Poeta de San Juan y Boedo, Cátulo Castillo
Un 6 de agosto de 1906 llegó al mundo Ovidio Catulo Gonzalez Castillo. Consagrado como pianista, autor, compositor y periodista .Boedo lo vio crecer e integrarse a la peña de Pacha Camac. Catulín, como lo llamaban los amigos, era dueño de una particular ternura y sensibilidad, cualidades que hicieron posible la creación de obras de singular belleza.S.L
Una canción en la niebla
La niebla de la noche nos castiga
con una gris distancia de recuerdos.
La niebla de los puertos y la vida
que ronda con sus pasos de silencio.
Detrás está la luz de antiguos días
y el horizonte azul que yo presiento.
Mi soledad te espera en la neblina
con la canción que llora sin saberlo.
La niebla, carrusel,
y estamos solo
girando el carretel,
el carretel…
La niebla, carrusel,
que alguna noche
ha de acercarse con la sombra de él…
Una canción se filtra entre la niebla
con una gris mortaja de fantasma,
y el corazón se sienta en la vereda
para escuchar los ecos que se apagan.
Presiento que allí estas detrás del viento,
y que vendrás a mí como una sombra,
no sé de que distancia, ni de que puerto.
siguiendo la canción que no te nombre.
Tinta roja
Paredón,
tinta roja en el gris
del ayer…
tu emoción
de ladrillo feliz sobre mi callejón
con un borrón
pintó la esquina…
Y el botón
que en el ancho de la noche
puso el filo de la ronda
como un broche…
Y aquel buzón
carmín,
y aquel fondín
donde lloraba el tano
su rubio amor lejano
que mojaba con bon vin.
¿Dónde estará mi arrabal '?
¿Quién se robó mi niñez?
¿En que rincón, luna mía,
Volcás como entonces
tu clara alegría ´?
Veredas que yo pisé,
malevos que ya no son,
bajo tu cielo de raso
trasnocha un pedazo
de mi corazón.
Paredón,
Tinta roja en el gris
del ayer…
Borbotón
de mi sangre infeliz
que vertí en el malvón
de aquel balcón
que la escondía…
Yo no sé
si fue negro de mis penas
o fue rojo de tus venas
mi sangría...
Por qué llegó y se fue tras el carmín
y el gris,
fondín lejano
donde lloraba un tano
sus nostalgias de bon vin
1 comentario:
qué tangazos! Un gran decidor de la vida, sin duda. Gracias Silvia por el recuerdo... Marta
Publicar un comentario