Idea Vilariño- Juan Carlos Onetti
Una historia de amor (II)
Esta es la última entrega de la historia de amor entrelazada con poemas. Ese amor profundo, turbulento, que unió a estos dos seres renombrados en la historia de la literatura. Idea con sus poemarios que han conmovido desde la simple, desnuda escritura de su poesía y Onetti uno de los mejores novelistas latinoamericanos, con la fundación de una ciudad propia, Santa Maria, en la cual transcurren las historias de sus personajes.
Onetti escribió solo tres poemas, dedicados a Idea. En Balada del Ausente, Onetti confiesa su amor y a la vez es una despedida.Muerto por la distancia y el tiempo/ Y yo la, lo pierdo, doy mi vida”, escribe y se angustia, y nos angustia. A su vez, Mario Benedetti interpreta de la escritura de Idea: su secreto, además de la calidad literaria, es su peculiar sinceridad, desgarradora, expresada sin peculiaridades, sin vanos agregados y sobre todo sin autojustificaciones”.Onetti murió en el exilio en España.
Idea aun vive, acompañada de su escritura, las cartas y los recuerdos, en su Montevideo. S.L
Carta II
Estás lejos y al sur
allí no son las cuatro.
Recostado en tu silla
apoyado en la mesa del café
de tu cuarto
tirado en la cama
la tuya o la de alguien
que quisiera borrar
-estoy pensando en ti no en quienes buscan
a tu lado lo mismo que yo quiero-
Estoy pensado en ti ya hace una hora
tal vez media
no sé.
Cuando la luz se acabe
sabré que don las nueve
estiraré la colcha
me pondré el traje negro
y me pasaré el peine.
Iré a cenar
Pero en algún momento
me volveré a este cuarto
me tiraré en la cama
y entonces tu recuerdo
que digo
mi deseo de verte
que me mires
tu presencia de hombre que me falta en la vida
se pondrán
como ahora te pones en la tarde
que ya es la noche
a ser la sola única cosa
que me importa en el mundo.
Idea Vilariño
La balada del ausente
Entonces no me des un motivo por favor
No le des conciencia a la nostalgia,
La desesperación y el juego.
Pensarte y no verte
Sufrir en ti y no alzar mi grito
Rumiar a solas, gracias a ti, por mi culpa,
Es lo único que puede ser
Enteramente pensado
Llamar sin voz porque Dios dispuso
Que si él tiene compromisos
Si Dios mismo le impide contestar
Con dos dedos el saludo
Cotidiano, nocturno, inevitable
Es necesario aceptar la soledad,
Confortarse hermanado
Con el olor a perro, en esos días húmedos del sur,
En cualquier regreso
En Cualquier hora cambiable del crepúsculo
Tu silencio
Y el paso indiferente de Dios que no ve ni saluda
Que no responde al sombrero enlutado
Golpeando las rodillas
Que teme a Dios y se preocupa
Por lo que opine, condene, rezongue, imponga.
No me des conciencia, grito, necesidad ni orden.
Estoy desnudo y lejos, lo que me dejaron
Giro hacia el mundo y su secreto de musgo,
Hacía la claridad dolorosa del mundo,
bamboleo mi cuerpo enmagrecido
Tropiezo y avanzo
Me acerco tal vez a una frontera
A un odio Inútil, a su creciente miseria
Y tampoco es consuelo
Esa dulce ilusión de paz y combate
Porque la lejanía
No es ya, se disuelve en la espera
Graciosa, incomprensible, de ayudarme
A vivir y espera.
Ningún otro país y para siempre.
Mi pie izquierdo en la barra de bronce
Fundido con ella
El mozo que comprende, ayuda a esperar, cree lo que
ignora.
Se aceptan todas las apuestas:
Eternidad, infierno, aventura, estupidez
Pero soy mayor ya ni siquiera creo,
En romper espejos
En la noche
Y lamerme la sangre de los dedos
Como si la salobre mentira se espesara
Como si la sangre, pequeño dolor filoso,
Me aproximara a lo que resta vivo, blando y ágil.
Muerto por la distancia y el tiempo
Y yo la, lo pierdo, doy mi vida,
A cambio de vejeces y ambiciones ajenas
Cada día más antiguas, suciamente deseosas y
extrañas.
Volver y no lo haré, dejar y no puedo.
Apoyar el zapato en el barrote de bronce
Y esperar sin prisa su vejez, su amenidad, su
diminuto no ser.
La paz y después, dichosamente, en seguida, nada.
Ahí estaré .El tiempo no tocará mi pelo, no inventará
arrugas, no me inflará las mejillas
Ahí estaré esperando una cita imposible, un
encuentro que no se cumplirá.
Juan Carlos Onetti
11 comentarios:
J.C. Onetti sólo escribió tres poemas en su vida,díciles de encontrar, un tesoro que todo escritor/lector desea poseer para deleitarse .Agradezco a Andrés Aldao y Artesanías que me brindaron este Onetti poeta para armar su historia de amor con Idea Vilariño. Con un abrazo,
Silvia
"Cuando la luz se acabe
sabré que don las nueve"
creo que en vez de "don" es "dan"
saludos.
Silvia, muy bueno el blog en general y en particular esta entrada sobre Vilariño y Onetti, dos escritores con los que tengo un lazo muy fuerte, un descubrimiento para mí estas cartas de Onetti.
Sobre Vilariño tengo pendiente poder subir algo de su material en nuestro blog.
Abrazo, te he linkeado a Meridiana.
Lilián
Qué dolor enorme el de Onetti, lejos para siempre de la patria. Patria, raíz, suelo que hace crecer, ser e identificarte. Y aunque "patria" venga de "pater", es madre. Perdemos la patria, perdemos a una madre.
Bello hallazgo el de las cartas, Silvia.
Un abrazo,
Mónica
He disfrutado los dos poemas, de ambos surge la pena del amor y el desencuetro. Felicitaciones por el excelente material,
Marucha
Gracias Silvia por esta invitación. Me encuentro con dos autores de mi estima y admiración. Una historia que inunda el alma del poeta.
Sigo leyendo con gran interés otros posteos.
Felicitaciones al querido amigo Andrés.
Abrazos
Elisabet
Ese dolor de la ausencia, mi querida Silvia, es algo que en mi; taladra médula.
"Me aproximara a lo que resta vivo, blando y ágil.
Muerto por la distancia y el tiempo
Y yo la, lo pierdo, doy mi vida,
.."
Estos versos !lllegan!
Un abrazo y gracias por la invitacion.
PPPS
Magnifico, no los conocía, a mi me gusta mucho EL ASTILLERO y las desventuras de juntacadaveres y sus putas jubiladas.
Gracias Silvia por entregarnos estos poemas conmovedores que tanto llegan.Alda Salzarulo
RECOMIENDO EL BLOG DE LOUSTAUD.
TIENE MUCHO CONTENIDO, QUE ES LO DIFÍCIL DE HALLAR.
DELFINA ACOSTA
Gracias por compartir estos poemas... esta historia de amor y desencuentros... Soy admiradora de ambos: Vilariño y Onetti y hacia tiempo que no los recordaba...
Un gusto pasar por tu excelente blog.
Cariños, Silvia
Maryro
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