24 de junio de 2008

Tangos de Cátulo Castillo

Poeta de San Juan y Boedo, Cátulo Castillo

Un 6 de agosto de 1906 llegó al mundo Ovidio Catulo Gonzalez Castillo. Consagrado como pianista, autor, compositor y periodista .Boedo lo vio crecer e integrarse a la peña de Pacha Camac. Catulín, como lo llamaban los amigos, era dueño de una particular ternura y sensibilidad, cualidades que hicieron posible la creación de obras de singular belleza.S.L

Una canción en la niebla

La niebla de la noche nos castiga

con una gris distancia de recuerdos.

La niebla de los puertos y la vida

que ronda con sus pasos de silencio.

Detrás está la luz de antiguos días

y el horizonte azul que yo presiento.

Mi soledad te espera en la neblina

con la canción que llora sin saberlo.

La niebla, carrusel,

y estamos solo

girando el carretel,

el carretel…

La niebla, carrusel,

que alguna noche

ha de acercarse con la sombra de él…

Una canción se filtra entre la niebla

con una gris mortaja de fantasma,

y el corazón se sienta en la vereda

para escuchar los ecos que se apagan.

Presiento que allí estas detrás del viento,

y que vendrás a mí como una sombra,

no sé de que distancia, ni de que puerto.

siguiendo la canción que no te nombre.


Tinta roja

Paredón,

tinta roja en el gris

del ayer…

tu emoción

de ladrillo feliz sobre mi callejón

con un borrón

pintó la esquina…

Y el botón

que en el ancho de la noche

puso el filo de la ronda

como un broche…

Y aquel buzón

carmín,

y aquel fondín

donde lloraba el tano

su rubio amor lejano

que mojaba con bon vin.

¿Dónde estará mi arrabal '?

¿Quién se robó mi niñez?

¿En que rincón, luna mía,

Volcás como entonces

tu clara alegría ´?

Veredas que yo pisé,

malevos que ya no son,

bajo tu cielo de raso

trasnocha un pedazo

de mi corazón.

Paredón,

Tinta roja en el gris

del ayer…

Borbotón

de mi sangre infeliz

que vertí en el malvón

de aquel balcón

que la escondía…

Yo no sé

si fue negro de mis penas

o fue rojo de tus venas

mi sangría...

Por qué llegó y se fue tras el carmín

y el gris,

fondín lejano

donde lloraba un tano

sus nostalgias de bon vin

1 comentario:

Marta Pizzo dijo...

qué tangazos! Un gran decidor de la vida, sin duda. Gracias Silvia por el recuerdo... Marta