9 de enero de 2010

Luís Benitez, esa voz nuestra




Luís Benítez nació un 10 de noviembre de 1956. Creo que traía, escondidas, palabras y palabras, de diversos colores, peso, formas, Podemos decir que Luís Benítez es miembro de la Academia Iberoamericana de Poesía, Capítulo de New York, EE.UU., con sede en la Columbia University; de la International Society of Writers (EE.UU.), de World Poets Society (Grecia) y del Advisory Board de Poetry Press (India), que Luís tiene un currículum que ha ganado usando aquellas palabras que traía el día que nació. Más lo importante es decir: Luís - Poeta, porque en él; la lengua/ es la primera hoja de la columna vertebral/ bosques de lenguaje lo rodean, como dice John Berger. Y Luís deambula por esos bosques y escribe. Así.

SIN LUZ NI VOZ QUE ME LLAMARA

Yo rondaba los espacios del sueño
sin cuerpo ni yo, hinchado de aire y música
flotaba era un globo furioso en la oscuridad.
Sin luz ni voz que me llamara,
libre de Dios y de mí mismo,
yo era el hombre.
Dante y Shakespeare e Ibsen y Malreaux:
¿qué pena les dan a los rascacielos?
¿qué infierno mayor que un subterráneo?
¿qué tempestad mayor que cualquier día?
Qué muertos están.
Qué lápidas labradas de octubres y eneros,
mis hermanos y amigos,
MI única familia venerable.
Soy sólo un huérfano sin atrás ni adelante,
que no se aferra a ninguna parte
y tiene en ninguna parte cama y comida puesta.
Ese, el que edificará una casilla, en la Tierra Baldía.

EN EL COMIENZO

Mitad de mi padre y de mi madre
y cuarto con la ley sobre la tierra,
mi mundo vino a éste para saber que volvería a la nada
y nueve meses antes de nacer a la muerte
ya sabía al dolor rondando tras las líquidas paredes
Y veía a las estaciones y a las épocas
transitadas por sus raros personajes, bajo mis ojos de duende,
dormidos y cerrados en el vientre.
Distinguía al día de la noche,
robaba de los tejados los huevos de los pájaros,
nadando en el lago interior, sabía el agua;
yo bailé, antes de tener piernas, sobre el césped de los campos.
Espiando por el ombligo de mi madre,
vi las maniobras secretas del crepúsculo,
cuando cambia los objetos del día por los que son de la noche,
y lo que nos rodea estiró entonces
sus frías manos hasta mis blandas mejillas.
El acre olor de esa tristeza que vaga por los rostros
hirió mi mente y mis sentidos respondieron
aullando un escozor desesperado;
la nada soltó su presa para que escapara por ese largo corredor,
donde uno a uno, reconocí los rostros futuros,
amigos y enemigos, que forjarían mi vida golpeada por sus gestos.
El amor y sus caretas, que desde el vientre
puse con torpes dedos en las caras de agrias desconocidas,
rebasándolas, me hizo golpear furioso y precoz
el tibio ladrillo que me ataba.
Cabeza abajo, con el sexo incendiando ya mis primeras raíces,
Soñé que huía entre una lluvia de sangre
Hacia un escenario de locos vanidosos,
Donde yo también usaba un frágil traje lastimable
en el que peligraban todos mis deseos.
Hasta que alguien me azotó.
Y desperté llorando.

UNA ESTACIÓN SE PUDRE

Una estación se pudre y debajo hay otra,
el grano que corre por el corazón del árbol cae,
se agita invisible en la hierba y en cuatro espasmos
muere, mientras el tiempo lija las cosas hasta dejar tan sólo
el corazón, ofreciendo palabras y rudos balbuceos de vacío.
La savia, la hoja helada, la flor y el fruto entran en el ojo
bajo un cuerpo único que no muere jamás; y del hombre
cae el hueso mortal hasta el puño de la raíz y el ciclo renueva
hasta el labio de la viuda. Húmedos y sin párpados bajo las sábanas
del bosque descansan el muerto y su cazador; hermanos, por fin,
en una oscuridad sin culpas que los trae hacia la luz.


Gracias, Luís-poeta, por haberme enviado toda tu obra, obsequio que acompaña y brilla como un canto rodado en el mar. Silvia.


Cuadro de Mabel Pampin

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No conocía la poesia de Luis, es un bello descubriento y ojalá dentro de un tiemopo haya más.
Felicitaciones al poeta , un abrazo para vos,

Alicia

Anónimo dijo...

Bellísimas los poemas de este argentino.
Par el u saludo desde Santiago de Chile,


Karla Soto