, el tío Paco pasaba las desgastadas cuentas de un enorme rosario
La flor de su sonrisa animaba aún el rostro surcado de arrugas, pálido como la muerte.
Juan, un rubiecito de ojazos verdes, que había sido salvado de la muerte y de la miseria, cuidaba de él.

–Mira, Juancito, mañana bajarás al pueblo y le dirás al señor cura que se venga por aquí. Al pasar por el cerro de la Virgen subirás a la ermita y le pondrás una vela a Santa María y rezarás por el pobre tío Paco –le había dicho a su fiel compañero.

Pero antes de llegar el nuevo día, aquella misma noche, tuvo que salir envuelto en un viejo capote militar que en un baúl guardaba su amigo, en busca del celoso sacerdote y del cirujano del lugar. El tío Paco había empeorado; la fiebre lo consumía y hasta deliraba.
Cuando el muchacho salió arreciaba la tormenta que aquella tarde se anunciara con un calor insoportable.
El tío Paco quedó solo, pasando las cuentas de su rosario y sonriendo...
Afuera, el temporal estalla rabioso lavando la frente de piedra de los cerros vecinos.
El rayo zigzagueaba desprendido de las alturas, yendo a partir las rocas de las cumbres o a hundirse en los fragosos despeñaderos de la sierra, abriendo grietas profundas, después de haber atravesado la atmósfera saturada de electricidad.
Al pasar junto al cerro de la Virgen, un relámpago iluminó la cumbre y Juan se acordó del encargo.
Sin dejar de correr, oró a la gran Señora que allá en la ermita tenía su trono entre esos gigantes de piedra cuya maciza mole divisaba el siniestro centellear de la tormenta.
III
Una hora después, tres sombras atravesaban las desiertas calles de la aldea; el fragor de la tempestad acalló los pasos al repiquetear sobre la desnuda acera...
Tiempo después, una lucecita emergía de la oscuridad que rodeaba la solitaria casa del músico.
Era Juan, que en sus manos ateridas sostenía un farol, el cual besaba con sus pálidos resplandores aquel sinuoso camino cercado de peñas.
A corta distancia, embozado en su descolorido manteo, caminaba el cura con paso firme, sin pronunciar palabra; estaba avezado a la montaña.
Algo rezagado, murmurando entre dientes, venía el cirujano.
Ya cerca, saliendo de aquel respetuoso mutismo característico de un rudo montañés, “¡Hemos llegado!”, indicó el muchacho volviéndose al cura, al propio tiempo que señalaba con el dedo la tenue luz amarillenta que traspasaba el reducido marco de una ventana.

Enseguida estuvieron ante la puerta. No hubo necesidad de golpear, ni siquiera de empujarla, estaba abierta...
Presintiendo algo, algo imposible de expresar, Juan dejó que se adelantara el cura. La corpulenta figura del sacerdote se recortó sobre el rústico cuadro de la puerta; sus ojos recorrieron la humilde habitación; el tío Paco no estaba allí.

–¿Que significa esto? –exclamó volviéndose al atónito muchacho, y sin esperar respuesta entró en el cortijo.

La cama estaba vacía, las mantas caídas y del clavo que hacía las veces de percha no pendía la raída capa del flautista.

–¡Si estará loco este hombre! –murmuró el cura, sospechando quizá lo que aquello podía suponer.

–¿Dónde está el enfermo? –preguntó el cirujano, que en ese momento entraba bufando como un buey.

Iba a hablar el cura cuando la voz angustiosa del muchacho no le dejó explicarse.

–¡Mirad, mirad allá! –gritaba alzando el farol y señalando en dirección a las cumbres–. Sobre el cerro de la Virgen, ¿lo veis?

A aquellas voces los dos personajes se echaron fuera de la habitación.

–¡Si estará loco! –volvió a repetir el sacerdote, distinguiendo al incierto fulgor de un relámpago la fantástica figura de un hombre que trepaba, desafiando a la tormenta, la cuesta abrupta del cerro.

El cirujano sólo atinó a santiguarse mientras murmuraba por lo bajo:

–¡Ánimas benditas!...

–¡Déjese de sandeces! –le gritó el cura impaciente–. Tratemos de salvarlo –y envolviéndolo en el manteo echó a correr precedido por Juan.

Refunfuñando lo siguió el cirujano, que en vano trató de ponérsele a la par.
Largo tiempo avanzaron en silencio, ora corriendo por el vericueto, ora saltando sobre las peñas resbaladizas, ora deslizándose por entre las rocas, pero todo fue inútil; les llevaba mucha ventaja.
Antes de desaparecer allá tras de la cumbre, lo vieron por última vez. Su delgada silueta se recortaba fantástica sobre las escarpadas rocas.
Flotando al viento la raída capa, cortada a filo de machete, sin dobladillo, parecía un espectro vagando en la oscuridad de la noche.
Alcanzaron a distinguir su rostro demacrado, sus ojos desencajados, sus cabellos en desorden, pero no vieron la flor siempre fresca de una sonrisa sobre los labios demacrados .

