14 de febrero de 2010

26 años sin el Cronopio Mayor - 2010

Buenas salenas, Cronopio, Cronopio, Julio Cronopio Mayor, hace apenas tres días se cumplieron 26 años que te fuiste a ver que había del otro lado del reloj; vos ya lo habías dicho: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido. Y justo vos, justo vos, te olvidaste de tirar el reloj al Sena.
Como en este mundo hay tantas Famas y tantas Esperanzas tontas, creen que uno debe acordarse de las fechas cuando terminan en cero o en cinco.
Pero en mi casa siempre hay un rinconcito para voz, Julio, como ahora que escribo y escucho tu voz leyendo:
Esa Boca.
Y siempre habrá una esquina, esas donde vive el viento, en la que no encontráremos y nos iremos a tomar un café y un calvados, mientras hablamos de los amigos y del sur.
Y vos tomarás mi mano y me contarás anécdotas o me preguntarás por los otoños de aquella ciudad.
Tiremos el reloj, Cronopio, y brindemos, brindemos por los que no están y por la Utopia.

Silvia


EL ENCUBRIDOR

Ese que sale de su país porque tiene miedo,

no sabe de que,

miedo del queso con ratón,

de la cuerda entre los locos,

de la espuma en la sopa.

Entonces quiere cambiarse como una figurita,

el pelo que antes se alambraba

con gomina y espejo lo suelta en jopo,

se abre la camisa, muda de costumbres,

de vino, de idioma.

Se da cuenta, infeliz, que va tirando mejor,

y duerme a pata ancha.

Hasta de estilo cambia,

y tiene amigos que no saben su historia provinciana,

ridícula y casera.

A ratos se pregunta como pudo esperar

todo ese tiempo

para salirse del río sin orillas,

de los cuellos garrote,

de los domingos, lunes, martes, miércoles y jueves.

A fojas uno, si, pero cuidado:

un mismo espejo es todos los espejos,

y el pasaporte dice que naciste y que eres

y cutis color blanco, nariz de dorso recto,

Buenos Aires, septiembre.

Aparte que no olvida,

porque es arte de pocos,

lo que quiso,

esa sopa de estrellas y letras que infatigable comerá

en numerosas mesas de variados hoteles,

la misma sopa, pobre tipo,

hasta que el pescadito intercostal

se plante y diga basta.

Antes, después

como los juegos al llanto

como la sombra a la columna

el perfume dibuja el jazmín

el amante precede al amor

como la caricia a la mano

el amor sobrevive al amante

pero inevitablemente

aunque no haya huella ni presagio

aunque no haya huella ni presagio

como la caricia a la mano

el perfume dibuja el jazmín

el amante precede el amor

pero inevitablemente

el amor sobrevive al amante

como los juegos al llanto

como la sombra a la columna

como la caricia a la mano

aunque no haya huella ni presagio

el amante precede al amor

el perfume dibuja el jazmín

como los juegos al llanto

como la sombra a la columna

el amor sobrevive al amante

pero inevitablemente




Elijo este poema en recuerdo de Nydia/Cecilia y Nestor, que me lo regalaron en un poster, comprado en la calle Corrientes, cuando aún no había llegado el miedo



4 comentarios:

Norma Padra dijo...

QUERIDA SILVIA. QUE LINDO QUE RECORDARAS AL "CRONOPIO MAYOR"... TE MANDO UN ABRAZO Y TE FELICITO POR EL TRABAJO LITERARIO!!!
UN ABRAZO DESDE BAIRES
NORMA

Unknown dijo...

Silvia un placer leerte, en este juego poético tan interesante en el que vibra sobre todo Buenos Aires, abrazos Julia

Gustavo Tisocco dijo...

Bellísimo Silvia, gracias por compartirlo.
Un abrazo Gus.

Hilda Vélez Rodríguez dijo...

Tremendo, Silvia.