Luego el fantasma, arrastrándose sobre el caminito de cabras encorvado, flexible, se hundió detrás de las últimas rocas.

–Tío Paco, tío Paco –gritole el cura–, téngase usted.

Pero el ronco retumbar del trueno ahogó la voz del sacerdote.
Con la esperanza aún de encontrarlo junto a la ermita siguieron trepando.
Jirones de la sotana quedaron en los espinillos; gotas de sangre de los pies descalzos de Juan y gruesas gotas de sudor del cirujano fueron a mezclarse con el agua llovida sobre las piedras. El cura iba adelante trepando con una agilidad asombrosa, seguíale Juan con su farol, y algo rezagado corría el cirujano bufador.
De pronto, a pocos metros de la cima, las tres sombras dejaron de avanzar; permanecieron como clavadas en la roca.
Rompiendo el confuso rumor de la tormenta que se alejaba, dejáronse oír suaves, claras, vibrantes las notas de una flauta. Del valle que une el cerro de la Virgen y el de las Ánimas brotaba una cascada de armonías.
Primero tenue como el rozar de las alas de blancos querubes; luego más fuerte, más sostenida, más seductora.
Mezcladas con la brisa que barría la desnuda roca, emergiendo del misterio de la noche confundida con el suave vaho que despedía la tierra recién humedecida, aquellas notas eran suavísimos lamentos prolongados, pedazos de corazón en forma de música, últimos aleteos de una torcaza herida, delicados perfumes de una plegaria, acompañados por los mil murmullos de la noche, del torrente cercano, de las gotas al deslizarse entre las rocas, del viento al gemir entre las grietas.
Era todo el valle que lloraba modulando los más suaves acentos que iban a sumarse al hechizo de aquella flauta encantada...
Corrió el tiempo; al fin la música se fue perdiendo poco a poco, como un suspiro, hasta morir.

–¡Torpe que soy! –exclamó el cura despertando de aquel ensueño aún en pie y calado hasta los huesos. Y los tres volvieron a correr en dirección de la ermita.

Cuando alcanzaron la cumbre, al resplandor de un último relámpago, distinguieron algo así como una gran mancha caída al pie de la imagen.
Llegaron al fin; el tío Paco estaba allí, medio oculto bajo los pliegues de su capa, frío, inmóvil, siempre sonriendo, pero sin vida.
El cura volteóse el sombrero y de rodillas rezó por el muerto:

–¡Réquiem aeternam dona ei Domine!

Horas después, al monótono golpe del azadón, se abrió una fosa y el tío Paco descansó a los pies de su Virgen. Luego los piadosos aldeanos colocaron la flauta aquella en manos de la imagen que velaba el sueño del anciano...
Y cuenta la leyenda que al morir el sol tras el cerro de la Virgen, si algún peregrino o curioso acierta a pasar por entre aquellas escarpadas sierras, distingue confusamente, traídos por la brisa de la tarde, los delicados acentos de una flauta.
Muchos dicen que es el viento al susurrar en la que tiene en las manos la Virgen

El Chango Aramayo por Silvia Loustau




Vio vieja, vio: ahora estará orgullosa de mi, del “ Changuito Aramayo “, como me dicen los periodistas usted apenas sepa leer recorta y guarda todo lo que publican sobre mi. Recortes apilados en esa, su caja alcancía . donde ahorraba siempre algún pesito- “ Por las dudas, no...-. Ahora puede ahorrar más, guardar mangos nuevitos y orgullosos, los que envió yo, el Changuito Aramayo. Mangos hechos con patadas y sudor fuerte de una semana..
¿ O también con le sudor fuerte de tantas siestas, de aquellas, cuando me rajaba de laburar en el campo y me iba al potrero ¨?
- “ Como los vagos...”- decía usted. ¡ Cuantas bofetadas ¨! Y algún cintazo...
- -“Pero para los cintazos hace falta un macho en la casa.-“ Escuché que le contaba un día a la Luisa. Y tu hombre vieja, ese que contabas fue mi padre, se perdió en un Carnaval de la Quebrada, entre la chica y la coca y unos cuantos coyas que le gritaban-: - “¡ Gringo, andate, gringo...!, burlándose de su piel y sus ojos claros usté
- sacó los ojos de su padre, m´hijo ), y el viejo caliente por las burlas y el alcohol saco el rebenque y terminó con no se cuantas cuchilladas.
- Usted nos crió, laburando en la zafra o de cocinera en la casa de los patrones. Crió un racimo de pieles oscuras, iluminadas de ojos azules , y dos rubios, “los chiquitos”, que tienen sus ojos de uva chinche madura..
- ..Ay! qué dolor vieja!...Y bueno hay que aguantarse las patadas como un macho, para que ahora esté orgullosa de mi, pueda juntar unos pesos mas , comprar la casona de los López, mandar los Chiquitos a la escuela de los curas en Jujuy , que no sean unos vagos. Vamos, vieja, cómo me va a decir:- “ Unos vagos como usté....-“. Yo le escapaba al yugo para ir con la redonda, me reviré me hice probar en el Atlético...les caí bien a los capos, decían :
- - “ Juega bien de wing derecho este chiquito...”, eso decían y hablaban del escore, del 4-2-4 .¡Qué se yo ´!. Si lo único que sabia era correr y darle adelante hasta meterla en la canasta...y así le di , vieja. Le di tanto y tan fuerte que un día me desperté en Buenos Aires. La cosa era seria ahora. Había que sudarla de verdad. Y los capos nuevos tenían morlacos del año que les pidiera. ¡ Qué locura vieja! . Me acuerdo el primer partido que jugué en ese estadio grande como el jardín de los patrones. ¡ Y jugué de noche!. Me mareaban esa luces blancas. Y cuando hice aquel gol sobre el último minuto y los fanas gritaban CHANGOOOOL, era un aullido, como el viento caliente que se embolsa en la hondonada. ¡ Qué emoción vieja!.Me puse a llorar como un marica. Que ganas de tenerla cerca y esconderme en su pecho ancho y blando y llorar hasta reventar...como aquel DIA que se murió el Colita. ¿ Se acuerda?.Lo envenenaron aquellos pitucos que veraneaban en la estancia..porquerías...pensar que ahora son de los cogotudos que me aplauden desde la techada. Y bueno, es como usté dice vieja, la vida tiene sus vueltas. Y ya ve, yo que le saqué tantas canas, el más vago, su chango mitá indio, mitá gringo, por mí, está mas hinchada que sapo en día de lluvia.
- No se por qué esta llorando vieja .¿Por las patadas que me dieron los muchachos?. Bah, no es nada, los doctores me arreglarán tan bien que el domingo estoy de vuelta en la cancha...¡ Vamos no llore!.. Casi no siento la pierna...pero no llore vieja, ¿eh?. Que su chango Aramayo l todavía le regalará muchos goles. No llore y llame a la enfermera, que me den algo para aliviar el dolor de la gamba izquierda. Llame vieja.

2º PREMIO- 8º CONCURSO INTERNACIONAL EDITORIAL MIS ESCRITOS- BUENOS AIRES- Diciembre 2009
ELEGIDA LA ESCRITORA DEL MES , EN ESPAÑA ,POR LA REVISTA LETRAS, DIRIGIDA POR EL ESCRITOR SALVADOR MORENO VALENCIA
Enero 2010.

Recuerdos del 2009 - Azucena Villaflor hizo Escuela en Mar del Plata



La mañana era fría. El cielo transparente, como fue Azucena...y en ese dia su nombre se impuso a una Escuela de Mar del PLata.Alegria y emoción convivieron . Allí estuvieron las Madres de Línea Fundadora de nuestra ciudad y nombre importantes. Pero lo que interesaba era seguir prendiedo fueguitos de Memoria.

En la foto Marucha y Leda , Madres de Línea Fundadora,Silvia ( yo), que fuí invitada para compartir y llevar palabras para Azucena y en ella para todos los compañeros

Taller de Escritura Creativa-Poesía y Narrativa- Lectura y Análisis de textos

Dictado por Silvia Loustau
El valor de la palabra. Poesía y Narrativa –Creación personal- Técnicas de corrección de estilo- Selección y análisis de textos.
Movimientos literarios comparados con otras artes.
Grupos reducidos o personalizados - Amplitud horaria.
Corrección de textos – Guía en trabajos de investigación.
También Taller a distancia vía Internet
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1 de enero de 2010

Cristina Castello - Poeta- Argentina /Paris


El próximo 8 de Enero se presentará en París Orage de la poeta y periodista argentina Cristina Castello.

una de las pinturas /combustiones originales y exclusivas del artista Christian Jaccard, para «Orage/Tempestad»

©Christian Jaccard y Cristina Castello - Todos los derechos reservados


Porque de la eternidad de ayer a la fugacidad de hoy, la palabra ha atravesado, atraviesa aún, el tiempo humano, el tiempo de los poetas, como una visión o quizá como una esperanza que no cesa, como una fatasmagoría desasosegante.Y si ha sobrevido la habrá hecho más como misterio que como realidad admisible.
Porque no hay poema que no sea una flor que se abre para la renovación de la vida, para el fuego de la Memoria, para la urgencia de apropiarnos de ellos.
A Cristina Castello, poeta y amiga, que Orage vibre en el tiempo.

Silvia Loustau